Cherryl Clay era una simple omega, nada en especial la distinguía del resto, su padre era un viejo alfa que no logró más que tener esa pequeña familia y su madre una humana omega. Y si Cheryl también era una humana cosa que le decepcionaba a su padre.
Cómo loba no llamaba la atención, pero como humana, era distinto. Todos alucinaban con el cuerpo de Cherryl, sus provocadoras curvas, sus labios rojos, su piel blanca, sus ojos avellana y sus melena rojiza. Ella era caliente a simple vista pero en el fondo era una chica inocente y pura.
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No soñaba con encontrar a su alfa, no se desvelaba por qué su cabello amaneciera con frizz, no lo interesaba hacer resaltar sus curvas, ellas solas resaltaban. Le gustaba escuchar el sonido de la lluvia chocar contra la ventana mientras leía, le gustaba el chololate caliente cuando está triste y me gustaba pasar las madrugadas en vela escuchando canciones tristes.
Todo lo contrario a su mate. Si, ella no lo sabía, ni el tampoco. Pero pronto el destino los uniría.
Joel Pimentel era un alfa de la realeza, nacido de dos grandes lobos reales y en luna llena. El rey, el lobo más temido después de que su padre haya muerto. Un hombre lobo, mujeriego, fiestero y rebelde. Sexy e incorregible, nadie se resistía a él. Todos lo conocían en el pueblo, si hasta la pequeña Cheryl que no salía de su casa desde que se mudo a ese viejo pueblo.
Llevaban 1 semana allí y no había salido desde que llegó, estudiaba por medio de libros ya se su familia no tenía dinero para enviarla a una escuela y sin embargo Cheryl era más inteligente que cualquier otro adolescente normal. A sus 16 años era mucho más madura que aquel mujeriego de 25 años.
Narra Joel Mi madre habló nuevamente causándole jaqueca, ya estaba harto.
—Debes conseguir a tu mate, ya estás listo. Lo digo enserio Joel—sentenció enojada
—No quiero mamá, y espero nunca hacerlo
—¡Es todo! Te quitaré el trono si en 2 semanas no encuentras a tu mate, no te pido que la marques y estés con ella, solo encuentrala
Mis ojos se abrieron con sorpresa ¿me quitaría el trono? ¡No puede ser! ¿2 semanas? ¡Es demasiado poco!
—¿¡2 semanas?! Es muy poco madre, no se si ella quizá esté en otro país, quizá en otro continente—exaspere
