Esto no se trata de una segunda temporada, sólo de momentos divertidos que la familia Styles te invita a vivir con ellos.
#26 en harrystyles 06/07/2020
SI NO TE GUSTA ESTE TIPO DE ESCENAS, PUEDES SALTARTE EL CAPÍTULO.
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—¿Vestido esponjado? ¡¿Qué mierda es eso?!
Río al ver la expresión de rabia de Anna. Muerdo mi labio al disfrutar de la vista. Siempre me ha gustado la forma en que su vestido de dormir se ciñe en su cuerpo. Remarca sus curvas y es algo que me enloquece. Se inclina hacia adelante, doblando la ropa sucia, permitiéndome una buena vista de su trasero. Mis labios sueltan un pequeño silbido que sólo yo escucho. Recargo mi cabeza en la cabecera de la cama y analizo su cuerpo de pies a cabeza.
Después del embarazo, Anna ganó peso, pero nada exagerado. Todo se acomodó en los lugares correctos y la hicieron ver aún más tentadora. Pero ha seguido perteneciendo a la academia que tanto ama y no sólo eso, ha tomado clases de cocina y ahora gracias a eso, sabe mantenerse en forma, aunque a mí sea al único que le crezca el estómago con la deliciosa comida que hace.
Carajo. Ella es perfecta.
—¡Harry! ¿Me escuchas?
Da media vuelta, revelando sus duros pezones bajo su pijama. Joder. Ella logra ponerme caliente en cualquier hora del día.
—Mis ojos están aquí arriba.
Me mira con molestia, por lo que río.
—Te estaba escuchando- asiento.
—Correcto. Dime lo que te dije.
Sus manos se ponen en su cintura, en forma de jarra. Eso es una señal de peligro.
Me pongo de rodillas en la cama, me acerco hasta ella y la tomo de sus caderas, la giro sobre sus pies con fuerza, haciéndola jadear. Beso su cuello con besos húmedos, teniéndola bajo mi toque de inmediato.
—Has dicho que mueres de ganas por que te tome ya mismo- susurro contra su piel, acariciando su seno sobre la tela de su ropa- Quieres que me hunda tan lenta y profundamente en ti, hasta hacerte temblar por un delicioso orgasmo.
—Harry...- jadea cuando mi mano sube su bata y acaricio los bordes de su tanga.
—Es eso lo que decías ¿No es así?- aún con su espalda en mi pecho, tomo su barbilla y hago que me mire.
Carajo. Está tan húmeda, tan lista para mí.
—No... No lo recuerdo- murmura con su voz temblorosa al sentir mis dedos torturando su pezón- Pero si... S-si... Si me lo dices, quizá lo recuerde.
