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Fue poco lo que pude dormir. Pasé toda la maldita noche pensando qué es lo que hubiera pasado si Erick me hubiese conocido antes. Y la otra pregunta que asaltaba mi mente era antes de qué.

Estaba exhausto, además estaba irritado porque por más que había estado toda la mañana trabajando, según yo juicioso, aún no tenía listo el análisis de los registros contables que me habían solicitado, y todo porque mi cabeza había estado dando vueltas desde ayer.

Me levanté de mi escritorio y salí con rumbo al baño, un poco de agua en la cara me vendría muy bien en este momento.

Agarro la manija de la puerta e intento girarla, pero está bloqueada desde adentro, lo cual es muy extraño.

Doy un par de golpes e intento abrir nuevamente sin lograrlo.

Cuando estoy por darme por vencido la puerta se abre dejándome ver a Chris detrás de ella, con un aspecto bastante diferente a como se ve normalmente.

Su cabello estaba revuelto, sus labios hinchados, sus pupilas dilatadas y su respiración irregular, como si hubiese corrido una maratón.

-Joel- dice sin aliento -disculpa, pasa.

-¿Estabas haciendo del dos o por qué estaba bloqueada la puerta?- pregunto jocosamente mientras me dirijo al lavabo.

-Eeh, sí, sí. Es que he estado mal del estómago- responde inseguro.

Sin embargo, cuando abro el grifo de agua veo a través del espejo los zapatos de alguien que está encerrado en un cubículo.

Siento curiosidad, pero no quiero violar su privacidad así que me abstengo de preguntar y me ocupo de lavar mi cara rápidamente.

-Que te mejores- murmuro cuando estoy por salir.

Camino por el pasillo de vuelta a mi oficina cuando Richard se cruza conmigo.

-Hey Joel, vamos a almorzar.

-¿Ya es hora?- pregunto totalmente desorientado del tiempo.

- Así es, vamos.

Nos dirigimos al restaurante que le gusta a Richard y hacemos nuestro pedido a la linda mesera que coquetea con él.

-Estás tenso, relájate, nunca hay tanta paz en la empresa como cuando el viejo Vera no está.

-Aún no termino de revisar los registros contables.

-Nunca has tenido problemas con eso antes- me mira esperando que diga algo más.

Richard parece confiable, además él fue quien dijo que Chris follaba con Zabdiel, supongo que no está mal que le diga.

-Encontré a Chris en el baño.

-¿Y? ¿Le viste los huevos o qué?- me dice riéndose.

-No- niego riéndome también -estaba encerrado con alguien.

Me mira con interés.

-Tiene que ser Zabdiel.

-No hay manera de saberlo porque no lo vi, solo sus zapatos.

-Si son clásicos, de color miel y con un accesorio metálico en la parte de atrás entonces sí era Zabdiel.

Me lo quedo viendo fijamente y sorprendido porque son justo los zapatos que vi.

-¿Cómo es que sabes eso?- pregunto atónito aún.

-Soy el ojo que todo lo ve en la empresa Joel- me responde con aires de superioridad.

-¿Ah sí? ¿debo cuidarme entonces?

-No, no lo hagas, le quitas lo divertido a la vida.

-Como si tuviera algo que esconder.

-Yo no estaría tan seguro de eso.

Por alguna razón siento miedo de sus palabras y comienzo a sentirme nervioso.

-¿Qué sabes?- digo al tiempo que busco en mi mente algo malo que haya hecho, y fallando.

-Te gusta Erick- dice sin escandalizarse.

La mesera llega con nuestra orden y en medio de su coqueteo con Richard yo ruego por que éste se distraiga y se le olvide lo que me dijo.

La dicha no me dura mucho.

-Entonces ¿es así?, ¿te gusta Erick?- me pregunta cuando la mesera se ha ido.

-No tiene caso, está casado- opto por no negarlo.

-Pero incluso cuando no estaba casado...

-Estaba comprometido- lo interrumpo -y ahora está de luna de miel, ya no hablemos de Erick.

-Sácalo viejo, es mucho mejor.

-No importa en realidad, no es como si no estuviera acostumbrado ya.

-¿A qué estás acostumbrado exactamente?

-A seguir con mi vida, a no dejarme desconcentrar por cosas que no son para mí, a no perder el tiempo con lo que no me es de provecho.

Me mira como analizando mis palabras, pero para fortuna mía deja el tema de lado y comienza a hablar de otras cosas.

Un mensaje llega a mi teléfono muy tarde por la noche despertándome.

-"¿Estás?"

Es de Erick, y me encuentro todavía decidiendo si abrirlo o no cuando entra la llamada.

Pienso en lo que hablé con Richard durante el almuerzo y me doy el consejo a mi mismo de que no puedo dejarme desconcentrar ni perder el tiempo con Erick.

El celular finalmente deja de sonar. La opresión en mi pecho me dice que no estuvo bien, pero mi mente me dice sí lo estuvo cuando me recuerda que él está en la cama con otro hombre, con su esposo.

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Les quiere
Lía. ❤️

¿Cuál Es Nuestro Título? |Joerick|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora