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Se ha ido una hora antes de lo habitual. Lo chistoso es que ni siquiera he buscado a Zabdiel, la empresa no va a quebrar por una hora que él no esté y no es como que haya algo agendado para esta hora.

Termino mi jornada de trabajo y tomo mi celular inseguro de si debería llamar a Erick o no. Cuando finalmente me decido presiono el botón de llamar y me desespera que timbre tantas veces y no responda, lo intento otra vez, y una vez más sin obtener respuesta de mi ojiverde.

¿Debería buscarlo? Y si me encuentro con el señor Vera en casa, ¿cómo carajos voy a justificar que esté allí?, él dijo que iría a un cena con unos amigos, así que es mejor apresurarme antes de que regrese.

Paro un taxi porque ir en autobús me tomará mucho más tiempo, y le indico la dirección al conductor. Mi cabeza dice que es mala idea ir hasta su casa, pero mi corazón duele al recordar que no sé nada de él, ¿por qué nunca se ponen de acuerdo?.

Me pongo nervioso cuando estoy por fin frente a su puerta, a pesar de que es claro que mi jefe no está porque su auto no está en el parqueadero.

Toco el timbre dos veces y al cabo de unos minutos escucho pasos acercándose, espero que sea Erick y no una empleada.

-¿Quién es?- sonrío con alivio al escucharlo.

-Soy Joel, Erick.

-¿Joel?- repite con duda -¿qué haces aquí?.

-Necesito verte, ¿puedes abrir por favor?.

Tarda un par de segundos y creo que va a abrir la puerta, pero no es así.

-No creo que sea buen momento.

-¿Por qué?.

-Es mejor que te vayas- no puedo pasar por alto el temblor en su voz.

-Er, por favor explícame- le digo con la voz más suave que puedo.

El sollozo del otro lado me pone en alerta, porque no estoy entendiendo nada.

-Bebé- le digo con mi frente puesta en la madera -¿qué sucede?, soy yo amor, háblame.

Escucho el picaporte y me hago para atrás mientras abre sutilmente, apenas es una hendija, pero empujo con mi mano para hacer más espacio y entro cerrando la puerta detrás de mí.

Está frente a mí, con la cabeza gacha y sus manos detrás. Coloco mis dedos en su mentón y levanto su rostro para que me mire, pero el moretón en su pómulo izquierdo me hace retroceder espantado.

Sus ojos brillan con lágrimas que lucha por retener y yo voy nuevamente junto a él para rodearlo con mis brazos.

-¿Él te hizo esto?- Erick solo asiente con la cabeza -¿por qué?.

Se separa de mi y me mira a los ojos.

-Lo sabe.

Estoy seguro de que palidecí al momento de escuchar eso.

-¿Qué sabe?.

-Que estoy con alguien más.

-Mierda, ¿lo dices en serio?.

-Me escuchó hablando contigo por teléfono.

Y se jodió todo, esta es la vez que más hondo he metido la pata.

-No me ha reclamado nada- digo recordando mi última conversación con él.

-No sabe que eres tú- la confusión en mi rostro lo hace continuar -te registré como Daniela y ahora cree que eres un tal Daniel- me dice sonrojándose hasta las orejas.

-¿Cómo pasó?

-¿Recuerdas que hablamos cuando estabas en tu casa en San Bernardo?- asiento -me percaté de su presencia cuando colgué y me di vuelta, que bueno que no dije tu nombre en los últimos minutos de la llamada.

Me acerco a él y lo sorprendo tomando sus labios entre los míos en un beso que pretende ser tranquilizador tanto para él como para mí.

-Entiendo la gravedad del asunto y quiero que sepas que aceptaré cualquier decisión que tomes.

-¿A qué te refieres?

Sostengo sus manos y vacilo un poco antes de finalmente decirle.

-Er, si debemos terminar esto lo acepto y lo entiendo.

-No, no, no, no- repite una y otra vez al tiempo que niega con su cabeza -yo te amo Joey- dice acunando mi rostro con sus manos.

Siento el músculo en mi pecho paralizarse por un segundo porque es la primera vez que lo escucho decírmelo.

-No quiero separarme de ti, de él sí.

-¿Qué?.

-Le dije que quería divorciarme, es por eso que me golpeó.

-Mi amor- le susurro mientras lo acerco a mí y me siento dejándolo sobre mis piernas.

-Voy a adelantar los trámites, y cuando me divorcie de él me iré contigo.

-Me halagas bebé, pero yo no puedo darte la vida a la que estás acostumbrado.

-Eso no importa, puedo acostumbrarme a una nueva vida contigo- me responde recostando su cabeza en mi pecho.

Escucharlo decir esas palabras sin un solo titubeo me hace sentir dentro de mí cosas que jamás en mi vida había sentido. Es la primera vez que alguien está dispuesto a dejarlo todo por mí, y no sé cómo sentirme al respecto.

Ni siquiera estoy pensando claramente mientras me dejo guiar por él hacia su habitación, ni cuando nuestras ropas caen esparcidas en el piso, ni cuando lo he preparado para recibirme. La realidad me golpea cuando ya estoy bombeando dentro de él, y me encuentro no casualmente  con sus ojos para sentir cómo me dice con su mirada que me ama.

Lo miro también golpeando dentro suyo un te amo cada vez, queriendo hacerle sentir lo que la pasión y el deseo no me dejan decir con mis labios.

"yo te amo Joey" "cuando me divorcie de él me iré contigo" "puedo acostumbrarme a una nueva vida contigo", las palabras de Erick se repiten una otra vez en mi cabeza cuando ya estoy en mi cama más tarde esa noche. La cosa es que me asustan las nuevas sensaciones en mi pecho, pero supongo que son sustos que dan gusto, porque esas solas palabras me hacen comenzar a creer que sí pueden pasarme cosas bonitas en mi vida.

Y Erick es mi vida.

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Les quiere:
Lía. ❤️

¿Cuál Es Nuestro Título? |Joerick|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora