Erick se sostiene de mi brazo cuando baja del taxi.
No estoy seguro de qué es lo que pasó por mi mente cuando decidí traerlo a mi casa en vez de llevarlo a la suya.
Abro la puerta y lo dejo pasar primero, estoy buscando el interruptor para encender la luz cuando siento sus manos en mi cintura.
Me doy la vuelta para verlo de frente y sus manos empiezan a acariciarme debajo de la ropa.
Cierro la puerta y acuno su rostro entre mis manos para que me mire.
-Erick, ¿qué estás haciendo?
-Te quiero Joel, te quiero ahora- dice pegándose más a mi cuerpo.
No soporto más tiempo y lo beso. Siento su cuerpo estremecerse cuando me corresponde al instante abriendo más la boca para que mi lengua acaricie todo su interior.
El leve sabor a alcohol me aumenta las sensaciones de ese beso mientras siento como recorre toda mi espalda con sus manos y justo ahora tengo una ereccion.
Me separo de él porque me apena un poco y decido sentarme en el sofá tratando de iniciar una conversación normal.
Pero él viene detrás de mí y se sienta en mi regazo, y estoy seguro de que se ha dado cuenta del problema que tengo porque me mira fijamente y luego sonríe.
-Quítate esto- susurra desabotonándome la camisa.
Le ayudo a deslizarla por mis brazos y justo después empiezo a quitarle la suya.
Vuelve sus labios a los míos y baja sus caricias por mi abdomen hasta que siento que pone sus dedos sobre el botón de mi pantalón.
-Erick espera- le digo colocando mi mano sobre las suyas para que se detenga -creo que estamos llevando esto demasiado lejos.
Me mira sin decir nada.
-Es decir, no pienses que no quiero- le aclaro -cualquiera querría, tú eres hermoso, fácilmente el hombre más bello que he visto, pero...
-Pero soy casado- termina por mi.
-Desafortunadamente para mi, así es.
Veo su mirada de decepción e intenta salir de mis piernas, pero me rehúso a dejarlo ir. Lo sostengo de la cintura con una mano y la otro la pongo en su barbilla para levantarle el rostro.
-No pienses que no te deseo.
-¿Lo haces?- me pregunta con ojitos brillantes.
-Definitivamente lo hago.
Se levanta y estoy confundido, hasta que veo que baja su pantalón y luego su ropa interior. Camina hacia mi nuevamente y me saca los míos junto con mi bóxer.
-¿Quieres hacerme tuyo?- susurra en mi oído.
-Quiero- respondo levantándome para llevarlo a mi cama.
En otras circunstancias me preocuparía que Erick se fije en cómo es mi habitación, sin embargo, estoy seguro que en este momento no está observando nada que no sea yo.
Lo recuesto en la cama y saco el frasco de lubricante y un condón de la gaveta de mi mesita.
-¿Traes muchas amantes aquí?
- No creo que importe ahora.
Me agacho para besar sus muslos y su jadeo me deja claro que he descubierto una parte sensible de su cuerpo, así que le dedico mucho tiempo a ellos mientras hunto mis dedos de lubricante y luego lo esparso sobre su entrada.
Levanto un poco la vista y veo su pene enrojecido y provocativo. No suelo tomar la iniciativa en hacer mamadas durante el sexo con hombres, pero con Erick es diferente.
Es la primera vez que me nace hacerlo, así que me acerco y tomo todo lo que puedo de él en mi boca.
Chupo con fuerza y juego con mi lengua en toda su longitud mientras hundo mis dedos en él y voy estirándolo de a poco.
-Estoy listo- me dice después de un rato.
Me separo para colocarme el condón y me alineo para entrar.
Aprieta fuerte mis brazos cuando voy metiéndome poco a poco y hace un sonido estrangulado cuando llego al fondo. Creo por un momento que estoy haciéndole daño, así me mantengo quieto con mi rostro muy junto al suyo, observando cada gesto que hace.
Por fin abre los ojos y me mira, sus ojos llorosos me miran hambrientos y sus labios entreabiertos se estiran hacia mi para besarme.
-¿Estás bien?
-Mejor que nunca.
Me muevo despacio y puedo notar el desespero en él cuando eleva sus caderas para encontrarse con las mías.
Me estiro sobre su cuerpo y poso mis labios sobre su cuello para besarlo mientras lo penetro fuerte, porque ya en este punto no puedo contenerme.
Gruño frustrado por no poder dejarle las marcas que me gustaría hacerle y sigo embistiendo con fuerza deleitándome con la armonía perfecta que hacen sus gemidos al tiempo que mi pelvis choca contra sus nalgas.
-Debiste oponerte- dice con voz entrecortada.
-¿Qué?
-El día de mi boda, debiste oponerte.
-¿Por qué?- pregunto sin dejar de moverme.
-Pienso en lo bueno que sería tener esto todos los días.
La pequeña molestia que me invadió cuando mencionó su boda, se esfumó cuando entendí que en serio estaba disfrutando de mí.
Me estrello contra él varias veces y se viene soltando su semen sobre su abdomen y el mío, gimiendo y temblando entre mis brazos.
Coloco sus piernas en mis hombros y sigo golpeado en él, llegando tan profundo como es posible. Me voy quedando quieto cuando mi orgasmos aparece y suelto toda mi esencia en el condón.
-Perdón por no haber dicho que me oponía.
-Perdón por haber dicho que sí.
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Les quiere:
Lía.
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¿Cuál Es Nuestro Título? |Joerick|
FanficPonle el título tú, porque yo no sé qué somos.