XXXIII

149 16 2
                                    

ES UN CAPÍTULO CORTO PERO QUISE HACERLO EMOCIONANTE PORQUE QUEDAN DOS O TRES CAPÍTULOS COMO MUCHO PARA TERMINAR LA NOVELA.

BESOS

DANA

Era sábado y en mi hogar estábamos todos arreglándonos para ir por fin a almorzar a casa de mi padre y es que su insistencia de debe a que algo quieren comunicarnos y creo tener una idea sobre qué sería.

En lo últimos días me he sentido más pesada de la cuenta; si bien era cierto que la joya que adornaba mi dedo anular izquierdo me tenía más que deslumbrada y feliz, también los días continuaron siendo fatídicos hasta ayer en la empresa.

-Amor.- La voz de mi futuro esposo se hace presente en nuestra habitación. Viene con Bryan en brazos y es una de las imágenes más hermosas del planeta, pero algo derrumbó toda lo que pude sentir y era que ambos tenían sus camisetas sucias.- Tuvimos un accidente.- De pronto hice un check mental y es que el esposo a veces cuenta como hijo.

-No quiero saber que les pasó.- Digo exasperada y rodando los ojos.- Vamos a cambiarte amor.- Me encamino hasta ambos y tomo a Bryan en brazos, agradezco mentalmente que las encargadas de los niños inician el lunes.

Cuando voy a apartarme, Aless hala de mi mano libre hasta pegarme a su cuerpo aún con el niño en brazos.- Te amo.- Por un momento dejo de sentirme a mi misma y solo siento su contacto que sin un ápice de sensualidad logra desarmarme.

-Y yo a ti.- Deja un beso rápido en mis labios y me dispongo a ir hasta la habitación de del niño para cambiar su ropa.

Nos dirigíamos a casa de mi padre en la camioneta de Aless, una de las tantas que tiene y cantábamos a coro canciones infantiles, vida de padres al fin.

Una vez allá estaban todos incluyendo a Lena cuyo hijo ya había sido robado por Kelly.

-Mariposita.- Exclama mi padre feliz al verme mientras se acerca a abrazarme. La calidez de sus brazos y de mi casa que me vio crecer me hacen sentir sumamente feliz, era como si mi pasado hostil dejara de existir por un momento y estaba más que agradecida con la vida.

-¿Entonces te vas a casar y ahora tienes otro hijo?- Asiento en dirección a mi hermana. La veía distinta y me hallé extraño no ver a Adrián aquí.

-Así es. ¿Y dónde está tú príncipe azul?- Cuestiono y ella desvía la mirada. Toma mi brazo sin afán de hacerme daño y por un momento logro ver en sus ojos algo de humanidad, o tristeza más bien.- ¿Está todo bien?

Ella hipa con los ojos llorosos. Nuestra relación nunca ha sido buena, ella siempre ha tenido una armadura para con todos nosotros y aún más fuerte luego de haberse metido al ejercito pero eso no impide que la tome en mis brazos y permita sentir la humedad de sus lágrimas caer sobre mi hombro.

-No creo estar lista.- Es lo único que dice luego de recobrar la postura.- Ese niño vino a hacerme perder el norte, yo no quería enamorarme de él pero pasó y ahora estoy boba por un chiquillo que aún no sabe lo que quiere.- Ella entorna los ojos y siento que es más bien una crítica hacia ella misma.

-¿Podrías explicarme que sucedió?- Miro a mi hermana mayor y ella se encoje de hombros.- Voy a cumplir 37 años, he pasado mi vida solo dando órdenes y esperando una guerra que nunca va a llegar. Le llevo casi diez años pero el aún tiene mucho que recorrer sin embrago yo, ya quiero retirarme, ejercer mi profesión... - Hace una pausa.- Y tener una familia.

Ahora lo entendía toda, ya no era mi hermana la villana, ahora es una mujer que entendió y halló lo que necesitaba para ser feliz pero que chocó con lo único en lo que no podrá mandar y es en amor.

Estrellas en tu pielDonde viven las historias. Descúbrelo ahora