Prólogo

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La sociedad de Castilia estuvo durante siglos viviendo en paz. Las diferentes familias se relacionaron tradicionalmente entre ellas de forma que supieron compartir tanto recursos como conocimientos. La Orden de Castilia, la más importante y poderosa de las instituciones, tuvo importantes funciones en esas relaciones, ya que se encargó de educar a la población además de investigar en campos que iban más allá de los intereses comerciales, pero que llegaban al interés general de la sociedad. Sin embargo, uno de los descubrimientos más importantes que realizó, consiguió desestabilizar el equilibrio de la hasta ese momento tranquila sociedad.

Tras muchos siglos de paz y buena convivencia, la sociedad del planeta Castilia se vio inmersa en un conflicto interno que duró cuatro largos años y se llevó por delante casi diez mil vidas. El conflicto tuvo su origen en el descubrimiento y colonización de un nuevo planeta cercano a Castilia: Etheruca.

Etheruca había estado pacíficamente brillando en el cielo nocturno de Castilia durante generaciones, inspirando a artistas y poetas con su belleza. Sin embargo, cuando la primera expedición pisó su árido suelo y descubrió la inmensa riqueza que el planeta posee, el conflicto entre las Grandes Casas por hacerse con el control fue subiendo de tono, hasta transformarse en la primera guerra armada a escala planetaria que tuvo lugar en Castilia.

Los dos bandos de la Gran Guerra se definieron enseguida en dos de las Grandes Casas: La Casa Quarpium y la Casa Nilrum. El resto de las casas, grandes, medianas y pequeñas, se adhirieron a uno u otro bando en función de sus propios intereses.

La Casa Nilrum, cuyo máximo representante era el temido Orlov Nilrum, fue la primera en comenzar a colonizar Etheruca y en hacerse con los recursos metalúrgicos que dicho planeta posee en grandes cantidades, lo que le ayudó a tener una posición ventajosa durante todo el conflicto.

La Casa Quarpium se vio obligada a ir rezagada y a sufrir grandes pérdidas, tanto económicas como humanas. Todo el mundo daba por supuesto su derrota, incluso sus propios aliados. Algunos llegaron a recriminar a Yagmur Quarpium, el máximo representante de la Casa Quarpium, que persistiera en la lucha a pesar de que la victoria nunca había estado en sus manos.

Todos los aliados de la Casa Nilrum, convencidos de su propio triunfo, llevaban un tiempo repartiéndose el botín de la Gran Guerra y redactando espeluznantes reparaciones que obligarían a llevar a cabo a todas las familias que hubiesen estado en el bando perdedor. Sin embargo, uno de estos aliados de la Casa Nilrum, Grigori Kawleus, máximo representante de una casa mediana que había estado junto a Orlov Nilrum desde el principio, no estaba satisfecho con el reparto que le tocaba a su propia casa.

Por esta razón, se reunió en secreto con Yagmur Quarpium, con el que llegó a un acuerdo mucho mejor que el que le había ofrecido Orlov Nilrum. Tras esa reunión secreta, la suerte de los Quarpium cambió y en pocas semanas consiguieron derrotar a la Casa Nilrum y ganar la Gran Guerra.

Algunos de los aliados de Yagmur Quarpium, tras el éxtasis de haber conseguido una victoria que nunca esperaron, encontraron las reparaciones de guerra redactadas por el bando enemigo y decidieron obligarles a cumplirlas a ellos mismos. Esto originó, entre otras cosas, que la Casa Nilrum se extinguiera tras la muerte de Orlov Nilrum en el exilio.

El final de la Gran Guerra marcó un antes y un después en la historia del planeta Castilia, dando comienzo a lo que se conoció en aquellos momentos como la Nueva Era, y más tarde simplemente como la Era Moderna.

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