Capítulo 2

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Siglo I de la Era Moderna – Supremacía de la CasaQuarpium.

Un grupo de jóvenes está reunido en uno de los laboratorios de la Orden. Hace ya varios días que tienen el dispositivo armado, y únicamente les hace falta un componente para ponerlo a prueba.

No ha sido un experimento fácil, ni siquiera para ellos, que forman el grupo más poderoso de su generación. Son los herederos de las Grandes Casas de Castilia, y no les ha resultado fácil reunir la cantidad de metales requerida para crear el dispositivo en el que llevan trabajando durante tanto tiempo, aunque más intensamente durante los últimos tres meses.

Solaris, la heredera de la Casa Angelyze, ha sido la precursora del experimento, y es la que más entusiasmada está, a la par que nerviosa.

—Debimos comenzar la búsqueda del componente estable desde el principio –dice–. A fin de cuentas, Vaham no ha estado haciendo nada hasta ahora.

—No te apures Solaris –contesta Cutegor, heredero de la Casa Quarpium, la más poderosa de todas las Grandes Casas–. No sabíamos con seguridad las características del componente. Habría sido precipitado comenzar a levantar sospechas antes de saber con seguridad lo que necesitábamos. Ya sabes que en el momento en que la Orden sospeche lo que tenemos entre manos...

—Yo sí sabía lo que necesitaríamos, y os lo dije –le corta Solaris–. Un metal lo suficientemente estable que tras su propia desintegración no sufriera variaciones atómicas.

—Ya, eso es una forma muy ambigua de formular una serie de características
–responde Leohost, heredero de la Casa Debeviz.

—De todas formas Vaham no tardará en hacerse con el componente, aunque sólo sea una muestra –dice Damoku, heredera de la Casa Fountica–. Su familia es la encargada del procesado de los minerales, y tiene acceso a una gran variedad de metales residuales que pueden responder a nuestras necesidades.

—Sí, es cierto, pero todos esos metales residuales se guardan en Etheruca, no aquí
–responde Solaris–. Si hubiéramos comenzado desde el principio la búsqueda,ahora sería mucho más fácil. ¿Qué pasará si en toda Castilia no hay metales de esas características?

—Los hay –añade con seguridad Karmabes, heredero de la Casa Gyterau–. Ya sabes que muchos de los trabajadores temporales de Etheruca se traen muestras de metales residuales de contrabando a Castilia. No hay nadie mejor que Vaham para localizar a alguno de esos contrabandistas.

—Vaham dijo que lo encontraría en su casa, y está transportándose por medio mundo sin encontrarlo ¿Y si hubiera que ir a Etheruca? Eso complicaría todo muchísimo –dice Syneth, heredera de la Casa Byros.

—Por supuesto que lo complicaría, esperemos que no haga falta –contesta Cutegor–. De todas formas en el peor de los casos Vaham puede ir a ver a su padre a Etheruca y hacerse con una muestra.

—Después de lo que está llamando la atención utilizando masivamente su transportador, lo único que faltaba es que fuera hasta Etheruca a ver a su padre. Seguro que la Orden se nos echa encima. Como si le faltaran motivos para sospechar.

El ruido de la puerta al abrirse hizo que todos se callaran de repente. Heromin, heredero de la Casa Nigeloid entra con aspecto excitado.

—Vaham acaba de establecer comunicación –dice.

—¿Qué ha dicho? –pregunta con ansia Solaris– ¿Lo ha encontrado?

—Ha localizado a un contrabandista –responde Heromin–. Vive en una isla pequeña en la región de La Mina. Según le han dicho, pasó diez años en Etheruca, y cuando regresó pidió como parte del pago una gran cantidad de muestras de metales residuales. Vaham se dirige hacia allí ahora.

Tempestades InvisiblesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora