Un Beso De Amor [Emiliaco]

Capítulo X

* Puedes olvidar su aroma, pero no puedes olvidar a tu primer amor *

El tiempo pasaba, cada uno se centraba en sus pensamientos, en sus problemas, en sus decisiones. Emilio se enojó con su madre ya que ella le prometió que María sería su compañera pero resultó ser su amiga Seidy, ella sonrió para decirle que él quería eso en el fondo, que por ello pasó tal acontecimiento.

Poco a poco como pasaban los días, su manada se empezaba a llevar bien, no del todo pero lo intentaban. El pelinegro y sus compañeros acordaron que dejarían agosto y septiembre para que se llevarán bien, después de esos meses empezarían a buscar ayuda para manejar una manada.

Mientras tanto Joaquín se divertía junto a su familia y Carlo, sus días pasaban rápido, ya tenían todo listo para preparar la habitación de él y comenzaron a pintar, algo que nunca olvidaría fue el momento en el que estaba el castaño en la parte de arriba para hacer bien la capa de pintura, se encontraba arriba de un banco y Carlo estaba abajo mezclando el agua con la sustancia turquesa, en algún momento el pelirojo se movió rápido que balanceó el banco haciendo caer a Joaquín, en sus reflejos lo vio y alcanzó a agarrarlo de las caderas y cayeron al piso, tal cual un película de romance, se rieron pero terminaron besándose entre sonrisas, las cuales parecían de enamorados; por lo menos así lo sintió Carlo. Ahora era una situación graciosa que al recordar una sonrisa traviesa se plantaba en la cara de Joaquín, era como si de verdad lo amara.

Carlo ya tenían su departamento amueblado entonces Joaquín no lo ayudó en su mudanza como tal, los padres de Carlo lo apoyaban económicamente y le aseguraron que para diciembre irían a México y pasarían navidad ahí. Ellos eran felices cada uno a su manera. Faltaba tan sólo tres día y comenzarían sus nuevas vidas.

Todos se encontraban bien dentro de lo que cabe, cada uno con sus cosas. Pero pronto terminarían la familia Marcos y la familia Bondoni recontrandoce, aunque Joaquín sabía que Emilio estaría ahí, realmente no esperaba que él fuera ahí, pues pensaba que el pelinegro entraría a la misma Universidad, pues esta era de arte y diseño por eso entraba la arquitectura, ingeniería, etc. Pues llevan un poco de diseño en la carrera, Joaquín pensaba que Emilio seguiría lo que su madre le dijera, pues sería un contador, un ejecutivo, un administrador de empresas o algo por el estilo; aún no sabía a detalle lo que estudiaría el pelinegro.

Pasaron los días, y el momento llegó. Carlo se levantó a las seis menos quince, se baño con agua poco caliente y tomó unos pantalones negros que tenían rotas las partes de las rodillas rotas por el frente, también una playera blanca al igual que sus tenis, agarró una sudadera gris y su mochila para salir de su departamento, todo lo que necesitaba estaba en la mochila. Salió rumbo al estacionamiento y se subió a su moto ducati scrambler blanca* Manejó hasta a la casa de su futuro Omega.

Mientras tanto Joaquín se había colocado unos jeans y una sudadera blanca, junto a tenis azules, bajó con su familia a desayunar viendo como Carlo ya estaba ahí comiendo. La familia comía mientras los padres se preparaban para irse a trabajar. Cuando todos terminaron cada uno se fue a sus destinos, el pelirojo y el castaño subieron a la moto para llegar a rápido a la Universidad.

[...]

Por otro lado Emilio salió de su casa para subirse a su auto Audi A7 negro* su madre le había dado ese auto cuando cumplió diecisiete. Colocó una música aleatoria de su móvil, encendió el automóvil para avanzar entre las calles y avenidas, su universidad quedaba a cuarenta minutos de su casa, maneja lo mejor posible pero tenía un picazón en el pecho, como si fueran nervios; algo inusual en él. Su corazón latía muy rapido, serían los nervios de que su madre lo dejó estudiar música o por qué sentía tal cosquilleo. Su mente y su cuerpo le daban malas jugadas pues mientras conducía un olor familiar pasaba por su nariz, era algo dulce pero no lograba diferenciar de quién era, podría ser algún olor de cualquier Omega que pasó por ahí, pues su celo sería en tres días.