Capítulo XX

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* La respuesta lo cambiara todo *

Es normal sentirse entre la espada y la pared cuando depende ti lo que vaya a suceder después.

Joaquín tenía claro que sentía algo por los dos, todavía le tenía cierto rencor a Emilio por todo el daño hecho, pero con su disculpa ese rencor disminuyó. Cada uno le daba un amor diferente, en cada historia había una aventura diferente, pero no sabía a cuál aventurarse.

¿A quién eligirian uds? ¿Cuál amor verdadero sería el elegido?

Nikolas al notar que su amigo había faltado a la penúltima clase, sabía que no estaba nada bien con él. Al sonar la chicharra el Omega salió corriendo en busca de su amigo, cuando él se sentía abrumado, lo normal era que se fuera atrás de un lugar.

— El gimnasio, atrás de las gradas... Que tonto soy.

Perderían la última clase, y les traería consecuencias después pero preferían eso a un Omega deprimido y/o agobiado. 

[...]

Emilio fue con sus amigos, tomaría una decisión para el bien de su manada. O bueno lo intentaría.

Acompañenme, iremos con María y Andrés, ya terminaron sus clases — Sería el Alfa ideal, tendría que serlo y aprenderlo por su cuenta.

— ¿En verdad? No la vayas a cagar — Emmanuel no quería más discusiones.

— ¿Cómo sabes que ya acabaron sus clases? — la curiosidad la tenían pero Julieta la había revelado.

— Fácil, antes de entrar a la escuela me di a la tarea de investigar sus horarios de todos... Fue una ayuda de mi madre en su tiempo, me dijo que me serviría y me lo consiguió antes de iniciar el semestre.

Nadie dijo algo más y fueron directos a la mesa en la que estaban haciendo tareas los solitarios. Al estar a cinco metros de distancia Andrés reaccionó y miro a la manada mientras que intentaba proteger a María.

— Sólo vengo hablar y proponer algo, no quiero pelear.

Omega y Beta se miraron, acto seguido aceptaron en que hablarán y se sentaran frente a ellos.

— He cambiado, cometí demasiados errores, me di cuenta de la manipulación, de las cosas malas que hice y estoy arrepentido — tomó aire, miró a las personas enfrente suyo y suspiró antes de todo, fueron mis amigos y quisiera mantener eso. Seidy se fue de la manada, le conté todo y su decisión fue irse. Estoy arrepentido, quisiera que volvieran a mi manada, pero no los voy a obligar... Uds tienen la última palabra, la respuesta.

Todos estaban callados, estaban analizando las palabras dadas.

— Me porté mal contigo María, lo siento — si de disculpas se trataba, Julieta era directa.

— Se ven sinceros, yo por ahora no quisiera estar en una manada, pero si quiero un grupo de amigos — Andrés habló y Emilio aceptó.

— Acepto las disculpas, quiero amigos, una familia y si a futuro se puede... Una manada.

Todos aceptaron y se abrazaron, sabían que en algún momento se volverían una manada, tarde que temprano lo serían, una familia unida.

[...]

— ¡Estás loco! Cinco supresores es mucho idiota, lo máximo son dos.

— No me pueden encontrar, no me verán, puta madre — Joaquín se hacía bolita entre su ropa y las mochilas.

Cuando llegó Nikolas encontró a su amigo con pastillas en su mano, visiblemente eran supresores, su amigo quería ocultar su olor. Después de preguntar la cantidad de preocupó, el exceso tenía consecuencias... Uno de ellos era que su celo se adelantará, aunque faltarán tres mes.

— Vamos a esperar aquí una hora, se te tiene que bajar la cantidad de droga que tienes, sí, ya es una droga cuando excedes.

Joaquín se estiró en el piso en forma de estrella y su amigo buscaba más agua en su mochila para que el efecto del celo no llegara.

[...]

El tiempo pasó volando y la hora de la salida llegó. Los amigos de Emilio se fueron al ver que Carlo caminaba hacia ellos. Una plática amena fue presente, disculpas aceptadas y un "suerte" fue el sellador. Cada uno se fue por caminos diferentes, cada uno en su posición, en espera de la respuesta del Omega que caminaba junto a su amigo. Ambos se dieron cuenta que el aroma dulce de Joaquín ya no existía, el joven había tomado supresores. El castaño vio a los Alfas en las esquinas de la salida, sabía que era el momento de su respuesta.

— Quédate a mi lado, nos iremos juntos... Justo como empezamos — tomó la mano de su amigo y soltó su voz.

Joaquín había utilizado su voz, su chillido de ayuda, su llamado para su Alfa. El primero en reaccionar fue Carlo, sintió una apuñalada en su pecho, su Alfa chilló en respuesta, caminó hacia al Omega. Por otro lado Emilio sintió un golpe en su estómago, su Alfa gruñó en respuesta y corrió para llegar antes que Carlo.

— Seré directo, el pasado está presente, el amor del ayer sigue ahí — miró a Emilio — todavía te quiero, mi animal está loco por ti, te perdono, te ofrezco mi amistad si gustas pero no quisiera tener algo con un Alfa que no supo ni siquiera decir "Madre, él es para mí. Padre, haz sufrido mucho... Me necesitas como apoyo" es bueno que cambies pero conmigo no es suficiente para estar contigo, aunque seas mi destinado.

Emilio lloró, dejó su máscara dura y lloró, no fingirá que estaba todo bien. Carlo sabía la respuesta, el Omega había decidido bien.

Estoy orgulloso de ti, al final un beso de amor era lo que necesitabas, se feliz.

Carlo habló, el otro Alfa que seguía presente y el Omega de Nikolas no entendían, pero Joaquín sabía que el Alfa italiano sabía la respuesta.

— Gracias.

Los alumnos salieron de las instalaciones, habían recibido la respuesta. Ahora era el momento de un nuevo inicio.

F I N

☪ Maricruz C.

~•~•~
Faltas de ortografía o cosas sin sentido, decirme. No importa cuando sea.

Un Beso De Amor [Emiliaco]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora