Capítulo I

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* Revelación del lado animal *

La familia Osorio se sentía feliz, no había explicación para sus emociones encontradas, su pequeño retoño por fin aprendió a leer y a escribir; eso no era lo importante, su hijo con tan sólo seis años aprendió a componer canciones y a tocar el teclado provisional que fue dado por sus progenitores.

— Mamá, ya se que quiero ser de grande.

De seguro ejecutivo como tus padres — dijo orgullosa.

— Que aburrido, quiero ser cantante y que todas las personas estén felices de mí música.

Esas palabras no les gustaron para nada a la Alfa, ella no estaba de acuerdo en que su pequeño se dedicara a la música, claro que no... Eso sólo es para Omegas y su retoño no lo es.

Niurka Marcos, Alfa ejecutiva en el área de "Diseño moderno", que como secretario tiene a su Omega: Juan Osorio. Estaba ella decidida en que Emilio no sería la vergüenza de la familia, con enojo le quitó el teclado al menor y se lo clausuró hasta que cumpliera doce años.

¿¡Por qué!? No me agradas, mejor me voy con Joaco a jugar.

[...]

Joaquín, niño de cinco años es vecino de los Osorio. Él y su familia aparentaban ser la mejor del lugar, claro que lo eran. Sus padres se aman, su hermana de tres años es la mejor, tiene mejores amigos. Todo lo que un niño puede desear a su edad.

Joaquín, te están esperando afuera.

Ya voy mami.

Joaquín bajó corriendo por las escaleras, recibiendo el regaño de que se podría caer. Al estar completamente abajo fue a la puerta para atender a su visita con una sonrisa que fue borrada al ver a su amigo con sus mejillas rojas y húmedas.

Emi... ¿Qué tienes? - mencionó el castaño.

Lo mismo de siempre...

Tranquilo, vamos a mi cuarto y podrás tocar el teclado que tengo - ante todo quería a su amigo feliz.

Gracias, eres el mejor.

Con una sonrisa en ambos rostros, subieron las escaleras corriendo para aprovechar el tiempo que les quedaba en lo que llegaba la madre del pelinegro.

Joaquín miraba a Emilio, no entendía el motivo por el cual la madre de él no quería que hiciera lo que le gustaba, tan sólo tenía seis años y ya decidía por su hijo. El menor tenía miedo de que todo se fuera a descontrolar y que no pudiera hacer nada, pero son amigos y sabe que eso podría pasar.

[...]

Hablaban, reían, comían, sólo se divertían. No mencionaban nada sobre la madre del pelinegro, no pensaban arruinar su día.

Joaquín... ¿Te puedo preguntar algo? — sus mejillas se tornaron rojas del nerviosismo.

Está bien.

¿Te gusta alguien de la escuela?quería aclarar sus dudas.

¿Qué? Eh, n-no lo sé — su nerviosismo era evidente — y a ti, ¿Te gusta alguien?

La pregunta lo tomo por desprevenido, no sabía cómo responder a esa pregunta. Pero lo que tiene presente es decir la verdad sin importar las consecuencias.

Sí, y es una persona muy tierna. Su nombre... — fue interrumpido por el grito de Elizabeth; mamá de Joaquín, diciéndo que Niurka estaba afuera esperando por él — me tengo que ir, mañana nos vemos.

Un Beso De Amor [Emiliaco]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora