Un Beso De Amor [Emiliaco]

Capítulo XVI

* Lucha por lo que quieres *

Niurka llegó a la universidad de su hijo. Es verdad que no conocía la actual dirección del Omega y su familia, pero utilizaría su influencia que tiene para conseguir lo que pide.

Cerrando la puerta de su auto, se colocó unos lentes de sol para entrar a las instalaciones de la escuela, pasando por el portón de seguridad.

— Hola, buenas tardes ¿Qué desea señora? — respondió el señor de seguridad.

-— Señora su madre, dígame señorita. Quiero entrar a la universidad para hablar con el maestro director de la escuela.

— Emh, lo siento pero sin una previa cita puede pasar, tendría que decirle a su hijo o hija, que pida permiso par-

— No me estás entendiendo, soy Niurka Marcos, la empresaria multimillonaria que sostiene a este país, y si te pido entrar, tú me dejas entrar y cierras el osico — de algo tenía que servirle ese título que se ganó en la sociedad.

— Claro, una disculpa... Puedo dejarla pasar pero necesito que me deje su identificación, eso es algo que se hace sin excepciones.

— Ten y déjame pasar.

— Adelante.

La puerta fue abierta y la mujer pasó, mientras el señor se sentía enojado de no poder decirle sus cosas a la mujer ya que ella ayudó en la fundación de esta universidad de la zona.

Niurka sin mirar atrás, y con paso apresurado; llegó a los pasillos de la escuela, estaba decidida que su hijo ya no tendría relación alguna con el mocoso de ese Omega. Su celular tenía varias llamadas perdidas y todas eran de su hijo, mensajes no respondidos diciendo que no hiciera nada y que él ya no es un niño. La Alfa llegó a la oficina del rector y abrió la puerta sin tocar.

— Necesito que me hagas un favor, y no voy a recibir una negación de tu parte.

El señor se le notaba que estaba confundido y aterrado, pues la mujer años había dicho "Vendré en algún momento por lo que es mío" y no quería que la Alfa se quedará la universidad.

— Adelante, te escucho.

[...]

Por otro lado, Emilio estaba en su habitación encerrado; sus hermanos lo dejaron sólo pues él no tenía ningún movimiento que hacer. Él subió y se encerró en su cuarto, dejando salir a su Alfa, ya no quería seguir atrás de su madre, quería ser libre y ser feliz junto a esa persona que ama.

Intentó llamar y mandar mensajes a Niurka pero ella no respondía. Sentía la traición de su madre, sabía que Joaquín nunca iba a ser alguien bienvenido en esta casa, tenía que manejar esta situación. Se levantó de la cama, se tranquilizó para que Emilio manejara lo que se vendría y que el Alfa descansará hasta que se necesitara.

Tomó su celular, y buscó el número de la única persona que esperaba y no lo abandonaría.

Riiiiing

Riiiiing

Riiiiing

— Hola, milagro que no me hablas.

— Perdón, mi madre no me dejaba hacer nada, y hoy me armé de valor.

— ¿Te armaste de valor para hablarme?

— Sí y no, me revele a mi madre, dejaré de ser su bebé, ella se enojó por saber que quiero estar con Joaquín, mis hermanos me agarraron mientras ella se iba, dijo que le haría algo a mi Omega... Necesito ayuda, y no te hablo por conveniencia, te hablo porque quiero tener una familia, quiero sentir el amor de alguien.

— Aquí siempre lo vas a tener, las puertas de mi amor siempre estarán abiertas, y me alegro de que por fin veas a tu madre como en verdad es, y claro que volveremos a ser una familia, vente a Monterrey, aquí estaré esperando.

— No, yo quiero estar contigo, vivir juntos, tener recuerdos y todo, pero quiero que sea aquí, en Ciudad de México, quiero seguir en la escuela, tener mi carrera aquí y tener a mi novio a mi lado, tener a Joaquín.

— Entiendo...

— Papá, ¿Me darás la espalda? Te juro que he cambiado, cometí hoy un gran error, quiero cambiar lo que soy... Y sé que tu gran amor me ayudaría mucho.

— Claro que sí, hijo; lucha por lo que quieres.

— Gracias, papá, te quiero.

— De nada y yo también te quiero. En dos días volveré a la ciudad, deja hago todo el trámite para llegar a vivir ahí, sé que puedes sobrevivir en esa casa dos días.

— Soy fuerte, como tú, claro que puedo.

— Hasta luego, hijo.

— Hasta luego, papá.

*Fin de la llamada*