"Tarde o temprano, las personas tendemos a regresar de donde partimos. Deambulamos presenciando un sinnúmero de experiencias efímeras, buenas y malas, a las que rutinariamente llamamos vida. Somos como árboles en un bosque desolado, forzando nuestras raíces a extenderse hacia lo más recóndito, mientras atraviesan suelos adamantinos con dificultad, consumiendo nuestras fuerzas en la búsqueda de aquello a lo que llamamos felicidad. Pero, aunque nos extendamos hacia lo más profundo, todos terminamos en el mismo lugar al final. Incapaces de obtenerla, algunos arribaremos con rapidez a dicho destino, y otros intentaremos alargar el deseo infructuoso de nuestra existencia que nunca prevalecerá."
El Autor. Año desconocido.
—¡Zander, no te vayas! —Una pequeña Buneary trataba de seguirle el paso a un malherido Zangoose que trastabillaba por un pastizal incendiado.
—¡Tengo que encontrar a mi mamá! ¡Debo saber si está bien! —Siguió atravesando la parcela carbonizada hasta llegar a un muro de ladrillo.
—¡Te estás desangrando, tienes que parar! —Le sostuvo de un brazo.
—¡Suéltame Lily! —Forcejeó y logró librarse del agarre— ¡Tengo que alcanzarla!
A pesar de haber estado resistiendo con todas sus fuerzas, la vista se le nublaba y la herida de su rostro comenzaba a cobrarle factura. Conforme pasaba el tiempo, los gritos del pequeño desistían, se atenuaban y decaían en fortaleza. Estaba a punto de dar otro paso, cuando detrás de él, tomó forma la imponente figura de un Charizard, emanando un brillante escarlata de sus fauces como anticipación de un evento fatal. Sobre el lomo de aquel inmenso reptil, yacía una sombra que pudo distinguir cuando la humareda se disipó.
—¿M-mamá?
Pero se quedó con la palabra en la boca, pues aquella presencia se desvaneció entre la quemazón para nunca más aparecer. Zander solo podía sentir el palpitar de su corazón punzando como si le encajasen un millar de agujas, era un dolor indescriptible. Todo a su alrededor se nublaba, no podía escuchar, no podía observar y sentía frío a pesar de estar rodeado de brasas. Cayó de rodillas sobre el ardiente fuego y bajó la cabeza, sucumbiendo ante la oscuridad de la noche.
—¡Zander! —Reverberaba una voz masculina a lo lejos, que parecía haber sido traída por el viento. En un instante, aquel pasaje en llamas se desvaneció con el haz de una luz cegadora— ¡Zander, hijo! —El sonido no se calmaba— ¡Despierta hijo! ¡Se hace tarde para tu primer día en la preparatoria! —comentaba el viejo Zangoose mientras llamaba desesperadamente a su puerta.
—Ah, eres tú. —Se calmó un poco postrando el puño cerrado sobre su pecho— Así que tuve otra vez ese sueño...
Melancólico, tapó con recelo su ojo derecho, contemplando mediante las yemas de sus dedos el par de cicatrices verticales que sobresalían de su párpado. Levantándose con lentitud de la cama, estiró los brazos espabilando, y observó el reloj sobre su buró aún somnoliento. Las manecillas de aquel artilugio oxidado de color latón marcaban las 800 horas.
—Creí haberle dado cuerda anoche, mi alarma no sonó.
—El desayuno ya está en la mesa, es tu favorito, apresúrate a arreglarte si quieres que te lleve en el carro, recuerda que yo también debo ir a trabajar. —Terminó de hablar soltando una risa. No le era posible ocultar su felicidad por el reciente logro de su hijo—. ¡Mi muchacho ya entró a la escuela! —El señor abandonó el cuarto del joven riendo y balbuceando un sinfín de palabras incomprensibles.
—Este viejo... —Sacando la lengua en una rabieta, terminó de levantarse y poniéndose una playera de color azul marino, se dedicó a arreglar su mochila— Lapicera, lista. cuaderno, listo —Volteó hacia su escritorio y tomó un pequeño libro de pasta oscura—. El evangelio... —una mueca de disgusto salió a relucir al momento de sostener el empastado corrugado— Para algo tiene que servir.
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Pokémon: La odisea del creyente
FanfictionUn Zangoose se embarca en una aventura para ponerle fin a la guerra de su nación, sin saber que su búsqueda lo llevaría a un camino repleto de oscuridad. PG-15: Violencia, lenguaje fuerte, uso de armas, alcohol y drogas. Arte de la portada hecho po...