'Y los Campeones se alzaron de entre los vivos, dominando los cielos, los mares y las tierras, para así juntos traer la caída de los seguidores del Infierno. Por eso orarán y protegerán el nombre del Creador y santificarán a sus Hijos por sobre todas las cosas hasta el final de los tiempos, y a todos aquellos que desprecien la palabra del Creador, se les despojará de la gracia divina y perecerán en un tormento atroz bajo las garras del Caído, por toda la eternidad. Porque al abandonar el camino del Campeón, abandonarán su vida y su libertad. Que el Gran Ojo los guíe en su camino y que la luz de Arceus los ilumine a todos.''
Evangelio sagrado de Arceus: El Júbilo; 1 d.D. (Después de los Dioses).
La calidez de aquella mañana dominical despertó al flacucho de Zander al entrar por su ventana. Un gran rayo del astro rey impactó directamente hacia su cara, llamándolo al mundo real una vez más. Al despertar, tapó su cara con una palma, se estiró un poco y se levantó de la cama con un incesante rechinido que provenía del colchón.
—Ya estás viejo, amigo... pero todavía sirves —mencionó con ternura a su colchón mientras le daba un par de palmaditas a la desgastada cubierta de lana de Wooloo—. Aguanta hasta el próximo verano, algo me dice que los niños del Dubwool de la otra parcela tendrán mucha lana para para ti.
El jovencito abandonó su recámara y se dirigió a la puerta principal. Su padre todavía estaba en la sala, profundamente dormido. Zander notó un par de botellas vacías que no había visto anoche sobre la mesita de centro, lo cual le hizo enfurecer todavía más de lo que ya estaba con él. En una rabieta regresó a su cuarto, tomó su mochila con algunas cosas y salió corriendo por la puerta, azotándola fuertemente en espera de que esto lo despertara de su deprimente letargo.
—¡Eeeeh! ¡¿Q-quién?! ¡Zander, espera! —titubeó Alexander muy espantado por aquel estruendo.
—¡Cállate, no me hables! —Espetó contra su padre, alejándose a toda velocidad de su casa.
No hizo algo más que agarrarse a correr por aquel camino con destino a la casa de Lily. Brincaba charcos y esquivaba matorrales con una agilidad excepcional. Frente a él fluía un pequeño arroyo, el cual sobrepasó sin dificultad alguna. De alguna manera se sentía más relajado y libre, pues hacía mucho tiempo que no corría así. Un par de años atrás, tal vez y hasta se habría tropezado con su propio peso, nada en comparación al atlético gato hurón en el que se había convertido. Varios plantíos de trigo después, observó un rostro conocido a lo lejos, quien cantaba mientras daba saltitos a un costado del camino.
—Y otros pueden cavar, profundo pero yo puedo ca-mi-nar, ¡ca-mi-nar! No sé exact– ¡Eh! ¿¡Zander!? —El Furret apresuró su caminata mientras tarareaba una canción.
—¡Oliver! ¿Cómo está tu mamá? —respondió al saludo con alegría.
—¡Ya mejor! Muchas gracias por las semillas cura, no sé cómo pagártelas... —Bajó la mirada mientras ponía una cara de desdicha.
—Tranquilo, no es nada güey, la verdad que sólo las encontré por ahí... M-mejor, eh, pásame un periódico y con eso nos ajustamos, ¿va?
—¡Claro, aquí tienes! —Tomó un papel enrollado de su bolsa y se la arrojó a Zander, quien la atrapó sin problema—. ¡Nos vemos!
—¡Ándale, cuídate! —Siguió caminando mientras hojeaba el rugoso papel —. Veamos... 23 de Agosto de 5154, ¿qué noticias me traerás hoy? Hmmm... —Hizo una mueca de disgusto al leer la cantidad de pokémon desaparecidos en las áreas aledañas a su zona—. ¿Esto nunca cambiará, verdad? bah... —Tiró el periódico al suelo y siguió caminando, ahora con menos ímpetus que al inicio, tan pocos que ya ni siquiera andaba en cuatro patas.
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Pokémon: La odisea del creyente
FanfictionUn Zangoose se embarca en una aventura para ponerle fin a la guerra de su nación, sin saber que su búsqueda lo llevaría a un camino repleto de oscuridad. PG-15: Violencia, lenguaje fuerte, uso de armas, alcohol y drogas. Arte de la portada hecho po...