Segundo Acto: El acertijo del sabio. Parte 1

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''Cuenta la leyenda, que, en la parte más profunda de la jungla del silencio, vive una dama vestida de blanco. A todos aquellos cegados en su rumbo, arropa benevolentemente entre sus vestiduras, mostrándoles el verdadero camino de su corazón. Todo aquel que se rehúse a aceptar las palabras de su alma, se le despojará de su convicción por toda la eternidad, como severo castigo hacia la mentira y el egoísmo que se alimenta vorazmente de los que alguna vez negaron su identidad y abandonaron lo que siempre fueron capaces de alcanzar. ''

Diario de los perdidos; Año desconocido.

— ¡Maestro Emboar! —Zander recordó un dato muy importante que había pasado por alto durante el viaje de la escuela a la puerta de la gran muralla— Maestro, para nosotros es prácticamente imposible sobrevivir en las afueras sin siquiera tener una mochila con objetos, y esas solamente se les otorgan a aquellos que ya demostraron su aptitud y lograron conseguir la moneda de cobre, ¿o es que acaso tiene un equipamiento de exploración para los cuatro equipos y monedas para todos?

Los demás pokémon voltearon a ver a Zangoose y no pudieron evitar hacer un revuelo.

Buneary dejó caer la cara contra su pata y con un gran suspiro comentó. 

—Aquí vamos de nuevo... siempre abriendo tu bocota en el momento menos indicado, ¡no tienes remedio!

Zeraora, Incineroar y Lucario aprovecharon esta oportunidad entregada en bandeja de plata por él mismo para humillar al pequeño. 

—Vaya, ¡hasta que al fin te diste cuenta del lugar al que perteneces, inmundo normal! —Zeraora lideró la sarta de burlas hacia el gato hurón.

Una carcajada después de haberse contenido las últimas horas, Incineroar también se empeñó en molestar al pequeño. 

—¿Mucho miedo tienes gordo? ¡Ve a llorar con tu mami! Ah, es cierto, ¡No tienes! ¡JAJAJA!

—Eso es pasarse de la raya —susurró Weavile a Zoroark al ver cómo se burlaban aquellos, y esta le respondió brevemente.

—Lo es, alejémonos de ellos.

Hydreigon también quería molestar un poco a nuestro gordito favorito pero esta vez tuvo que ahorrarse los comentarios al estar amordazado por los lazos de Sylveon, quien aprovechó para llevarlo detrás del autobús sin que alguien lo notara. 

—¡Mmmh! ¡Mmmhp! —La gran bestia intentó gritar sin éxito, perdiendo el aliento poco a poco.

—¿Qué dijiste mi cielo? Verás, es muy difícil escucharte, acaso, ¿te pusiste nervioso porque no encuentras palabras para decir cuánto me amas? Qué romántico eres. —Sylveon no pudo evitar sonrojarse y se le montó en el pecho, dejándolo de espaldas contra el suelo—. M-me estás poniendo muy, muy... ¡n-no muerdas así mis lazos, me los dejas tan húmedos! ¡Kyaaaa!

Sandslash no se quedó callado y también alzó la voz. 

—No, no, aunque el panzón lo haya dicho por cobarde es un buen punto, los objetos son muy caros y lo único que podríamos conseguir serían bayas y una que otra semilla, pero esferas no, ¡aunque yo no las necesite!

— ¡SILENCIO! —Emboar lo pensó un poco después de calmar el alboroto y recordó a quien había visto en sus recuerdos durante un momento fugaz detrás de la puerta— Inteligente respuesta Zangoose. Para poder atravesar la muralla es necesario haberse graduado y poseer el material adecuado, pero no es la única manera.

Abrió su puño y ante la vista de todos, una moneda de cobre oxidada yacía en su palma.

—Como un pokémon de rango Oro, puedo formar un equipo provisional, así que solo un equipo podrá salir hoy. Otorgaré esta moneda prestada a quien esté dispuesto a liderar a su equipo junto con una bolsa de objetos básica, y deberán de concluir una misión que les encomendaré. Asegúrense de dar un buen ejemplo para los demás, porque si fallan, penalizaré a todos por igual. ¡Demuéstrenme si de verdad tienen el valor de estar aquí! —Emboar hizo una pequeña pausa, carraspeó un poco, tomó aire y manifestó el desafío— ¡Elijan a sus líderes y que den un paso al frente!

Pokémon: La odisea del creyenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora