Segundo Acto: El acertijo del sabio. Parte 2

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 ''El enigma de su creación cuelga de un péndulo que nunca se ha podido estabilizar. Congelada en el tiempo, se encuentra la memoria de todos aquellos arropados en su luz divina, y en un lamento fútil de sobresalir entre los seres celestiales, la pasión de la autonomía efervescente en el espíritu de aquellos despojados injustamente de su convicción, hace presencia. Compelidos como esclavos del camino original, se postran ante la iluminación de su efímera existencia terrenal. Escrita sobre un lienzo atávico su tinta se ha desvanecido, pero la mente la ha conservado como una reminiscencia distal y atenuada del mundo a nuestros pies. ''

Diario de los perdidos; Año desconocido.

—¿Un Sceptile? —Zangoose hizo pasar saliva por su garganta mientras apreciaba aquella figura de color verduzco, emergente sobre el césped.

Era la primera vez que observaba a uno tan de cerca y no podía contener su asombro. Sin embargo, el aura de aquel ser abrumaba sus pensamientos; parecía no mostrar hostilidad por el momento, estaba seguro de su fortaleza, mas no de sus misteriosas intenciones.

— ¿Viste algo Zander? —Buneary adelantó el paso y fue la segunda en salir de la hierba alta, quedando impactada con la presencia abrumadora del susodicho.

—Nos está observando, pero no parece que vaya a atacar. ¿Será un salvaje? Está siendo cauteloso y nosotros también deberíamos de serlo... —Comentó la coneja a Zander, quien estaba a punto de cometer un error, o tal vez un acierto.

— ¡Hey! —Zangoose gritó hacia aquel pokémon, en un intento de entablar conversación— ¿¡Quién eres!? ¿Vienes de la ciudad?

Seguía en su ruptura de hielo, hasta que Buneary jaló de su brazo rápidamente y le cortó la inspiración. 

—¿¡Qué demonios crees que haces!? ¿¡Acaso quieres que nos mate!?

—Oye, ponte a pensar, si quisiera hacerlo, ya lo habría hecho. ¿Sabes la velocidad a la que se puede mover un Sceptile? Se ve que es inteligente y no es salvaje, ¿tanto daño hace preguntar? ¿De qué manera buscarías respuestas tú con un extraño? Ya estamos aquí y no voy a desperdiciar esta oportunidad así como me lo dijiste antes. Además, tengo el presentimiento de que tal vez no sea tan extraño como parece...

La pequeña discusión entre ambos terminó súbitamente siendo cortada por las palabras de aquel reptil. 

—Un montón de niños en mitad de la nada que lograron atravesar la niebla... ¡será mejor que regresen de donde vinieron si es que valoran sus vidas!

La rápida respuesta generó un conflicto entre el equipo, pues no se esperaban tal acción. Hesitando, Spinda abrió también la boca para comentar. 

—¿Eh? ¡Habló! ¿¡P-pero por qué hay alguien así aquí!? ¡Se supone que deberían de existir pokémon salvajes y sedientos de sangre por estos rumbos! ¡Eso es lo que siempre nos han dicho!

Zangoose intentó calmar al osito para que no entrara en pánico con la verdad invadiendo su panorama poco a poco. 

—Shiro, es lo mismo que todos nos preguntamos, bueno... que ustedes se preguntan porque yo...

— ¿¡Porque tú qué!? — Respondió exaltado el Spinda ante aquella frase a medias de su compañero.

—¿¡No escucharon!? ¡Abandonen el lugar inmediatamente! —Gritó el gran pokémon hacia los muchachos mientras viraba, alineando el pecho frente a ellos y adoptando una pose imponente.

— ¿¡Tú sabes algo sobre esto!? —Mencionó Zangoose hacia el extraño mientras levantaba la moneda oxidada que le había proporcionado Emboar. 

En una corazonada que tuvo, supuso que aquella moneda estaba relacionada con el Sceptile ante sus ojos, pues un vago indicio de su maestro le había hecho formular una hipótesis sobre 'aquel' hecho. La expresión de Sceptile perdió toda seriedad al ver el destello cobrizo de aquella moneda corroída por el tiempo. Le resultaba extrañamente familiar y en un impulso irracional reveló su identidad ante Zangoose. Todo parecía ir de acuerdo a su plan maestro, aquel que había compuesto durante la travesía de ese mismo día preguntándose tanto por las palabras como las acciones de Emboar.

Pokémon: La odisea del creyenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora