|•| Capitulo I |•|

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Mamá se arreglaba para ir al teatro con mi padre, llevaba un vestido liso de seda rosa y un sombrero con plumas que yo utilizaba para disfrazarme de indio nativo cuando Rapunzel, mavis y Moana venían a jugar a la casa

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Mamá se arreglaba para ir al teatro con mi padre, llevaba un vestido liso de seda rosa y un sombrero con plumas que yo utilizaba para disfrazarme de indio nativo cuando Rapunzel, mavis y Moana venían a jugar a la casa. Si mamá se enteraba de eso, era niña muerta.

Nos dijo que se iría en cuanto llegaría la nueva niñera. La anterior fue una anciana de cabello gris que no sabía más que apretarme las mejillas cuando rompía cosas o desobedecia órdenes. Acostumbrada a comportarme mal y ha ser muy entrometida, la niñera no soportaba mi manera de ser.

Como ella vivía aquí, en una habitación al lado de las nuestras por si se nos antojaba algo por las noches, era insoportable. Controlaba cada minuto de nuestras vidas, hasta que un día murió.

Papá nos dijo que ella se fue a hacer un viaje para visitar a unas hadas que vivían en Escocia, Anna se lo creyó y le escribió una carta que mamá prometió enviársela. Ariel y yo sabíamos la verdad, la mujer ya había pasado a la otra vida y por lo que escuche hablar a las cocineras, fue de un ataque cardíaco. Cómo era demasiado pequeña para medir la gravedad de una muerte, solo me alegre de no tener que soportarla más. Era más parecida a una bruja que a una amiga de las hadas.

Comenzó a caer una suave lluvia que hacía que un dulzón olor a tierra y flores se mezclara y entrara por las ventanas. Las sirvientas las cerraron para que no se mojaran los Marcos y porque mamá se volvió loca al pensar en la humedad y en lo esponjoso que se pondría su cabello.

Cuándo ella subió corriendo las escaleras para darse un retoque de último minuto, sonó el timbre retumbando por toda la casa. Alejandro el "Mayordomo", se apresuró con su paso de pingüino a abrir la puerta. Un viento se colo hacia dentro e hizo que estornudara, nos habían vestido para la ocasión con unos espantosos vestidos de tul lila a todas iguales, nos formamos en fila por orden de estatura y nos quedamos quietas cuando la nueva niñera entró.

Era joven,me relaje al ver su rostro. A su lado iba una niña de cabello castaño y parecía ser más grande que Ariel, era alta y vestía unos jeans y una chaqueta de mezclilla mojada por la lluvia. Supuse que era su hija no me gustó la idea de que otros niños viniera a vivir a mi casa.

-¿Aqui es?- pregunto la chica, masticando chicle. La niñera asintió y nos sonrió con amabilidad.

Anna no se resistió y se apresuró a abrazarla, era una niña bastante encantadora que se encariñaba rápido con las personas. La niñera la levantó y la abrazó como si fuera su hija, tal vez no era tan mala como la anciana.

- Tu debes ser Anna, me han contado mucho sobre ti- le dijo ella. Anna abrió mucho los ojos sin caber en la felicidad,se llevarían muy bien.

- ¿Quien es ese niño?- preguntó de repente mi hermana. Apuntaba detrás de la niñera y la impaciencia hizo que se revolviera entre los brazos de ella. La niñera la dejo en el suelo y se movio unos centímetros para dejar al descubierto a un niño de mediana estatura con el cabello blanco, con las mejillas rojas y los ojos hinchados. Había estado llorando y se notaba kilómetros.

Cásate Conmigo -Jelsa-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora