🎶 Luminosa vida mi alma pedía entre el cielo y el océano vacío, sueño con el día en que pueda salir y vivir fuera del encierro de los mares 🎶
Un joven de cabellera rubia nadaba con agilidad entre las rocas y corales, riendo cada cierto tiempo al oír como su mejor amigo le gritaba que fuera más lento.
No fue hasta que vio a lo lejos su destino que se detuvo, poniendo una mano frente a su amigo para que se detuviera.
—Ariel, vámonos, no deberíamos estar aquí, ¡te regañarán! —Flounder volvió a insistir, tomando valor para empujar suavemente hacia el lado contrario a su amigo, logrando que este rodara los ojos y tomara rumbo a su destino.
Un barco en ruinas se pronunciaba ante ellos con orgullo, mostrando su mástil y madera tan rota y gastada que había huecos por doquier. Flounder, aún esperanzado, volvió a interponerse en su camino, haciendo que apretara los labios en una suave y fina línea recta.
—Ariel, tu padre estará furioso.
—Si no se entera no le hará daño, ¿cierto? —Al fin habló el joven con una sonrisa tenue, rodeando al pez para seguir su ruta—, aún falta para la presentación. Si no tardamos no habrá problema. A parte, soy el último en salir.
—Ariel...—El chico volteó a verle mal, moviendo lentamente su cola para mantenerse a flote—. Ugh, no entiendo por qué no te gusta tu nombre...
—¿Tal vez por que es de mujer? —El rubio miró fascinado el interior del barco, nadando apresurado hasta un objeto con tres picos y del tamaño de su mano, sumamente fino y delgado. A sus ojos, era un mini tridente—. ¡Mira, Flounder!, ¿alguna vez habías visto algo como esto?, ¡es fascinante!
—Son cosas de humanos, Ariel, obvio no las conozco tampoco. Además, ¿no te da escalofríos este sitio? Es muy tétrico.
Ariel guardó el objeto con sumo cuidado en un bolso naranja que llevaba consigo, volteando nuevamente los ojos ante el evidente miedo de su amigo. Siempre que salían de exploración era la misma historia.
Siguió su camino por lo que quedaba del barco hundido, encontrando también un objeto metálico y redondo, como un cilindro. Lo giró y revisó una y otra vez, sonriendo al comprobar que no tenía idea de que tenía enfrente.
—¡Flounder, mira esto!, ¿puedes creer que los humanos usen cosas tan extrañas?
—Ariel...
—Flounder, ¿que te he dicho de llamarme así? —La molestia se hizo evidente en su voz, volteando mientras guardaba el objeto en su bolso para ver finalmente a su amigo—. Odio que...
Su frase quedó suspendida entre las burbujas del agua, comprobando que delante de su amigo había dos ánguilas extrañas viéndole fijamente. Eso no le daba buena espina para nada.
—Mira, el joven príncipe está en territorio de nuestra ama...
Ambos comenzaron a sisear mientras rodeaban a Flounder, el cual solo miraba tembloroso a aquellos seres grisáceos. Ya a unos metros de Ariel notaron como su ceño se frunció, tomando el borde de su bolso con fuerza.
—Oh, joven Ariel, ¿acaso se perdió de camino a su presentación?
—Eso no les concierne. Con permiso.
El rubio se giró y llamó a Flounder para que lo siguiera, no percatándose de la sonrisa maliciosa que se formaba en aquellos dos animales.
"Tontos". Pensó hastiado y frustrado de tener que pausar su exploración. Al ya casi estar fuera del barco, Flounder gritó con auténtico pavor, haciéndole ver a Ariel el tiburón que se acercaba a ellos con gran velocidad. Sin pereza tomó a su amigo entre sus manos, agitando su cola y nadando lo más rápido posible con tal de perderle el rastro. Al ver que esto no le servía, necesitó hacer algunos giros para despistarlos, logrando esto al hacer que se estrellara contra un artefacto humano que no logró identificar.
Una vez sintió el peligro lejos soltó a Flounder, el cual se sentía desfallecer.
—¿Lo ves? Por eso te dije que era mejor irnos. ¡Casi nos mata un tiburón!
—No seas exagerado, no fue para tanto. —Ariel comenzó a nadar hacia la superficie, ignorando los constantes comentarios temerosos de su amigo.
Después de llegar a la superficie colocó su bolso en una roca grande, teniendo que hacer hacia atrás parte de su cabello debido a que el largo era considerable. Buscó y buscó hasta que vio a quien tanto pedía en silencio en el cielo, descendiendo poco a poco.
—¡Scuttle! ¡Mira, mira lo que encontré hoy!
—A ver, mi entusiasta explorador. —La gaviota tomó entre sus alas el primer objeto, alardeando quien-sabe-qué sobre su uso, haciendo que el chico asintiera como niño pequeño cada cierto tiempo. Acto seguido, sacó el tenedor del bolso, inspeccionándolo como si intentara recordar algo—. Oh, sí, ¡los veo usar estos todo el tiempo! Mira niño, esto lo utilizan en el cabello.
—¿El cabello? —Ariel ladeó la cabeza, tomando el objeto en sus manos para, acto seguido, colocarlo en su cabello como si fuera un broche, cayéndose a los segundos hasta hacer ruido junto a la roca.
—¡Así no, muchacho! Debes usarlo así. —La gaviota lo pasó sobre sus plumas, cepillándolas. Fue cosa de segundos para que el joven tritón lo tomara nuevamente en sus manos como si de un delicioso manjar se tratara, imitando las acciones del ser emplumado con su cabello medianamente largo.
—¡Exacto!, ¡exacto!, ¡los humanos hacen eso todo el tiempo! Adoran cepillar su cabello, ¡y más a la luz de un atardecer tan bonito como el de hoy!
—Sí, el atardecer...—Ariel sonrió auténticamente feliz, guardando sus nuevos tesoros con calma hasta que sus propias palabras le hicieron entrar en razón—. ¡El atardecer!, ¡por Poseidón!, ¡Padre estará furioso! —Tomó su bolso con apuro, pensando en lo mal que le iría cuando viera a su padre—. ¡Gracias por todo, Scuttle!, hasta luego!
El ave no tuvo tiempo de responder, pues después de aquello solo vio la cola verde del joven príncipe desaparecer bajo el agua. Un suspiro salió de su pico, preguntándose cuando cambiaría aquel niño (aunque en el fondo sabía que jamás lo haría).
⏯️
Primer capítulo servido. Espero les guste 💕 poco a poco se irán revelando cosas y viendo detalles (así como la aparición de Dylan) solo es cosa de esperar.
Atte. Elizabeth Min
ESTÁS LEYENDO
𝚃𝚑𝚎 𝙻𝚒𝚝𝚝𝚕𝚎 𝙼𝚎𝚛𝚖𝚊𝚒𝚍 [𝙳𝚢𝚕𝚖𝚊𝚜]
Fanfiction¿Sabías que existen las sirenas?, ¿que existe un mundo debajo del mar? Dylan O'brien no lo sabía, pero una noche desafortunada en un incidente lo descubrió, oyendo solamente la hermosa melodía que su salvador le dedicó antes de desaparecer sin dejar...