007| Pobre alma en desgracia

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🎶 Y aunque mis piernas sientan todo el dolor, podré soportarlo si a mi lado estás tú, pero no pidas que baile así como tú, yo te miraré desde mi lugar 🎶

Horas habían pasado desde que aquel trágico escenario llegó a la vista de Ariel, y este aún no podía asimilar que todo lo que había buscado con tanto ahínco hubiera sido destruido de manera tan atroz.

Ya con lágrimas secas en su rostro, se dedicaba a tomar lo poco que quedaba levemente rescatable (que eran cosas tan mínimas que incluso podía contarlas con una mano), preguntándose por qué Sebastián había revelado su secreto después de tres años, cuando ya estaba tan decidido a poner en marcha su plan.

—Oh, pobre Ariel, te han arrebatado lo que más amabas...

El rubio dio un salto en su sitio, no reconociendo esa voz. Confuso vio como dos ánguilas extrañas se acercaban con lentitud a él, rodeándolo.

—¿Quiénes son ustedes y qué hacen aquí?

—Nuestra ama nos envió. Ella podría darte lo que más anhelas —Le secundó la otra ánguila, lanzando al alcance del tritón la única pieza que quedaba de la estatua de su amado.

—¿Y quién es su ama, según? —El oji ámbar se sentó mejor en su roca, mirando con recelo a ambos, mostrando su disgusto por la intromisión a su santuario.

—La bruja del mar, por supuesto.

Ariel abrió un poco más los ojos, ahogando un grito en su boca.

—¡¿Qué quiere esa bruja ahora?!, ¡los quiero fuera de mi santuario!, ¡ya!, ¡si los veo cerca de aquí o del palacio los mandaré matar!

La ánguilas se vieron molestas, notando que el príncipe no era tan tonto como pensaban.

—Bien, has lo que quieras, pero Úrsula es la única que tiene el poder suficiente para que tu vida se acomode a como tú la deseas.

Eso último lo dejó pensativo. Era cierto que todos en el océano conocían a Úrsula, pero según su padre, Úrsula era malvada, y no debían de confiar en ella. "Mi padre". El solo pensar en él le hizo hervir la sangre, sacudiendo su cola con molestia para ver si aún alcanzaba a aquellos seres. "Si mintió sobre los humanos, probablemente también mintió respecto a Úrsula".

—¡Oigan! —Los seres grisáceos detuvieron su nado, volteando a con el príncipe—. Llevenme con Úrsula.

Flounder y Sebastián llegaron junto a Andrina y Attina justo en ese momento, observando con temor como el joven parecía demasiado decidido a hablar con la bruja del mar.

—¡Ariel!, ¡no vayas! —Andrina nadó a prisa detrás de su hermano menor, siendo ignorada.

—Dejenme en paz. Todos.

Los cuatro se vieron con temor, no sabiendo como terminaría aquello. Sin embargo, decidieron sin palabras que lo mejor era seguirlo en silencio, pues no confiaban en nada en aquella bruja.

|| The Little Mermaid ||

Ariel sentía náuseas. El amado "jardín" de Úrsula era horrible, lleno de seres que no reconocía de ningún sitio antes conocido.

El lugar era como su santuario, pero a diferencia del suyo que tenía cosas invaluables de sus exploraciones, este tenía la que parecía ser su cama, un espejo con sus cosas de maquillaje y un pequeño mueble donde guardaba quien-sabe-qué, sin mencionar una olla extraña al centro. Ya adentrado, pudo ver a aquel ser mitad pulpo y con cabello blanco y perfectamente peinado hacia arriba. Debía admitir que sentía escalofríos solo de verla.

𝚃𝚑𝚎 𝙻𝚒𝚝𝚝𝚕𝚎 𝙼𝚎𝚛𝚖𝚊𝚒𝚍 [𝙳𝚢𝚕𝚖𝚊𝚜]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora