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Una mezcla de nervios y tranquilidad era lo que sentía en estos momentos.

Me encontraba parada en el edificio de la dirección que Narela me había mandado. Ella iba a ser mi guía, mostrándome y explicandome todos los servicios que brindaba la fundación

Había comentado el tema con mi mamá, y también me apoyaba. Al principio se le hacía muy raro que yo buscara este tipo de ayuda, para estas situaciones, y no me habia quedado otra opción que contarle todo

Mi mamá ya sabía sobre lo que habia vivido con Franco

Lloramos juntas, realmente este tema era muy fuerte. Me prometió estar conmigo y apoyarme, al igual que Mateo. Me sentía feliz y tranquila al saber que sí existian personas buenas, personas dispuestas a ayudarte en esto

En la entrada del edificio, podias leer un grande "Fundación Mujeres Valientes" en color rosa, mientras que debajo de este había un dibujo de una mujer, abrazándome a sí misma.

Largué un poco de aire y entré.

Si no me animaba ahora no iba a hacerlo nunca.

Lo primero que veias al entrar era un enorme escritorio, con el mismo logo de la entrada delante de este. Una linda chica de tez morena era la encargada, tomaba nota y cada tanto tecleaba en su computadora

Me acerqué hasta el escritorio y al instante ella me miró

-Buenos días, ¿en que te ayudo? -dijo mientras me sonreía

Ví en el bolsillo de su chaqueta; se llamaba Alma

-Es la primera vez que vengo -informé

Ella me asintió y comenzó a buscar unos papeles

-Mira, te regalo estos folletos -me los entregó -Leelos y luego una de mis compañeras puede mostrarte el lugar

Veia los folletos y me llamaron mucho la atención. Ofrecían todo tipo de ayuda; desde psicológica hasta material.

-Si, sobre eso. Ayer me comuniqué con Narela, me dijo que viniera hoy -hablé mirándola

-¡Perfecto! Nare te está esperando. Es en el primer piso, la segunda puerta -decia mientras señalaba con su dedo para indicarme

Entendí a la perfección, y despidiéndome me dirigí hasta las escaleras. Era un edificio bastante lindo, y grande también. Se sentía una energía linda y agradecía eso. No quería sentirme incomoda o algo así

En el camino me cruzaba con otras chicas, algunas tomaban mate y otras solo charlaban. Y cabe decir que a muchas de ellas se los notaba golpes, iguales a los míos

Pero la diferencia era que ellas sonreían, mientras que yo en estos momentos no me sentía tan bien

Llegué a la segunda puerta y toqué.

-¡Pase! -dijeron dentro de la sala

Tomé el picaporte, entrando. Un rico aroma a lavanda inundaba mis fosas nasales, dandome a entender que el lugar tenia desodorante de ambiente. En un escritorio chico se encontraba una chica rubia, sonriendome

Con una de sus manos me hizo una seña para que me acercara. También estaba otra chica, eso queria decir que no iba a estar sola

-Buen dia... -dije y mi timidez ya podía notarse

-Buen dia, sentate -me respondió muy amable con una sonrisa

Sin pensarlo me senté en la silla que se encontraba al lado de la pelinegra. Ambas me miraban sonriendo, y de a poco mis nervios iban desapareciendo

-Vera, ¿verdad? -preguntó

-Sí, Vera Domínguez

-Y cuéntanos, ¿que te trae por aquí? -habló mientras ponía las manos en la mesa, esperando a que hablara

Sabía que ellas querian ayudarme, pero hablar sobre el tema era muy complicado. El miedo, la vergüenza, la angustia y miles de emociones más se me mezclaban impidiendome hablar

Me volvía frágil de solo recordar toda la mierda que habia pasado con Franco, todo se me complicaba y me volvía tonta

-Escúchame... -la pelinegra acarició mi brazo y yo la miré -Sé lo dificil que es, yo pasé por lo mismo pero por suerte ahora estoy logrando salir, si nos...

-¿Saben que? Mejor me voy, sí... No volverá a pasar -el miedo me estaba controlando una vez más

Iba a pararme pero la pelinegra me detuvo, logrando que volviera a sentarme.

-Nosotras no te vamos a juzgar, sabemos que la culpa no la tuviste vos -me habló Narela

Pero yo no respondía, simplemente quería dejar de sentir esa fea sensación en mi pecho, la misma que sentía que Franco abusaba de mí.

Bajé mi cabeza avergonzada y ahí quede, tratando de que las lágrimas no salieran

-Vera, lo que tu novio hace con vos se llama abuso. Y no son necesarios los golpes para que esto suceda, el maltrato psicológico es mil veces peor

-Nare tiene razón -dijo la otra chica -Linda, como te dije es dificil, y entiendo que lo quieras negar pero al final del día ambas sabemos que esto puede llegar a peores

-No dejes que termine con vos -la miré -Si vos nos das la oportunidad nosotras podemos ayudarte a salir de esto

-Mereces vivir en paz, tranquila. No con el miedo de que algún dia vuelva y te haga daño una vez más

Mateo me había dicho lo mismo, y ahora es cuando me daba cuenta de que era verdad.

Habia venido aquí con la decisión de recibir ayuda y eso queria lograr. Ya no queria sentirme frágil, sentir que todo el mundo se me derrumbaba, esos apretones en el pecho que muchas veces no me dejaban respirar...

Ya no quería

-Tampoco estás obligada -me habló con ternura Narela, y me extendió su mano para que la tomara -Si nos buscaste es porque realmente ya no aguantas todo esto

Timidamente le asentí

-Con Sofía vamos a ayudarte ¿sí? -volvió a hablar y ahí supe el nombre la pelinegra

-Yo sé que puedes. Y el día que estés en paz, vas a ver que vos sos más fuerte que todos los golpes que recibiste -sonrió

Narela seguía teniendo mi mano y Sofía acariciaba mi brazo, dándome fuerzas. Tomé aire y analicé las cosas.

-Gracias -dije como pude, sonriendoles

Ellas contentas, me sonrieron también

-Estate tranquila, nosotras estamos con vos

-No tengas miedo -habló Sofia

Les asentí a ambas, y como tranquilidad la pelinegra me abrazó. Ahora me sentía más comoda y con una confianza enorme en ellas, eso me transmitieron en estos veinte minutos que hablamos.

Se ofrecieron a mostrarme la fundación y yo accedí.

No sabía que iba a pasar de ahora en adelante, sólo esperaba que ese cambio fuera para bien.















°°°

Ya eraaaaaaaa
Perdón por ausentarme tanto en esta fic, prometo que tendrán más capitulos pronto :)

Por eso vine | TruenoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora