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Días después

Mateo

—¿Pero que tenía? —preguntó mi amigo Camilo

—El otro boludo le mandó un mensaje, claramente se puso mal —expliqué

Bufando, nos sentamos en la vereda de casa para fumar un rato. Habian pasado unos pocos dias desde la ultima vez que ví a Vera, pero ni siquiera me dió bola así que basicamente estuve hablando con la pared.

Sé que estaba así por las cosas que Franco le habia escrito, y yo tampoco estaba para nada tranquilo.

Le habia pedido a Cami que nos sentemos en la vereda sólo como una excusa, necesitaba aclararle un par de cosas al otro imbécil y esta vez no iba a hablarle solamente. Le advertí que no la volviera a joder, pero claramente le valió mierda

—¿Dices que no te dió bola? —habló y captó una vez más mi atención

Le asentí mientras bajaba mi cabeza, nervioso

—Ni me miraba, nosé —le dije algo triste

—Bueno, pero el que comenzó este jueguito de ignorar al otro fuiste vos

No queria aceptarlo pero tenia mucha razón.

—¿Y porque lo hacias? —preguntó curioso

Procesé un poco su pregunta ya que realmente tenia motivos para hacerla. Hace dias venia ignorando a Vera y sé que eso también sumó a que no me diera ni tres cuartos de bola el otro dia en su casa.

Desde esa vez que me animé a besarla, quedé con miedo de que no me hablara más por causa de eso, entonces decidí ignorarla. Claramente una decisión estúpida

—Vera me gusta —solté sin problemas

Mi amigo si quedó en silencio unos segundos, sorprendido quizás, pero a mi no me sorprendia para nada. Hace semanas habia aceptado que la rubia me encantaba, y digamos que no tenia los suficientes huevos para decírcelo, pero sí para ignorarla. Soy un caso perdido

Largué un poco de humo, y miré a mi amigo ya que seguia sin decirme algo

—¿Me dices posta? —habló, sonriendo

Rodeé los ojos y le asentí. Siempre que se trataba de una chica él comenzaba a joderme, pero esta vez no era ninguna joda.

—Pero... —dijo, y volví a mirarlo —Cuando te gusta alguien no lo ignoras, todo lo contrario a eso —finalizó, llevando el cigarro a su boca

—¿Y quien me saca lo cagón que soy? —hablé, puteandome internamente

Digo, no controlo mis sentimientos pero no es nada lindo tenerlos guardados por tanto tiempo como vengo haciendo. Agradecia que Cami me escuchara ya que de alguna manera sentia la necesidad de contárselo a alguien, y que él se prestara para eso, realmente me ayudaba un poco

—Y bueno hermano, algún dia ella tiene que saberlo —dijo pero yo no le respondí nada

¿Que tal si me rechaza? No lo soportaría

Largué una vez el humo, ya con el cigarro acabado. Por la calle no pasaba nadie, era un completo silencio. Habia pibes en las esquinas, como siempre. Sólo unos pajeros que gastan su tiempo intimidando a chicas que cruzan. Unos boludos sin conciencia.

Me acomodé un poco mejor en el piso de la vereda de casa, para seguir observando hacia un punto fijo que ni siquiera existía pero a mi me dejaba muy concentrado.

—Ayer saliste con una mina

Lo miré a penas dijo eso

—¿Meli? —él me asintió —La invité a tomar algo por ahí, nada de otro mundo

Por eso vine | TruenoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora