𖣔❫ཱི𝐘𝐨𝐤𝐨 ──[Kιmᥱtsᥙ ᥒo Yᥲιbᥲ]

Ｒｅｃｕｅｒｄｏ ａｊｅｎｏ

—Yo...k-ko— escucho entre su casi inconsciencia la voz de Inosuke.

Ahora ella veía a su frente una pared color crema, una pared que no tardó en ser derribada por ella misma, no sabia donde estaba ni que pasaba pero era realmente extraño. Un abismo enorme se abría debajo de sus pies mientras sus manos eran sostenidas por ¿Kanae? ¿Que hacia ella ahí?

—K-Kasuki-Dono, sujetate fuerte— dijo ella y de un tirón lo subió, Yoko estaba viviendo un recuerdo extraño, algo que nunca había vivido... pero Kasuki si.

—Kanae... gracias— Escucho la voz de su tío salir de sus propios pulmones, no pudo evitar dejar salir lágrimas doloridas.

—Kasuki-Dono, hay que separarnos si queremos encontrar al demonio luna que se esconde aquí— le dijo la Koucho mientras comenzaba a alejarse —Nos encontraremos aquí de nuevo—

—¡Kanae! ¡Espera!— La chica había desaparecido entre puertas y muros, el suizo seguirla pero no podía, algo comenzó a quemar su pecho y no era precisamente esa herida congelada que logró ocultar a su novia con éxito, era la impotencia de no poderla proteger.

—Siento... tu odio... mortal— la voz del mayor demonio se escuchó, el cazador alzó su espada para ver a la primera luna a los ojos... o bueno, al par del medio —Tu sangre... me recuerda... a la de mi hermano...—

Yoko sintió un vacío consumirla, estaba viendo el recuerdo de como su tío había muerto.

—No... no me convertiré en lo que deseas si eso pretendes— dijo con odio él, tratando de alzarse.

—Morirás... y ella también... si no me dejas... convertirte— Dijo tendiendole la mano al hombre quien, con duda, acepto su mano —Bienvenido... a las lunas... superiores—

—¡¡KASUKI!!— Yoko se despertó estando en el suelo, Tomioka le estaba tratando las heridas, es más, cuando vio su reacción se sorprendió como no tendrían idea —¡¡Kasuki!! ¡¡Kasuki está con vida!!—

Su voz de desespero le hizo olvidar que hace minutos estaba muriendo, se levantó como si sus heridas no fueran nada y tomando su espada hizo una reverencia a Tomioka, quien la vio irse aún en shock por lo que había pasado.

Quizá sería un demonio pero estaba con vida, y si Nezuko había podido combatir el control de Kibutsuji el también debería poder hacerlo... solo necesitaba un pequeño incentivo, un recuerdo de Yoko, verla quizá para recobrar su faceta bondadosa.

—Mi tío está vivo, mi tío está bien— Dijo ella sonriendo ampliamente mientras corría, extendiendo las manos hacia los costados, feliz, finalmente podría verlo de nuevo aunque eso le costara la vida luego.

—¿Crees que no puedo hacer más resistentes mis hilos?— pregunto el demonio frente a Tanjiro a un costado de Yoko, ella inhalo suavemente mientras daba un salto hacia ese lado, quedando en paralelo y de cabeza con el Kamado.

—Aliento Ninetails, octava postura: Presagios de maldad— musitó suave mientras sonreía cálidamente, esa sonrisa había hecho a Rui desconcentrarse, estaba actuando imponente, poderosa, actuaba como una guerrera.