Nezuko apenas el demonio de las hojas fue a dar un golpe a Yoko le tomó los brazos para detenerlo, mordiendo con fuerza su bambú para evitar la ansiedad del olor de la sangre de la muchacha y del chico al otro lado.
—¡Jajaja! ¡Sigue así chica, solo un poquito más!— decía reteniendo justo a unos centímetros de su cara la mano de la pequeña joven quien con desespero trataba de herir su rostro.
—Solo hazla pedazos... ya me estas cabreando— dijo molesto el del cetro que solo evitaba los Cortes desesperados de Yoko, escuchar eso le molesto, no quería que le hicieran más daño a Nezuko, estaba sometida a mucho estrés en ese momento.
—¡Cierra la boca! ¡esta chica es mía, tú a Aizetsu pueden irse a la mierda!— se burló el joven ante las palabras de su endemoniado compañero, quien solo lo veía con desprecio.
El sonido de un disparo disipó la mirada de Yoko y su furia, el demonio del tridente había sido volado por un tiro de perdigones de Genya.
—No te distraigas mocosa, peleas conmigo, pequeña mierda— la molestia del demonio del báculo se hizo notar, este perforó el hombro de Yoko con aquel objeto, haciéndola sufrir por los shocks sobre su cuerpo, le saco lágrimas y alaridos de dolor, no soportaba los impactos de ese tipo, cosa que noto el demonio del tridente.
—Si ella es Sunazuka Yoko no le hagas mucho daño, él se enojará mucho— decía el demonio con la cuerda alrededor de sus brazos mientras apartaba el arma de Genya, rasgando su costado con su hoja, haciéndolo gritar al igual que la Sunazuka.
—Es penoso que no mueras de inmediato... apunte a tus puntos vitales para que murieras rápidamente pero como la deje mucho tiempo no moriste ¿Eh? Pero ahora puedes morir tranquil... ¿Uh?—
Lo único audible entonces fue Genya, recitando un rezo antiguo sobre el reino de los bienaventurados, cosa que hizo a Yoko reaccionar.
—¡Basta! ¡Dejenlo en paz!— sus ojos destellaron en odio y devoción, encomendó su fuerza al destino y solo se dejó mover por su mente —Aliento efervescente, primera postura: Corte Bonsái Destructivo—
El cetro del demonio cuando quiso emplearla de nuevo ella ya no estaba ahí, se encontraba debajo del tridente del otro, dando un corte horizontal que cortó el vientre de la luna superior, despegando su torso de su vértebra, haciendo que Genya pudiera realizar su ataque, o eso creyó.
—¡Te cortaré una y mil veces hasta que mueras! ¡Bicho de mierda!— más cuando a unos milímetros de su cuello estaba, el báculo del demonio de los rayos hizo una descarga mortal en Genya, cosa que lo detuvo en el aire.
—¡Genya, No Genya!— más Yoko fue detenida por el tridente del demonio que la pegó a la pared o lo que quedaba de ella, estando entre las aperturas de los dientes del arma, cortando sus dos costados ligeramente mientras se encontraba suspendida en el aire —¡Dejenlo! ¡Por favor! ¡I-Iré a donde sea pero ya dejenlos en paz!—
Cuando Genya dejó de ser electrocutado de una patada el demonio del tridente lo arrojó a una distancia considerable, los ojos de la albina se inundaron de lágrimas, empujó con sus piernas la pared, cortando aún más su piel, sacándose alaridos de dolor, solo con el deseo de sacarse de esa pared, pero no podía ni moverse un centímetro.
—N-Nezuko... Genya... Tanjiro— susurró mientras empujaba con más fuerza —Muichiro... Kasuki... Rengoku... Shinobu... Kanao... A-Aoi... Kagaya... Kanata... Tenshi... Zenitsu... Inosuke...—
Decía mientras lento sacaba el arma, logrando salir de esa prisión que la mantenía atrapada.
—Todos ellos necesitan de mi... d-debo ayudarlos...— tragó saliva y volvió a pelear justo a tiempo, el demonio del báculo estaba por empañar a Nezuko justo cuando Yoko se colocó en el medio y empleando su espada repelió el ataque contra la demonio, mostrando una ira asesina en su rostro.
—No la toquen engendros de mierda— dijo, Nezuko le miro con unos ojos adorables llenos de alegría y bondad, cosa que Yoko no pudo dejar pasar por alto, sin embargo se mantuvo enfocada en su objetivo, mantener a salvo a sus amigos.
Genya había vuelto al combate, era terco, pero comenzaba a hacersele lindo a Yoko.
—¿Sigues vivo... que clase de mierda eres?— Preguntó de nuevo el del tridente, solo haciendo que Genya se burlara.
—Mi nombre es Shigasugawa Genya, recuérdalo— y ciertamente, su apellido significaba "el inmortal" no iba a dejarse matar tan fácil.
Yoko mientras defendía a Nezuko fue atravesada por la espalda por aquel báculo, siendo atravesada también Nezuko en un intento de la Sato de defenderla, se sintió impotente al sentir los brazos de la Kamado alrededor suya, mientras ella solo gritaba de dolor y dejaba salir abundantes lágrimas.
—¡YOKO, NEZUKO!— el Kamado llegó a la escena, con su espada en mano —¡Para!—
Yoko no pudo más con ello, sus ojos se colocaron blancos mientras sentía su cuerpo quemando desde la célula más minúscula hasta la piel en si. Su cuerpo estaba puesto como un trapo sobre el tendedero solo colgando en los hombros de la pequeña Kamado quien se aferraba de ella como lo haría una niña asustada.
—Yoko-nee-Chan— la voz de Kanao de pequeña le hizo abrir los ojos —Toma, te la regalo, es para protegerte de los demonios... se que quizá esta seca y no sirve, aún así Shinobu me la dio pero quiero que tu la tengas porque somos amigas—
El brazalete de hojas de Glicinias que Yoko llevaba en su brazo izquierdo, ese brazalete que Kanao le dio cuando era solo una niña pequeña, ese que miraba para tener fuerzas, sintió como el báculo era removido de ella, y en ese instante su espada viajó en automático, cortando el cuello del demonio, más se vio regenerar.
—Demonios... primero Karaku y luego Urogi ¿Que mierda creen que hacen...? ¡Todo esto me está cabreando!— dijo molesto el demonio mientras creaba una vara nueva, un báculo extra para usar contra Tanjiro.
—No toques a Kamado-Kun— musitó suave contra su muñeca con la cual limpio la sangre que salía de su nariz, observando con el suelo fruncido a ese demonio frente a ella.
Este luego de unos segundos comenzó a arder en llamas gracias a Nezuko, algo había pasado, lo había rociado con su sangre de alguna forma y ahora se quemaba. Más cuando creían llevar ventaja una pequeña figura acercándose se contempló.
—¡Por un demonio, eso si que se ve divertido! ¡Dejenme jugar a mi también!—
La marca de la hoja quedo plasmada en el suelo mientras el golpe aplastante había hecho a los tres jóvenes caer en el suelo estampados como calcomanías, Yoko perdió la conciencia al igual que los Kamado.
—Hey, Urogi, hay que llevársela al jefe—
Dijeron al demonio de las alas, quien decendio a donde estaba Yoko y la alzo en sus patas con una sonrisa.
—Podría comerla, su sangre huele bien...— dijo mientras tomaba la mano de la joven y lamia sus dedos ensangrentados.
—Cierra el maldito pico y llevatela, carajo... lo ultimo que quiero es un sermón de él— gruñó el demonio trueno.
—¡YOKO!— Genya no pudo detener al ave que volaba con ella en brazos, se sintió frustrado de no poder moverse, de dejarla irse así como así —No, Yoko... no te vayas... no dejes que te lleven... pelea, Yoko... ¡PELEA!—
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𖣔❫ཱི𝐘𝐨𝐤𝐨 ──[Kιmᥱtsᥙ ᥒo Yᥲιbᥲ]
FanfictionHuérfana de padre y madre, una niña peculiar de ojos diferentes y cabellos color plata, poseedora de una Nichirinto desde su nacimiento, la segunda poseedora del aliento Ninetails, aprendiz del Pilar Kitsune. Esta chica emprenderá un viaje en busca...