Danza de vida y fuego

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-¡IGH!-

El chillido de la peliblanca al ser arrojada contra el suelo fue lo único que se escuchó, pelear en Yukata se le era realmente incómodo, en especial en ese tan ajustado en las piernas, apenas podía moverse.

De la ventana de aquel burdel se asomó la figura de Daki, esa odiosa demonio que hace segundos había hecho a Tanjiro estamparse en la pared y caer, Yoko gateó hasta donde estaba el Kamado y acarició su mejilla suavemente para darle fuerza.

-V-Vamos, Kamado-Kun... levántate- le susurró dolorida la pequeña Yoko quien se levantó, mirando a Daki, rozando una poderosa mirada con ella, una mirada de desprecio y odio tan puro como el aire y tan claro como el agua.

-Que bonitos ojos tienes, Yoko... te los arrancaré y me los tragaré, jaja- decía mientras reía, Tanjiro empleó su cuarto estilo y Yoko su tercera cola, Daki lo único que hizo fue desenvolver más cinta de la faja para mantener a distancia a aquellos mocosos que trataban de cortar su cabeza.

-¡Tanjiro!- Yoko indicó a su frente con la mirada, el Kamado notó el dibujo de una mujer en la faja morada y roja de Daki, cortandola por instinto y dejando libre a aquella chica.

Yoko había mejorado sus sentidos con los entrenamientos de Kasuki, su vista y su percepción habían mejorado notablemente, antes era incapaz de identificar un demonio disfrazado, ahora puede, ya no será engañada. Y gracias a esa presencia pudo darse cuenta de que en la faja de la mujer demonio habían otras chicas atrapadas, debían ser cuidadosos.

-Eres guapo, pero tosco- decía Daki mientras sus fajas se extendían en busca de destrozar a ambos cazadores, Yoko puso su brazo sobre la espalda de Tanjiro y lo empujó hacia abajo para que una de las fajas no lo golpeara, recibiendo el corte en su brazo derecho, un corte profundo que sangraba de a litros, ella detuvo su andar por el dolor, con su espada cortó el Yukata y se hizo un amarre para que la herida no sangrara tan gravemente, siguió avanzando al instante.

El Kamado le agradeció con la mirada, cosa que ella solo sonrió vagamente y siguió en el combate.

-Aliento Ninetails, sexta cola: Noche de cacería- el torrente de Cortes llenó al demonio, logrando destrozar la faja fácilmente, haciendo un corte desde el hombro hasta la cintura de la demonio, había fallado, no del todo pero lo habia hecho.

-Rata inmunda- chilló la demonio mientras saltaba lejos, para no ser degollada tan pronto -Me estas comenzando a molestar... así que prepárate, porque los mataré en mi siguiente movimiento-

-Kamado-Kun, ven a mi lado, peleemos juntos- dijo sonriendo Yoko, cosa que impulsó al Kamado más que nunca a continuar, tomando la mano de su contraria quien comenzó a correr hacia la demonio, ambos, aún tomados de las manos hacían Cortes afines y sincronizados, como uno solo, cosa que asustó a Daki más que nunca.

Más sus fajas eran más resistentes cada que las cortaban, lo cual hizo que la espada de Yoko se enterara y para no hacer a Tanjiro retroceder lo soltó, fue empujada fuera del techo por aquel golpe, si no frenaba su caída el golpe sería fatal, y mucho más desde esa altura.

"Ponte en vertical, si logras respirar correctamente al hacerlo tu caída será más lenta, Kanao ya aprendió a hacerlo, puedo enseñarte a ti"

Agradeció mentalmente a Shinobu por esas clases, giró en el aire en busca de caer de pie y al estar a escasos centímetros del suelo su caída se vio frenada por las corrientes de aire, volvió a saltar a la batalla.

Grave error.

Daki la sujetó entre sus fajas, sosteniendo su brazo espadachín por sobre su cabeza para que no pudiera cortarla, golpeando una y otra vez a la chica contra el concreto y las tablas de las casas, haciéndola sangrar y heridas pequeñas y grandes aparecer en su cuerpo, Tanjiro se quedó paralizado ante la agresividad de la demonio contra su amiga.

𖣔❫ཱི𝐘𝐨𝐤𝐨  ──[Kιmᥱtsᥙ ᥒo Yᥲιbᥲ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora