𖣔❫ཱི𝐘𝐨𝐤𝐨 ──[Kιmᥱtsᥙ ᥒo Yᥲιbᥲ]

[Especial 1k👁]

—Giiyu-Kun— le llamó ella en busca de obtener la atención de su compañero quien estaba fijo con la mirada al frente, con su típica cara de cansancio —Giiyu-Kun~—

Alargó su nombre en un pequeño chillido, más el muchacho no la miró ni hizo gesto alguno ante sus palabras, infló sus mejillas de forma infantil al no recibir respuestas de su compañero y tocó de nuevo su brazo.

—Giiyu-Kun, Giiyu-Kun, Giiyu-Kun— decía mientras le tocaba el brazo, haciendo que él lentamente fuera perdiendo la poca cordura que le quedaba, frunciendo cada vez más el seño por lo molesto de la chica a su lado —Giiyu-Kun, Giiyu-Kun ¡Giiyu-Kun!—

—¡¿QUÉ?!— Ya harto le miró con rabia, topandose con un pequeño y sorprendido rostro, el cual pronto mostró una alegre sonrisa al ver su reconocimiento, cosa que solo enervó aún más a Tomioka.

—Lo quiero, Giiyu-Kun— el solo suspiró, volviendo a mirar al camino, ella esperaba que el le dijera un "yo también" o quizá un "yo más" pero se vio completamente ignorada por él.

Un descaro, si señor.

Siguió molestando todo el camino a la sede, tirando de su haori como lo hacía siempre, gritándole para que le diera atención, tomando su mano cuando la tenía libre, pellizcando sus mejillas... era insoportablemente amorosa con él, era la mejor pareja que nunca había tenido pero au frialdad e incapacidad de amar eran obstáculos en su demostración de afecto hacia la hermosa jovencita.

—Giiyu-Kun, dame un beso— pidió mientras entraban en la sede, ya se les era tradición que cada que llegaban de una misión se besaran, pero el ignoró los labios erguidos de la chica y sus ojos cerrados, le hizo el visto a su amor una ve, más —¿Giiyu-Kun?—

No recibió respuesta más que los pasos fríos de él, ella bajó la mirada levemente mientras iba a un costado, alejándose de él tal como el lo hacía de ella, no entendía, siempre se portaba amable con él, lo hacía reír y sonreir también, era una chica agradable con todos... pero llevaba casi una semana sin siquiera dirigirle una palabra.

Ella sentía que él había dejado de amarla.

Luego de esa misión con Shinobu se había vuelto más distante, haciendo que la joven pensara que él la engañaba con ella, no sintió celos de la Koucho, mucho menos se enojó con Tomioka, se sentía mal con ella misma, sentía que no era suficiente para un chico como el, estaba enojada, frustrada, triste en exceso, durante unos días solo pensaba en como recompensarlo... y aún ahora no tiene la respuesta.

—Mitsuri-Chan, necesito un consejo..  e-eres la que más sabe del amor aquí... b-bueno eres la Pilar de eso ¿No?— decía nerviosa mientras jugaba con sus dedos, mirando a la pelirrosa que comía dangos felizmente a su lado.

—¿Qué quieres saber?— interrogó Kanroji a la jovencita.

—Giiyu-Kun no me ha hablado, no me besa, no me trata desde hace casi una semana ¿Que debo hacer?—

—Pues... Tomioka-San es un chico misterioso, no se casi nada de él... ¿Qué tal si le preparas comida? A los hombres les encanta cuando sus parejas le hacen comida, yo amo cuando Iguro me hace Dangos y el cuando yo le preparo Udon... creo que funcionaría— aconsejó la muchacha a la más joven quien pensó en que podría gustar comer Tomioka.

Luego de unos segundos Mitsuri le miró y suspiró con una pequeña sonrisa en los labios.

—Aunque cuando Iguro me ignoró aquella vez luego de la misión del demonio cantor yo le apliqué lo mismo, volvió a mi llorando y pidiendo que no lo dejara... je, creo que también serviría si quieres que regrese más enamorado que nunca— ese fue un horrible consejo, pero fue aún más horrible que la pequeña Pilar eligiera ese por encima del anterior.

Dos, tres, cuatro, cinco, seis, y una semana acababa de pasar.

Y ellos no se hablaban, en las misiones se distanciaban y cuando llegaban a casa ni se veían, a ella comenzó a afectarle y ni hablar de él, si antes era un depresivo ahora daba pena. Se iba al menos una vez al día a la finca de Sanemi y se echaba ahí con Rengoku, Uzui y el dueño de la hacienda a beber sake.

Tomioka ignoraba a su novia por la misma razón que ella a él, porque hace semanas ella le estaba ignorando y evitaba hablarle, sus amigos le dieron el mismo pésimo consejo.

Ahora estaban ambos en la cama, ella de espaldas a él y viceversa, ambos mirando a lados contrarios en busca de conciliar un sueño imposible, sus lágrimas escaparon al darse cuenta de que el estaba despierto y aún así seguía sin darle su beso de buenas noches, tragó saliva para poder hablar y acabo por decírselo.

—¿Por qué me ignoras, Tomioka?— susurró a un tono que el la oyera y en ese momento se dio la vuelta para ver la espalda de su pareja, pasando su mano por el brazo de ella.

—Porque... porque tú me... ignoraste primero— dijo con vergüenza al darse cuenta de su error, tomando su frente —Lo siento, amor, no fue mi intensión, solo seguía un consejo... es que después de mi misión de hace unas semanas te portaba rara y crei que necesitabas tu espacio, cuando volviste a hablar sentía que... ya no me amabas y... lo siento, solo me sentía inseguro—

Se confesó, haciendo que las lágrimas de su pareja se deslizaran por las mejillas de ella quien cubrió su cara avergonzada, ella también había seguido un consejo estúpido.

—Lo siento, lo siento mucho Tomioka, fui egoísta y crei que no me querías más... yo también fui torpe e insegura, perdóname— susurró de nuevo con vergüenza, volteando hacia su pareja quien besó su frente, acariciando sus mejillas con delicadeza —Yo siempre te voy a amar, Tomioka—

—Y yo también te voy a amar siempre—

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Está bien pinche estupido, cliché y malo el especial, de paso corto, de paso feo. No me odien, me esforcé por hacerlo a tiempo ;-; y sin embargo no lo hice al momento.

Estoy pensando en una segunda parte pero no c, ustedes díganme que opinan (quizás le meta al Lemon, no se, no soy tan mala escribiendolo según fuentes anónimas)

Nos vemos luego lectorcitos y lectorcitas, LOS AMOOO ❤.

-Att: Aki ~