2011:
- Armando Mendoza Sáenz, nacido el 23 de abril de 1986, 25 años… cabello oscuro y ojos marrones, de complexión media, aproximadamente 1,80 mt de altura y unos 72 kilos. El sujeto tiene una cicatriz en la ceja derecha y lo que parece otra cicatriz quirúrgica en el muslo derecho, de unos 15 cm de longitud. No presenta heridas externas, la causa de la muerte fue apuñalamiento con un objeto punzante, probablemente sea un destornillador o un objeto similar. La herida se presenta a la altura del corazón… si, sin duda lo apuñalaron en el corazón lo que produjo un fallo cardíaco….
Beatriz sentada en una esquina alejada entumecida escuchaba a Enrique Garay, el forense, hablarle a una grabadora mientras analizaba el cuerpo de su niño.
Él estaba tan pálido, y Betty sintió la necesidad de arroparlo para que no tuviera frío.
- La autopsia está programada para las 08:00 am del día miércoles 15 de septiembre..
Eran las dos de la mañana, llevaba una eternidad en esta pesadilla, Garay le había dejado quedarse al reconocimiento, como una manera de permitirle que estuviera con él un poco más, dentro de unas horas ella tendría que abandonar su esquina y entonces la verdadera pesadilla comenzaría, pero necesitaba estar un poco más junto a su niño, unas pocas horas más para consolarse con su dulce rostro, mientras aún pareciera que él estaba durmiendo… y cuando el tiempo y este pequeño paréntesis acabaran saldría de esta sala resuelta a hacer lo imposible para encontrar al culpable y cuando eso pasará… cuando eso pasará ella no sabia que haría, pero por el bien del asesino de su niño esperaba que no estuviera sola, si algo tenía claro es que no dudaría ni un momento en… no, no, no podía tomarse la justicia por su mano, ella había hecho un juramento, y los últimos 10 años de su vida los había dedicado a cumplirlos a rajatabla… claro que entonces no era su niño el que estaba involucrado.
Miró a la mesa otra vez y realmente pensó que si lo deseaba lo suficiente él abriría sus ojos la miraría pícaro y le diría “Be te los has tragado! Es una broma Be, es una broma y caíste como una tonta!”
6 horas, habían pasado desde que su niño dio su último aliento, y con eso se llevó el corazón de Beatriz, 6 horas desde que alguien lo apuñaló y lo hirió en lo más dulce y bueno que tenía su niño… él siempre había sido tan bueno, tierno y maravilloso, todo gracias a ese musculo en su pecho… cuando él era pequeño Betty solía sentarse debajo de un árbol en el jardín y le sentaba en sus rodillas abrazándolo contra su pecho, le acariciaba el pelo y le susurraba palabras dulces al oído, y mientras el cerraba los ojitos quedándose dormido, ella apoyaba la mano en su pecho y sentía el latir de su corazón y lo besaba mientras sentía que tenía en sus brazos lo más valioso que le había dado la vida.
Y ahora alguien había apagado eso y le había quitado a Betty todo por lo que siempre lucho, le quito su tesoro, su niño y ella fallo, porque siempre juro que lo protegería con su vida.
Garay la dejo sola con una simpática mirada y Betty se levantó y camino hasta la mesa.
- Hola bebé, estoy triste porque no dejo de pensar que aquí está helado y no puedo soportar la idea de que pases frío… si bebé se lo que me dirías, pero ya sabes que siempre he sido una loca obsesiva contigo… ay mi niño, ay lo que me cuesta creerme esto, aún siento que me voy a despertar en cualquier momento y que ni siquiera voy a estar en mi cama, que volveré a cuando tu eras mi pequeñito y yo esa adolescente que era tu sol y sombra y que no te dejaba ni de día ni de noche, que me vas a estirar tus brazos para que te alce y me vas a exigir una galleta y yo que nunca te negué nada… ay Armando como hago yo ahora para vivir sin ti, dime mi vida, dime si tu eres lo que yo más quiero en este mundo. Y no puedo soportar la idea de que mañana ni pasado ni nunca más escucharé tu voz, ni te veré, que ya no podré abrazarte ni besarte y que no importa cuantas veces diga cuanto te amo tu no estarás allí para escucharlo… no es justo peque, no es justo que me dejes de esta forma tan horrible… y tengo miedo mi niño , tengo miedo de olvidarme de tu cara, de tu olor, de tu voz… tengo miedo de no saber quién te hizo esto y volver a fallarte…perdóname mi amor por no saber cuidarte, perdóname…
Beatriz hundió la cara en sus brazos y lloro mientras sentía como por dentro se transformaba, se convertía en otra persona, un sentimiento agrio le encogía el corazón y la amargura se fundía en cada poro de su piel. La rabia y la impotencia, la bronca y el dolor… y desde ese momento sólo podía pensar en la venganza. Miró una vez más a su peque y lo vio como el niño, el adolescentes y el hombre que ahora nunca sería y se juro que aunque se le vaya la vida en ello no pararía hasta que la persona que le quito la única cosa en el mundo que le impedía convertirse en una bestia, lo pagara.
1990:
Beatriz espero paciente detrás de la puerta, escucho unos paso y apretó los puños.
Cuando la vio entrar se puso silenciosamente detrás de ella y sin dudarlo un solo momento la agarró de los pelos y la empujó contra la pared. La chico grito y Betty volvió a estamparla contra la pared dejándola sin aire y cortando el próximo grito.
- Cállate imbécil o te juro que te dejo calva con mis manos!
- Que haces, estas loca?
- Te voy a dar una paliza estúpida así vas a aprender a no ser una chismosa y una lambona, que te gusta irles con el cuento a ellos? Pues como le vayas con este cuento te busco donde sea y te juro por la tumba de mis padres que te saco los ojos.
- Ayyyy Beatriz déjame…
Beatriz volvió a zarandearla de los pelos y la tiro al suelo, veía todo rojo, en su mente solo pensaba en el llanto de su pequeño y las furiosas marcas rojas que le cubrían la espalda. No, no iba a dejar a esta imbécil así como así, ella aprendería la lección.
- Escúchame bien estúpida por qué no te lo voy a repetir de nuevo, nunca más vas a volver a entrar en su habitación, ni tocar nada suyo, todo lo que tenga que ver con él es mi trabajo, y si se te ocurre mirarlo, hablarle y volver a ponerle un solo dedo de tu mugrosa mano encima te la arrancó con los dientes y lo más importante, mírame – y mientras decía esto le metía una cachetada – si se te ocurre volver a irles con el cuento a ellos TE MATÓ!
Beatriz volvió a cachetearla una y otra vez cada vez más duro. La puerta se abrió y Doña Rafaela apareció en la puerta, su expresión dura paralizó a Beatriz, soltó al pedazo de escoria que tenía agarrada de los pelos y sin acobardarse ni un momento espero las consecuencias.
- Doña Rafaela, mire lo que me ha hecho, me ha pegado y hasta me amenazo de muerte… hay que llamar a la policía, hay que decírselo a los señores…
Doña Rafaela miró con asco a la chica en el suelo y pasando por encima de ella apartó a Betty y tomó un tarro de la estantería, y de la misma forma que entró, sin decir una palabra, se fue.
- Tu imbécil no entiendes no? Sigue así, y voy a hacer que todos aquí te odien… elige como quieres que sean las cosas, te quedas callada y conservas el trabajo, o hablas y te juro por Dios que no paro hasta joderte la vida…
Betty abrió la puerta y antes de irse del todo le volvió a advertir dejando muy claro el mensaje. Salió hecha una furia y corrió escaleras arriba, cuando entró en la habitación su expresión se suavizo y la bestia que había acosado a Rosa, la que lavaba la ropa, se quedó detrás de la puerta.
Él estaba de espaldas a la puerta, acostado sobre el colchón sin sábanas, en posición fetal… su pequeña espalda marcada con las quemaduras que el cinto de su padre le había producido.
“Maldito cabron, maldito, ojalá te mueras”
Se sentó a su lado y le hablo suavemente.
- Peque, me dejas que te limpie?
Él se alejo de ella y se acurruco contra la pared. A Betty le dolió su rechazo y se maldijo una vez más por haberse quedado esta mañana retozando en su cama en vez de levantarse a cumplir con su trabajo.
10 minutos bastaron para que Rosa entrara a su cuarto, viera las sábanas mojadas y corriera a avisarles a los Mendoza de que el niño se había orinado en la cama.
Armando se había asustado y cuando su padre entró a la habitación lo encontró escondido detrás de una silla, Roberto asqueado miró las sábanas amarillentas y luego al mocoso tan cobarde que tenía como hijo y se enfureció, lo llamó y mientras Armando temblaba por los gritos de su papaíto, este se quito el cinturón, lo tomó del brazo y tirándolo sobre la cama mojada procedió a golpearlo violenta y repetitivamente con el fino cuero.
El niño gritaba desesperado atragantándose con sus lágrimas y le rogaba a su papaíto que parará.
Betty escucho los gritos y preocupada corrió al cuarto de su niño, para ver a Roberto Mendoza, el cabron, ponerse el cinto de nuevo y mirar a Betty con furia y gritarle que lavara al mocoso.
Esa mañana se había demorado 10 minutos y eso le costó a su niño una espalda morada y una llaga en su alma.
- Mi rey, déjame que te lave y vamos a buscar a Teddy, desayunamos y luego jugamos a las escondidas en el jardín.
El niño sorbió las lágrimas y con voz baja y llorosa le preguntó si podía comer una galleta. Betty sonrió tragándose el nudo en la garganta y le aseguro que no le daría una, si no dos galletas.
Armando se dio la vuelta tímidamente y se subió a su regazo abrazándose a ella desesperado, Betty beso su cabecita y paso suavemente las yemas de sus dedos por su pequeña espalda. Se inclino sobre el y beso suavemente cada centímetro de piel herida.
- Sana, sana culito de rana, si no sana hoy, sanara mañana. Ves? Esto ya está curándose.
Armando la miró y en un segundo las lágrimas y la angustia se borro de su carita y le sonrió con picardía.
- Beeee has dicho culito jajaja Beeee has dicho una mala palabra!!!
- A si? Pues entonces ahora que me has escuchado voy a tener que matarte a cosquillas!!!
Y mientras Armando lloraba ahora de risa por los dedos ágiles de su adorada Be, esta se juraba que a partir de mañana se levantaría una hora antes para que nunca más esto se volviera a repetir.

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Memento Mori
Mystery / ThrillerArmando es un pequeño niño solitario, Beatriz es una adolescente solitario, ambos son lo que el otro necesita. Está es una historia de amor fraternal. No hay romance entre nuestros protagonistas, pero si amor.