Capítulo 3

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El protagonista comienza explicando que tratará de relatar toda la historia imparcialmente, sin embargo no se compromete a ser perfecto.

Conoció a María Iribarne cuando presentó un cuadro llamado Maternidad en el salón de Primavera en 1946, para los críticos y la gente en general solo era cuadro simple, al parecer la muchacha logró comprender el objetivo de la pintura que según Juan Castel, expresaba una soledad ansiosa y absoluta.

Él se quedó fascinado con ella y cuando desapareció entre la multitud quiso llamarla, pero el miedo no lo dejó. Al perderle de vista se sintió irritado y triste al pensar que no la vería jamás, así que asistió todos los días al salón hasta que cerraron, sin embargo nunca se apareció.

Con el pasar de los meses, Juan Castel pensaba en ella y pintaba solo para ella.

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