You | Tamaki Amajiki × Lectora [COMPLETA]

4. Fiesta

¿Sabes esa sensación que te dice que debías estar ahí en ese preciso momento? ¿Que estaba destinado a pasar aquello?

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Una vez que terminó la ceremonia, los graduados se disponían a ir a un restaurante a cenar con los profesores a modo de despedida. Esto era una tradición ancestral de la UA, conocida también como "la cena maldita" pues se sacaba a relucir la parte más borracha y horrorosa de todo docente, esa parte que no te gustaría descubrir nunca porque perderías todo respeto por aquella persona.

Yo me dirigí hacia mi casa para también prepararme la cena. Entre sigilosa cual gato y me di cuenta de que no había nadie. Me dirigí a la cocina donde había nota de mi madre pegada en el frigorífico.

"Tengo que trabajar, en la nevera hay sobras"

Sabía lo que significaba aquellos de "Tengo que trabajar" y por desgracia esas palabras no eran lo que principalmente decían. Ya hacia algunos meses que encontré escondida en la alacena una botella de ginebra y muchas noches, cuando escuchaba que volvía de "trabajar", se chocaba con los muebles y si entraba a mi cuarto para asegurarme de que estaba dormida, la habitación se inundaba del olor de alcohol.

Ya hacía más de 2 años que mi padre murió en un rescate de un incendio. Un villano lo incineró vivo y no quedaron ni sus cenizas. Aun así, mi madre siguió trabajando y trabajando hasta que la obligaron a cogerse una baja indefinida. Puesto de otra forma, la despidieron por incapacidad. Intenta que yo no me entere del odio que me tiene por ser la viva imagen de su difunto marido, intenta que no me entere de lo mal que está hasta que un día me la encuentre colgada del balcón. A veces me pregunto si algún día llegaré a casa de la academia y estará en la cocina rodeada de su propia sangre, o quizás en la bañera ahogada, puede que se muera en su cama por sobredosis o a las malas de cáncer de hígado. Para mí, que todavía estuviera ella era como si estuviera huérfana. Aunque aún se interesase que comiera bien y de que tuviera la ropa limpia para el día siguiente.

La soledad había llamado a su puerta junto con la depresión y la muerte, y ella no hizo nada por cerrarles el paso. Ya solo era cuestión de tiempo que se fuera con ellos.

Comía a mi ritmo en mi salón mientras de fondo se escuchaba los coches, camiones, motos y demás vehículos por las carreteras de la ciudad. Una vez terminé y puse los platos en lavavajillas me tiré al sofá sin ninguna gana de ir a la fiesta.

No era nada nuevo que era bastante antisocial, que no tímida. No me costaba hacer nuevas amistadas y caer bien a la gente, simplemente no lo quería hacer. Prefería mil veces la soledad de mi habitación con buena música que el barullo de una discoteca donde a nadie le importa si están molestándola otros o no.

Los de verdad eran mis amigos sabían que no debían insistir mucho en que fuera de fiesta, que mejor dejarme a mi rollo pero sabían perfectamente que cuando me necesitasen ahí estaría. La frase de "los amigos son la familia que escoges" está ahí por algo, y en mi caso era muy exclusiva con mi familia que tenía mi sangre.

Poco a poco iba cayendo en los brazos de Morfeo entre pensamiento y pensamiento cuando de pronto oí como alguien llamaba a la puerta, no tarde mucho en abrir y darme cuenta de que se trataba de Momo junto con Todoroki.

- ¡____! ¡No pensarás ir así a la fiesta, ¿no?! - Me habló una alterada Momo entrando en mi casa sin ningún permiso y dirigiéndose a mi cuarto como Pedro por su casa.

Miré a Todoroki confundida, él solo se encogió de hombros y pasó dentro de la casa también, este sentándose en el sofá. Sin embargo, yo sabía que le había dado algunas pautas a Momo para entablar amistad conmigo, pues no es que la morena y yo seamos muy amigas aun si es cierto que más de una vez ella ha intentado acercarse a mí, yo, por mi parte, siempre la rechazaba. Aunque bien estáis viendo que no se daba por vencida.

Subí detrás de ella a mi habitación y abrió de par en par mi armario.

- No entiendo que tiene de malo ir vestida así. Es como he ido a la ceremonia.

- ¡Exacto! Para una ceremonia de diplomas está bien pero para una fiesta hay que ir algo más atrevida.

Después de una larga pelea por la ropa que llevaría a la fiesta con Momo nos pusimos en camino junto con Todoroki. Llevaba un conjunto que se componía de un top negro y una chaqueta y pantalones oversize de color beige.

La fiesta se celebraba en una casa de campo enorme con piscina. Al parecer todos los cursos de 3º habían puesto una parte del precio y les había salido bastante rentable. Había bebidas de todo tipo y música misógina que se escuchaba desde la manzana anterior del barrio donde estaba.

A decir verdad parecía la típica casa americana con la típica fiesta americana, intuía que de un momento a otro entraría un atracador y nos mataría a todos. No, eso solo pasa en las historias de Wattpad.

Una vez que entramos, Momo arrastro a Todoroki a la pista de baile mientras con la mirada me pedía auxilio urgentemente, por mi parte levanté el vaso que me había echado con poche y lo levanté hacia Shoto en señal de brindis, mostrando lo buena amiga que era. Di otro sorbo a mi vaso y lo dejé en la isla de la cocina, recostándome en esta y sacando el móvil de mi bolso para revisarlo.

No tenía notificaciones nuevas, no me esperaba otra cosa a decir verdad, entré en instagram para ver un rato las historias y así no me aburría. La primera que me encontré fue la de Mirio quien subió una foto de él con Tamaki y Hado con la canción "La suerte de mi vida". Seguramente la foto se las habría hecho la madre de Mirio antes de que salieran para la fiesta.

Le hice una captura de pantalla justo cuando con un susto Kirishima casi hace que me tire la bebida encima.

"No busco una luz que ilumine mi
oscuridad si no una forma de vivir en ella"

A partir de aquí la cosa se vuelve un poco turbia, just saying, jeje :)