18. Ayuda

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El tiempo es curioso de explicar, pues como explicamos algo creado por nosotros para no volvernos locos. Porque al fin y al cabo es lo que es, y si existe el tiempo es porque nosotros hemos querido que exista, para poner orden en el universo que tanto desconocemos.
El tiempo no espera a nadie, sigue solo a su ritmo, sin da una sola pausa. No va a parar para que te tomes unos segundos de respirar, seguirá y seguirá quieras o no. Tampoco ira hacia atrás, no retrocederá ante sus pasos bajo ningún concepto.

(...)

Me llevó cargando hasta un parque donde nos sentamos en un banco y le conté todo lo sucedido con Mirio. Solo la parte de confusión y de su beso.

Él simplemente se quedó callado escuchándome y con la cabeza baja.

— ¿Sabes? Mirio es un buen partido. Es fuerte, sabe cocinar y seguro que te quiere mucho.

— Él no es la persona que quiero, y aún así fuera no estoy en un momento en el que quiera ninguna relación. Todo en mi vida se está viniendo abajo sin darme cuenta Tamaki y yo... — Las lágrimas comenzaron a brotar de mis ojos. — Yo no sé qué hacer, estoy completamente pérdida.

— No tengas pena por los muertos, si no por los vivos y más los que son incapaces de amar. — Lo miré extrañada. — Es algo que me dijo mi psicólogo y que creo que te viene muy bien en la situación en la que estás.

De pronto empezó a lloviznar y ambos nos refugiamos en un tejado de un puesto. Empecé a frotar mis brazos en signo de frío a lo que Tamaki me dio la chaqueta que llevaba.

Lo mire con pena e hice el amago de dársela de vuelta pero simplemente no me dejó.

— Quédatela, debes de tener frío y yo estoy bien. — Me sonrió y por un instante juraba que me daba un ataque cardíaco en ese mismo parque.

Este chico literalmente me había conquistado por completo.

(...)

Tamaki me acompañó a casa esa noche bajo la lluvia y se lo agradecí. Al despedirme decidí darle un beso en la mejilla para lo que me tuve que poner de rodillas. Me puse completamente sonrojada pero valió completamente la pena poder verlo de la misma forma.

No he hablado más con él desde entonces pero tampoco es que haya hablado con cualquier otra persona.

Tenía algunas cosas más importantes que hacer como decidir qué es lo que iba a hacer con lo de ayudar a la liga.

Había leído el contrato completo y al parecer mi "padre" hizo un trato con ellos para protegerme de una organización llamada "yakuza". Conocía a la mayoría por el rescate de Eri, en el que no participe, pero los que sí lo hicieron me contaron todo lo sucedido.

Sin embargo había algo que no me cuadraba, más bien algo que me negaba aceptar. Mi padre los contrató para salvarme y protegerme. Él no podía solo y los demás héroes no querían gastar su tiempo en una pequeña niña e intentar atrapar a una organización fantasma. Básicamente lo mismo que le ha pasado a Eri, pero supongo que yo era mucho más pequeña, diría que recién nacida, ya que no me acordaba de nada.

Y ahora la liga me pedía que trabajara para ellos como espía a cambio de su ¿protección?

Y una mierda, de ninguna de las formas pensaba en arriesgarme de esa manera. Además no me importaba mi vida, si la yakuza quisiera atraparme o hacerme daño ya lo habrían hecho. Joder, han pasado 3 años de la muerte de mi padre y mi madre casi siempre me dejaba sola en casa. Han tenido miles de oportunidades para atacarme, ¿iban a esperar a que me aliara con la liga para perseguirme? No, no me lo creía en absoluto.

Si querían venir a por mí que vinieran, posiblemente me prestaran más atención que mi madre.

(...)

Al día siguiente me desperté con el sonido de la lluvia. Mentiría si dijera e hice algo productivo con mi vida, pues no me levante hasta una hora y media después de despertarme. Hoy no tenía muchas ganas de ir a clase la verdad, ya le pediría las tareas a Shoto o a Midoriya.

Después de levantarme me dirigí al espejo del baño donde me vi los ojos rojos y unas ojeras de aquí a China seguramente, pero no les tomé de más importancia y me metí en la ducha.

Al salir me dirigí a mi habitación para vestirme, estaba viéndome en el espejo pensando que otro pijama me iba a poner para ir a la gala de mi cama cuando de pronto veo que enfrente de la puerta aparece una especie de neblina negra que ya conocía.

Kurogiri.

Me preparé con una sola toalla puesta alrededor de mi cuerpo para luchar si era necesario.

— ¿Qué haces? — Preguntó saliendo del portal el de los parches/quemaduras. Sinceramente no sé muy bien lo que eran. De igual forma estaba completamente incrédulo.

— Eso debería preguntarte yo que has entrado sin permiso en mi casa.

— No, me refiero a... que haces en una toalla.

— Me acabo de duchar imbécil. ¿Qué quieres? - Creo que esta era sin duda la conversación más ramdom que había tenido jamás.

— Ah sí, eso. — Se metió las manos en su bolsillo como si tuviéramos tiempo de sobra. — Se ha acabado tu tiempo para decidir, te vienes conmigo. — De pronto sacó un spray de su bolsillo y me roció con él.

En unos minutos me quedé completamente inconsciente.

Inconsciente y con solo una toalla cubriéndome el cuerpo estando con un villano. Que guay todo.

Pero había algo que nunca llegaba a entender. ¿Por qué leches todos los villanos siempre me dejaban inconsciente? Enserio, eso de desmayarme cada vez que me capturaban ya me cansaba. Esperaba que no fuera así en el futuro. Si es que tenía alguna posibilidad de tenerlo. Ya que, para ser sinceras, no creía que me dejaran con vida si me negaba a colaborar con ellos. 


"La diferencia entre los locos y los genios, es que los genios tienen límites"

You | Tamaki Amajiki × Lectora [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora