6. Respira

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"Sé que poco a poco el mundo va cambiando, evolucionando, continua vivo y crecemos. Las personas también crecemos y evolucionamos y llegamos un momento en el que todo se nos viene encima y no sabemos qué hacer. En que las personas que nos importa van muriendo y nosotros lo único que podemos hacer es respirar. Continuar respirar sin poder hacer nada. Pese a que sepamos que el mundo se acaba, nosotros solo cerramos las cortinas y esperamos que alguien haga algo por nosotros o que simplemente se arregle solo. Porque no queremos ver la realidad de los que nos rodea y en vez de eso solo continuamos respirando, esperando que la tormenta pase."

(...)

Entramos en una especie de despacho o mejor dicho biblioteca, no había visto más libros en mi vida. Miré a Tamaki levantando mi barbilla pues me sacaba más de una cabeza. El se adentró más en la habitación cerrando la puerta con cerrojo, yo me sonrojé por tal acto pero al parecer él no le tomó demasiada importancia.

Se dirigió a las estanterías para que libros había. Yo me puse a mirar los libros de la estantería contraria hasta que encontré algo interesante.

- Tamaki... - Lo llamé, me di cuenta que él se giró de donde estaba. - ¿A quien habéis alquilado esta casa? - Le pregunté mirándolo con lo que tanto me había desconcertado en la mano. El se acercó a mí para ver qué es lo que había encontrado.

- Creo que el director Nezu nos dio el contacto del propietario, ¿por qué?

- Es un álbum de fotos. - Lo alcé. - Hay fotos de varias generaciones de alumnos de la UA haciendo su fiesta de graduación, hasta está la foto de graduación de Aizawa-sensei, Midnight y Present Mic. Y hay otras muchas más fotos de la casa y en todas aparece el director con otros, ¿osos? Bueno no sé exactamente lo que es, pero se parecen mucho a él. - Me empezaron a temblar las manos cuando sentí el cuerpo del pelinegro arrimado al mío para ver mejor.

- Quizás sea su... ¿casa de verano? ¿O para hibernar tal vez? - Reí ante su comentario y pude ver una sonrisa por su parte. - Allí hay muchos libros acerca de la historia de los héroes, como nacieron, el niño con el primer quirk y demás pero nada interesante.

- Podríamos buscar más álbumes como este, quizá tenga una guarida secreta de lobo nocturno o algún secreto oculto.

- Ni que estuviéramos en un videojuego. Además, ¿no has dicho antes que era un oso? - Su tono de voz calmado no desapareció y eso me relajaba mucho. Pese a que no habíamos hablado casi nunca, entre nosotros se podía notar un ambiente tranquilo y relajado. Sentía que podía ser yo misma.

- He dicho que no sabía lo que era. - Le corregí.

Empezamos a buscar y mirar más libros, parecía que nunca se acababan, hasta que acabamos tirados en el suelo, recostados en una pared. Entre nosotros se había originado un espacio en blanco, en el que solo se nos escuchaba respirar.

- Siento de nuevo lo de las fotos. - Dije rompiendo el silencio.

- En realidad no me importa, solo no estoy acostumbrado a ser el centro de nadie. Nunca he sido de los que llaman la atención y se tiran al peligro sin importar lo que les pase. Soy más de los que se quedan en la retaguardia esperando a que otros hagan el trabajo sin tener que ensuciarme las manos. Por eso me gustaría ser como Mirio. Él solo quiere hacer sonreír a la gente, salvarla, sin importarle su propia felicidad.

- Mirio siempre me ayudó mucho. En todo momento estuvo ahí para apoyarme, hasta la muerte de mi padre cuando intente separar a todo el mundo de mi lado, cuándo simplemente quería desaparecer. Es como cuando te dicen, sal, diviértete, pero tu simplemente no sabes cómo hacerlo porque estas enterrada a tal profundidad que no sabes cómo salir, o a lo mejor no quieres salir de ahí. Siempre he pensado que la soledad es muy adictiva, que se está muy bien solo tú y tus pensamientos, sin nadie molesto a tu alrededor. Pero entonces llega Mirio y hace todo el ruido posible para sacarme de esa tumba en la que he estado. - Sentía su mirada en mí mientras mis pulsaciones subían y subían y mis lágrimas no paraban de salir.

Recordar aquella época de mí era algo que me había prohibido mentalmente, porque volvería a recaer, y no quería eso, sería demasiado doloroso. Sentía que mi corazón en cualquier momento saldría de su lugar y moriría, poco a poco me iba quedando sin aire y mis pensamientos no atinaban a más que a los recuerdos del pasado. A ver como se llevaban a mi padre en aquella camilla de hospital, a mis manos temblando, a mi piel desgarrada por mis uñas, a mi inquietud, las palabras del cirujano diciendo esas palabras que me habían hundido, que me habían llevado a la miseria. "Hicimos todo lo pudimos" Que mierda de frase era esa. Si hicieron todo lo que pudieron mi padre estaría vivo entonces. Y después las pesadillas, los gritos de mi madre, los suspensos en la escuela. El meterme en el baño, abrir el mueble del espejo y coger las pastillas que escondía de mi madre para la ansiedad, tomándome casi todo el bote. Entonces solo quería desaparecer, solo quería irme de allí, pero la vida decidió que no era mi momento.

- Respira. - La voz de Tamaki me despejó de mis pensamientos, llevándome de vuelta a la realidad. De pronto fue como una jarra de agua fría me cayera encima. Mi mirada estaba fija en la suya y poco a poco mi respiración se fue normalizando.

Cuando me calme totalmente me levanté deprisa y me fui de allí sin decir nada más. Casi corriendo fui a recepción para coger mi chaqueta e irme. Cuando salí de la casa empecé a correr camino a ningún lado hasta que me cansé y entonces utilicé mi quirk teletransportándome hasta mi casa, concretamente mi habitación. No quería encontrarme con mi madre.

Otro maldito ataque de ansiedad, creí que ya había pasado esa época, que solo era cosa del pasado pero al parecer no es así del todo. Hasta hace unos nueve meses que entré en la UA tenía este tipo de ataques ocasionados por la muerte de mi padre. Parece que todo giraba en torno a él en mi vida, pero es justamente eso, me la había jodido entera. El profesor Aizawa me ayudó un poco a salir de ese pozo sin fondo, la única persona que había dejado acercarse a mi hasta entonces. Es esa una de las razones por las que le tengo tanto respeto.

Porque me salvó la vida aun cuando estaba al borde del precipicio.

"Muchas veces buscamos algo que
creemos que querer cuando en
realidad lo que necesitamos es otra
cosa totalmente distinta que llega sin
que nos demos cuenta"

You | Tamaki Amajiki × Lectora [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora