19. Recuerdos

1.1K 151 21
                                    

"¿Qué es ser rara? Durante toda mi vida he escuchado a gente diciéndome "no hagas eso, pareces rara" "no te juntes con esx, es unx rarx". Y sin embargo nunca he entendido el significado de la palabra. ¿Es acaso solo una forma de decir extraño a ti? Porque si es así todos somos diferentes, todos somos raros entre nosotros y eso no tiene porqué hacernos ver inferiores o desiguales al resto. Raro también es sinónimo de extraordinario, cosa a mencionar dado que si bien la segunda mencionada es aludida para mencionar caracteres buenos de alguien la otra se utiliza con tono despectivo aún significando lo mismo.  Tu me dices rara por ser como soy y me preguntas porqué lo soy, pues aquí va mi respuesta: Ser rara no es algo malo, no es algo por qué te tengas que sentir mal. Que tus defectos e inseguridades no te definan porque la única que te defines eres tú." 


(...) 

Me desperté maniatada de pies y manos en una silla de madera, justo donde mismo me encontraba hace unos días cuando me enteré de la verdad sobre mi padre. Todos estaban sentados mirando al suelo o haciendo alguna otra cosa, como Toga que estaba afilando un cuchillo. Muy normal no era la chica a decir verdad, pero que me esperaba, eran villanos. 

Me estoy dando cuenta de que estoy siendo muy sarcástica, pero, ¿de que otra forma me puedo tomar todo esto si no es riéndome? Quiero decir, ya me he cansado de llorar y quejarme, si voy a luchar lo haré desde ya y todo lo que venga después lo resolveré, como siempre hacen los héroes, ¿no?

- ¿Qué harás? - Me preguntó el peliazul. - ¿Te unirás a nosotros? 

- No. - respondí cortante y sentí como el cuchillo de Toga salió disparado y me cortó la mejilla para luego clavarse en el centro de una diana detrás mía. 

- "No" no es una respuesta que aceptemos. O aceptas o mueres. 

- Pues ya podéis matarme. 

- Que pena, de verdad que si. Y yo que pensaba que podríamos ser amigos. Grandes amigos. ¿Qué pensaría tu padre si se llega a enterar que estás malgastando tu vida por un simple capricho. - Me paso un dedo por su mejilla para luego apretármela con toda la mano menos uno de sus dedos. 

- Puedes torturarme y extorsionarme todo lo que quieras pero nunca traicionaré a mis amigos. - Dicho lo último le escupí en la cara. 

- No sé de donde te viene tanta confianza de repente. Siempre me has parecido bastante debilucha, prescindible. Lo que hace el amor, ¿no? Me pregunto que harías si trajéramos a cierto héroe delante tuya y lo matásemos. No sé, alguien indefenso. Posiblemente alguien que ¿no tuviese quirk? - Me moví en mi silla nerviosa mientras reía de mi reacción. - Eres como un libro abierto _____. ¿Quieres ser libre? Adelante - Me desató lo que me mantenía aferrada a la silla. - Vamos lucha. - Me incitaba mientras me frotaba las muñecas con dolor. - Lucha por quien amas, o déjales morir. 

Entonces salté a todos ellos pegándoles a puñetazos, ¿Dónde había quedado mi parte más  racional? ¿Qué posibilidades tenía contra un grupo de villanos? Me matarían, definitivamente me matarían. Puede que eso fuera lo mejor. Lo único que les sucede a mi seres queridos es dolor. Desde que nací, todo aquel que esté a mi alrededor acaba mal de una forma u otra. Quizás la única forma de solucionarlo era... 

Una lagrima cayó por mi mejilla en el momento que uno de los villanos me pegó en el estomago, escupiendo sangre y cayendo al suelo. 

Shigaraki tenía razón, yo nunca he sido una persona fuerte, siempre me escaqueaba en las clases de EF y entrenaba lo mínimo que podía. La única razón por la que me hice heroína fue por mi padre y al final mi verdadero padre resultó ser el menos héroe de todo. Quizás si he estado destinada a estar en este bando, a ser una villana. 

No quería que nadie sufriera más por mi culpa. No quería que le hicieran nada ni a Shoto, ni a Mirio... 

Ni a Tamaki. 

Cerré los ojos lentamente con su imagen en mi cabeza, acordándome de todos los buenos momentos que había pasado con él en los últimos meses, hasta las tardes tranquilas en su oficina. Esas tardes en la que no hacíamos nada y simplemente nos quedábamos hablando o haciendo alguna tontearía. 

Cuando volví a abrir los ojos dispuesta a seguir luchando ya no  me encontraba en su guarida, si no en un parque. Lo reconocía a la perfección, aquí fue la primera vez que vi a Tamaki. Mirio había organizado una quedada en común para presentarnos, ya que éramos su mejores amigos y por ende, según él, nosotros también teníamos que ser amigos. 

Recuerdo que nos sentamos en el banco más alejado de la entrada para que nadie nos molestara y Mirio empezó a hablar de lo genial que era All Might. Tamaki lo miraba curioso mientras que yo lo miraba a él. Desde el primer momento me quedé absorta en sus ojos y en su pelo. En su cuello y en su ropa. En sus labios finos y sus rasgos tan delicados. Me pareció fascinante. Ahí comenzó mi obsesión con él. Me encantaba mirarlo y hacerle fotos. Sus expresiones, su forma de hablar, caminar. Aunque me daba vergüenza que se enterara por lo que al final acabé recurriendo a espiarlo. 

Por mucho tiempo que pasé, el siempre será mi primer amor, y no lo olvidaré jamás. 

Me teletransporté de vuelta a mi casa con un poco de esfuerzo ya que aún me seguía doliendo el estomago del golpe que me habían dado pero cual fue mi sorpresa al encontrarme a cierta persona en la entrada de mi casa. 

- ¿Shoto? - Pregunté confusa. 

- ____, por fin apareces. ¿Qué te ha pasado? - Me preguntó mirando como apretaba mi estomago. - ¿Estás bien? 

- No... - dije sincera. - Tengo muchas cosas que contarte. 



"El tiempo será juez y hará justicia"

You | Tamaki Amajiki × Lectora [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora