27/9/2017

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Song: Eleanor Rigby — The Beatles

~×~

Daban las 12 del mediodía en Nueva York, el cielo estaba despejado y daba una hermosa vista para pintar un cuadro, que casualmente era lo que John estaba haciendo pero al igual que yo escribiendo este capítulo no tenía la menor pizca de inspiración, desgraciadamente es una de las pocas cosas que tenemos en común, continuando con él, sólo estaba viendo su teléfono en busca de cualquier meme con el que poder reír o una imagen cualquiera que pudiera pintar. En un intento desesperado para poder pintar John recurrió a un método algo raro, un tutorial de Bob Ross, luego de unos minutos pintando el ojiazul se sintió satisfecho con el paisaje, tomó sus cosas y caminó hasta su casa, debo decir que se llevó un buen susto cuando divisó a su madre sentada en su sofá.

—La próxima vez, me puedes avisar, ma.— John fue a darle un gran abrazo a su madre.

—¿Cuál sería la sorpresa en eso?— La rubia invitó al ojiazul a sentarse con ella.

—Ninguna, obviamente, pero prefiero que sea así, no me gustan las sorpresas.— El castaño obedeció y se sentó junto a la rubia.

—John, a ti no te gustan las interacciones humanas.— Su madre rodó los ojos con fastidio.

—Soy un perfecto ermitaño.— Una sonrisa orgullosa se formó en la cara de John.

—Todo lo contrario a tu hermano..— A John no le gustó mucho el comentario que hizo su madre por lo que desvió su mirada a un lugar cualquiera de la habitación.

—Que te dije de compararme con Gabriel..— Elizabeth no se sorprendió por el repentino cambio de actitud de su hijo.

—Cambiando de tema, ¿cómo vas con la habitación?— Elizabeth no practicaba parkour, pero dio un gran salto para cambiar la conversación.

—Uff.. Bueno, ha sido mucho trabajo la verdad.— El castaño echó su cabeza para atrás con cansancio. —Aún no he terminado con la ropa..—

—Puedo ayudarte esta tarde, si quieres.—

Efectivamente, John aceptó al instante la ayuda de su madre para terminar de vaciar aquella habitación, a Elizabeth le pareció una excelente idea para pasar tiempo con John y conversar sobre temas que solo ellos dos a solas podían hablar, sin embargo John había heredado su habilidad con las conversaciones, solo que la usaba para evitarlas. Por cada "¿piensas conseguir una novia?" Había un "¿quieres un cuadro nuevo mamá?" Así fue al principio hasta que la madre pudo comprender que hablar con John era difícil incluso para ella, entonces continuaron en silencio, hasta que John por fin pudo hablar.

—Estoy cansado, ma.. Iré a tomar una siesta.— John dejó la escoba a un lado de la puerta.

—Yo voy a cocinar el almuerzo, duerme tranquilo hijo.— Esa fue la señal que el hombre necesitaba para dejar la habitación e irse a dormir.

John no tardó mucho en dormirse, pero cuando lo hizo si que se arrepintió, "Ahora no podré dormir en la noche." se dijo a sí mismo estando en el vacío color negro que acostumbraba a estar en sus sueños. Inesperadamente —o no tanto diría yo— su sueño cambió del vacío negro a un lugar poco conocido, John se vio a sí mismo sentado en unos escalones pequeños, bajo el cielo estrellado, a su izquierda había varias perdonas bailando debajo de unas luces color morado oscuro que se mezclaban un poco la oscuridad de la noche, se sorprendió de verdad cuando miró a su derecha, había una mujer con él y a diferencia de los otros elementos del sueño John no podía verla con claridad —que conveniente—, pero su voz se escuchó con claridad así como las palabras que le dijo.

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