26 de noviembre de 2017

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Al día siguiente de su cita con John, Hannah despertó en su cama gracias al sonido que hacía su teléfono cuando recibía mensajes, con la rabia que a todos nos daría ser despertados del mismo modo, la mujer se cubrió la cabeza con la almohada y trató de acomodarse para alcanzar la pobre ilusión de que volvería a dormir, pero obviamente no pudo porque seguían y seguían llegando mensajes, entonces se sentó sobre la cama, se estiró un poco y encendió la pantalla de su celular. Tenía correos electrónicos del trabajo, notificaciones del instagram, notificaciones del Facebook y finalmente los mensajes en su whatsapp. Hannah simplemente deslizó su dedo hacia arriba y eliminó todas las notificaciones, luego volvió a la cama y se acomodó con la almohada entre las rodillas, como siempre solía dormir, pero nuevamente su sueño fue interrumpido, por una canción melosa en su teléfono, señal de que alguien la estaba llamando, ya fastidiada de la latosa persona, decidió atenderle.

—¿Qué pasaaaaaaa?— Hannah habló sin ganas algunas de disimular su molestia.

—¡Annie hermanita!— Victoria habló con su típico tono entusiasta.

—Hola, Victoria...— Hannah se pasó las manos por la cara.

—Hermanita, recuerda todo lo que tienes que traer hoy y no te olvides de tu introvertido y ermitaño novio.— Victoria sonrió y se escuchó un beso al otro lado de la línea.

—¿Hoy? ¿Qué día es hoy?— Hannah puso la llamada en altavoz y revisó el calendario. —Ay no, ya sé...—

—Sip, día de acción de gracias, así que apresurate, porque necesitamos estar en casa de mamá a las 12 en punto.— Victoria hablaba agitada mientras caminaba por las calles de Brooklyn en compañía de su perfecto esposo.

—Y...¿Qué hora es?— Hannah se movió en la cama y tomó su reloj de mesa, que marcaba las 11 am.

—¡¡Es hora de que te apresures!!— Victoria colgó la llamada dejando Hannah con los ojos bien abiertos.

Victoria puso su teléfono en su bolsillo y suspiró con fuerza, luego miró a su corpulento esposo acercarse a ella caminando y cargando con todas las cosas que ella misma le había mandado a comprar, Victoria era la organizadora perfecta de la familia, por lo que todo tenía que estar en su debido lugar a su debido tiempo —Un poco obsesivo de su parte, pero esa era su personalidad— Entonces, la castaña acomodó la camisa de su novio y lo miró a los ojos mientras que sonreía tiernamente.

—¿Todo bien, amor?— Gabriel se sobó la mejilla y giró la cabeza para ver a Victoria , tal y como un Golden Retriever lo haría con su dueña.

—Nada, cielo. Solo quise verte.— Victoria soltó una risita y ayudó a su esposo a poner las cosas en el auto.—

—Sabes, me gusta mucho como te queda ese vestido, jeje, es realmente hermoso, pero no tanto como tú.— Gabriel fue silenciado por un beso de Victoria y luego sonrió ampliamente.

—Gracias, cielito, ahora debemos irnos, aún tenemos que buscar a Oliver, y sabes como se pone cuando es impaciente.— Victoria entró en el auto y Gabriel hubiera hecho lo mismo de no ser porque algo en la vitrina llamó su atención.

Gabriel se acercó a la vitrina del lugar y miró fijamente un encendedor color morado que yacía junto a unos otros, el pelinegro lo observó quietamente y luego se pasó la mano por los rizos antes de entrar al auto. —Lo siento, mi amor, me quedé viendo algo ahí en la tienda.—

La pareja tomó rumbo hacia la casa de Oliver, en donde este terminaba de recoger sus cosas, y arreglaba ligeramente su departamento universitario, el joven guardaba su trompeta en el maletín, luego arreglaba su cama, su ropa, y terminaba de sacar de la nevera las papas que iba a llevar para la cena, luego miró las pocas tareas que le quedaban por hacer en la laptop y sonrió para sí mismo, podía tomarse un descanso aquel día con su familia, relajarse para al menos deja de pensar 15 minutos en aquella tarea que no lo dejaba dormir —porque esperaba al último momento para hacerlas todas, como buen estudiante—. Al final, Oliver se tiró en el mueble a revisar su teléfono, vio el Instagram y le dio like a varias publicaciones, en el Facebook no tenía muchas notificaciones por lo que su estadía en la conocida app no sería mucha, luego revisó el whatsapp y solo tenía mensajes de su hermana y de Ben. Oliver sonrió al ver los mensajes cariñosos de su novio y miró su foto de perfil, en la que estaban ambos, y finalmente terminó por enviarle un mensaje a su novio.

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