Capitulo Once

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Estaba sentada en un taburete de la cocina. Eran las dos de la madrugada y Jared no había vuelto aun.
En parte tengo la culpa por dejarlo ir.

Suspiré frustrada. Definitivamente tenía que dejar mis celos de lado en algún momento, pero no ahora.

CRISSA: ¿Ya vienes en la vía?

Mi teléfono sonó cinco segundos después.

JARED: Si cariño, llegare un poco tarde no me esperes. Descansa mi musa😝

Sonrei.

CRISSA: Vale, ten cuidado💕

Deje mi teléfono de lado y vi los juguetes de Klim en una esquina de la cocina. Automáticamente mis ojos se llenan de lágrimas y es que ya no puedo controlarlas como antes.

—No sabes cuanto te extraño Klim. —susurré aun mirando a sus juguetes. Me permito llorar  un poco y limpiar las lágrimas que me mataban.

Sentí en la mañana como el cuerpo cálido de Jared me envolvía entre sus brazos. Un suspiro abarcó mi cuello y con el pequeño espacio entre nosotros me gire para verle.

Tenía los ojos rojos de llorar, mi Jared había llorado. Toqué su mentón con mis dedos hasta que llegué hacia sus labios.

—¿Que pasa cariño? —mi voz se encontraba débil. No se si es porque mi garganta ya no soporta que siga llorando por todo lo que se nos ha cruzado en el camino.

—Nada cariño. Solo he estado muy preocupado. —lo mire fijamente a sus bonitos ojos celestes. Ese era el detalle en él, que yo podía ver lo que había detrás de esa mirada azulada que tanto me estremecía.

Podía desnudar sus sentimientos sin siquiera hablarle. Jared se permitía ser transparente solo conmigo.

—He hecho tantas cosas mal que siento que jamás me alcanzará la vida para remediar los errores. —mis dedos crearon unas caricias suaves en su rostro. Un rostro surcado en lágrimas que no cesaban.

Algo dentro de mí se rompía cuando veía su apenas pecoso rostro lleno de esa mirada abatida y triste.

—En eso estamos unidos cariño. Me encantaría desde un principio haber dejado de lado mis pensamientos que no hacían más que alejarme de ti. —susurré—. Pero miranos, amor estamos comprometidos y listos para enfrentarnos a lo que sea.

Toque un mechón de su cabello que ya crecía incontrolable por encima de su frente. El me sonrió a duras penas.

—Tu dolor será mi dolor. Tu felicidad será la mía, mi amor —un beso en sus labios hizo que al final esas lágrimas dejen de correr—. No te culpes por lo que ha pasado, sabes que son cosas que la vida nos pone para hacernos fuertes.

A este punto ya estaba yo a punto de llorar de nuevo. Creo que mi sensibilidad se aumentó cuando me bajo la regla esta mañana. El se echo a reír cuando yo empecé a llorar, era confuso.

—Perdóname cariño. —me dijo al oido acariciando apenas mi cabello—. Es que eres tan sensible.

Le di un largo pellizco en el hombro mientras me limpiaba con sus pulgares mis ojos llenos de lagrimas.

—Tu... -me dio un beso en los labios.

Profundo e intenso, suave y maravilloso ese era mi trance cuando Jared me besaba.

—Esa boca sucia Moon. —una voz amenazante con acordes tan sutiles. Cerré mis ojos cuando mordió levemente mi labio inferior.

Sonreí cuando me dejo de besar. La calma después de la tormenta, así describía esto que tenia con Jared.

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