¿qué pasaría si toda la vida que alguna vez habías soñado, o vivido, resulta ser nada más que una fantasía?
toda esa vida, llena de rosas blancas. toda una vida soñada, sería arrebatada por una sola cosa, algo irreal.
los deja vu's son una especie...
Había llegado el día, hoy sería el día más importante de mi vida. En realidad, el día más importante de toda mujer.
Hoy me casaría con él, con el chico que ha sabido cómo ganarse mi corazón y todo mi amor. El mismo chico que me enamoró completamente y que cada día qué pasa, me hace la chica más feliz del mundo.
Es él.. y siempre lo fue.
— No puedo creer que mi bebé se va a casar.. — habló de repente mi mamá, sacándome de mis pensamientos. — Ya dejarás de ser mi niña, para convertirte en una mujer casada.
Me giré en dirección suya, tenía los ojos llorosos.. la abrasé. — No hables así, mamá. Yo siempre seré tu niña, aunque ahora estaré casada, pero eso no quiere decir que me iré de tu vida. Eso jamás. — le sonreí, ella hizo lo mismo.
— ¿En qué momento pasó todo esto?
Solté un suspiro.. — No lo sé, mamá.. no lo sé.
Y era verdad, no sabía cómo, ni cuándo fue qué había pasado todo esto. Mi vida había dado un giro de trescientos sesenta grados.. En un momento había llegado aquí sin saber lo que me esperaba, empezó todo lo de Soy Luna, encontré amigos sinceros.. Tuvimos diferencias, pasó lo de Ruggero, nos enamoramos.. y ahora estábamos aquí, a unas horas de casarnos. Es todo muy loco..
De lo qué sí estoy segura es que, gracias a todo eso.. estoy dónde estoy ahora.
— Hija, acaban de llegar Ale y Alan. — me avisó mi mamá, yo asentí.
Ellos entraron a mi habitación y empezaron con su magia. Ale me maquillaba, mientras Alan hacía algo en mi cabello. Todo muy lindo.
Ale y Alan.. fuera de ser solo mis estilistas, ellos han estado ahí para mí en mis momentos de debilidad. Ellos son cómo mi familia, desde que llegué a Argentina siempre se encargaron de hacerme sentir cómoda y bien aquí en un país que yo desconocía. Sin duda, no sé qué haría yo sin estos dos locos.
— Quedaste hermosa, Karola. — habló finalmente Ale.. yo me miré al espejo y efectivamente, había quedado muy hermosa.
Sin duda, ellos dos hacen magia.
Ellos se retiraron de mi habitación, mientras yo me colocaba el vestido blanco.. era muy hermoso. Me vi al espejo y se me salió una lágrima, no podía creer que esto fuera verdad, parecía un sueño.
Uno muy hermoso, por cierto.
Miré el reloj, marcaba las 11:30hs. La ceremonia empezaría a las 12:00hs.. debíamos irnos ya.
Cómo pude, bajé a la sala.. dónde estaba mi mamá, junto con Ale y Alan, al parecer estaban esperándome.
— ¿Nos vamos? — les pregunté, con una enorme sonrisa en mi rostro. La felicidad no me cabía en el corazón..
Mi madre se acercó a mi y me dió la bendición, me dió un beso en la cabeza.. — Espero que seas muy feliz, hija. Realmente te lo mereces por la gran persona que eres.
— Gracias, mamá.. — agradecí, no quería llorar.. no hoy qué sería uno de los días más felices para mí.
Caminamos fuera de la casa y nos montamos al auto que habían rentado para éste día, con chofer y todo. Entonces, emprendimos viaje hacia la iglesia en dónde sería la ceremonia.
Al llegar, me encontré con todos los chicos del elenco. Llevaba tiempo sin verlos, así que cómo pude, corrí hacia ellos y les di un enorme abrazo, ellos hicieron lo mismo.
— Te ves realmente hermosa, Karol. — me halagó Lionel, yo le sonreí.
— Lío tiene razón, eh.. Te ves divina. — habló está vez Katja..
— Muchas gracias, chicos. — nos volvimos a abrazar y sentí mis ojos arder, no voy a llorar.. no quiero llorar.
Minutos después, ellos se adentraron a la iglesia. Yo me quedé esperando afuera hasta que comenzó a sonar la típica música de entrada. Entonces, llegó Lío y entrelazó su brazo con el mío. Le había pedido a él que me entregara a Ruggero, puesto a que mi hermano no iba a poder asistir. Además, Lío era cómo un hermano para mí.
— ¿Lista? — preguntó, yo solté un suspiro.
— Lista.
Y entramos a la inglesa, todos me miraban con una enorme sonrisa. Era todo demasiado hermoso, seguía pareciendo un sueño, un increíble sueño..
Después de un minutos que parecieron horas, llegamos al altar y ahí estaba Ruggero. Vestía un smoking color negro, súper elegante.. me encantaba verlo vestido así.
— La cuidas, amigo.. y hazla feliz. — le dijo Lionel.
— Eso tenlo por seguro.. — le respondió él
Tras decir eso, ya habíamos dado paso a la ceremonia. Escuchábamos con atención cada palabra que nos decía el padre.
¿Cómo es que llegué hasta aquí?
No lo sé, pero estoy segura de que no me arrepiento de nada.
— ¿Y usted Karol Sevilla, acepta al señor Ruggero Pasquarelli cómo su legítimo esposo, para amarlo y respetarlo, en la riqueza y en la pobreza.. hasta que la muerte los separe?
Miré a Ruggero, quién me veía con una enorme sonrisa en su rostro.. Sin duda, mi respuesta siempre sería la misma, una y mil veces.
— Sí, acepto. — sonreí, ahora sí.. esto sería el comienzo de una nueva aventura, junto a él.
— Entonces los declaró marido y mujer, puede besar a la novia. — le indicó a Ruggero.
Nos pusimos de pie, él me tomó por ambas manos y me miró a los ojos. No lo podía creer, ya era oficialmente su esposa..
Se acercó a mi rostro y antes de que pudiera pegar sus labios con los míos, todo se tornó negro.
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