La religión popular.
Los dioses.
Es difícil delimitar las fronteras que separan las religiones populares y de misterio. Los cultos a Deméter o Dioniso se desenvuelven más a niveles populares. Sus festivales entrañaban un acercamiento más personal que el colectivo de la llamada religión olímpica y ciudadana. Entre los dioses olímpicos de gran difusión popular tenemos a Zeus, soberano y señor de dioses y hombres; Hermes, conductor de los muertos a la última morada y guía de los viajeros; el dios Apolo, dios de la armonía; y su tío Poseidón, cuyo atributo es el caballo y el agua es su posesión y Artemis que está relacionada con el árbol y es la diosa cazadora. Los atributos de estos dioses los acercan más a las clases populares que a lo reyes o nobles. El sincretismo servía para explicar la doble faceta de algunos de los dioses Olímpicos. Las manifestaciones religiosas están en estrecha relación con el devenir de las estaciones, con la fertilidad de los campos, de los hombres y de los animales. También estaba presente el elemento obsceno. Apolo aparece, además, como uno de los dioses más favorecidos, su condición de salvador, purificador y defensor de calamidades lo hace muy propicio. Deméter es otra de las divinidades que presidía un gran número de fiestas. Dioniso se convertía en uno de los dioses ciudadanos con un culto más riso al ser aceptado con los Pisistrátidas y compartía con Deméter los misterios de Eleusis y las representaciones teatrales se realizaban bajo su protección, en su teatro y en los festivales a él dedicados como las Grandes Dionisias. En las Grandes Panateneas se rinde homenaje a la diosa ciudadana, protectora de la ciudad de Atenas. El pueblo se une a los actos religiosos patrocinados por su ciudad. En el campo hay otra religión, esa religión de la tierra, en donde la Tierra es naturalmente la Madre. A los festivales acudían no sólo los ciudadanos, sino también los habitantes de la campiña ática. Los esclavos, muchas veces de origen bárbaro, y las mujeres eran admitidos en la mayoría de estas fiestas. Las Tesmoforias, por ejemplo, estaban reservadas de manera exclusiva al sexo femenino, estas fiestas iban acompañadas frecuentemente de competiciones atléticas.
Los héroes.
Los héroes eran hombres de los que se contaban historias extrañas y llenas de hazañas inalcanzables por el hombre común. Son protectores en la guerra, pues la palabra héroe era sinónima de guerrero. Se oponen a los dioses y a los muertos. Los héroes aparecen en las batallas para ayudar a los griegos, por ejemplo, se dice que Heracles luchó contra los espartanos en Leuctra. Los hombres que se habían distinguido por su valor defendiendo a su patria se convierten en héroes, son conocidos los casos de los muertos en Platea, Maratón y las Termópilas. De esto a la adoración de reyes y soberanos en época helenística solo había un paso. La veneración de los héroes comenzó a adquirir gran importancia en el siglo V. Que el culto a los héroes arrancara de un culto a los muertos y que se mantuviera a través de los siglos explica que se pueda considerar ese culto como uno de los más firmes pilares sobre los que se alzaba la religión popular griega. En las ciudades griegas encontraremos manifestaciones cultuales que podemos seguir llamando populares por ser el pueblo su principal mantenedor y protagonista. La religión ciudadana preferentemente olímpica siguió siendo para el pueblo la base de su cultura.
Las religiones mistéricas.
Generalidades.
Las religiones mistéricas más importantes alcanzaron una cierta categoría en el mundo griego, convirtiéndose, en ocasiones, en religiones universales. Los misterios de Eleusis y los órfico-pitagóricos son los más destacables, aunque en las creencias pitagóricas había más de especulación filosófica que de religión. Entre las características generales encontramos que los misterios no mostraron un interés especial por el alma ni se preocuparon por definir su naturaleza o sus poderes. Los misterios comienzan colocándose en el lado opuesto a la religión oficial, pero con el tiempo, y en concreto los misterios de Eleusis, se fueron convirtiendo en una de las corrientes religiosas más favorecidas por el Estado ateniense. No pertenecían ni estaban ligados a una determinada ciudad, lo cual favorecía su extensión panhelénica. Los misterios representan la relación personal con la divinidad y Atenas es uno de los centros principales de los movimientos mistéricos. Acudieron a lo largo del siglo V numerosos extranjeros que se convierten en fervientes seguidores de estos misterios, como os frigios, lidios, tracios, etc., que trajeron consigo el culto a dioses como Atis, Adonis, Cibeles, Bendis, Sabacio, etc. En Atenas el orfismo no prosperó y fue en otros lugares, sobre todo en la Italia meridional, donde destacaron. En los misterios se rompen las barreras que atenazan al individuo, las danzas, saltos, los gritos y las mismas escenas de desgarramientos y comida de las víctimas son algunas de sus características. Ha sido defendido el origen pregriego o bárbaro de los principales misterios griegos. Otra de las notas que distinguían a los misterios es el secreto que debía mantener el que tuviera la dicha de asistir a sus celebraciones. El pueblo griego asimiló siempre con libertad la religión de los pueblos con los que entró en contacto a los largo de la Historia. El Estado ateniense fue poco a poco incorporando a sus cultos oficiales a Dioniso y a los misterios de Eleusis. Los misterios solían tener sus sucursales, las de Eleusis estaban en Fliunte y Megalópolis. En cuanto a los dioses en ellas adorados, Dioniso es casi la divinidad común a todos ellos, a excepción de Samotracia y Andania.
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Historia antigua de Grecia y Roma
Ficción históricaResumen de los capítulos de este libro hechos por mí, no han sido hechos para el público, solo los quería en el móvil para estudiarlos cómodamente.