Capítulo IV

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Capítulo IV - La Grecia clásica: el siglo V.

1. Los albores del s. V: persas y griegos.

1.1.  La rebelión jonia (499 – 498 a.C.).

Las poleis griegas de la costa de Asia Menor y las islas Cícladas se convirtieron en un importante centro de intercambios comerciales y de ideas. Fueron la cuna de la Filosofía. A mediados del s. VI a.C. toda la zona fue conquistada por el Imperio persa, a cuyo frente se encontraba una persona de la alta nobleza que dependía del Gran Rey. El sistema político impuesto fueron las tiranías, este dominio se vio favorecido por las alianzas con las élites locales. La conquista persa supuso un declive a nivel económico debido a las normas del Imperio persa y al tributo que debían pagar. En este contexto de descontento surge, en el año 499 a.C., una rebelión jonia, que es narrada por Heródoto de Halicarnaso, se inicia en Mileto cuando el tirano Aristágoras decide transferir su poder a los ciudadanos, implantando un gobierno popular, inspirado en la democracia ateniense. Los milesios hicieron un llamamiento de apoyo a las poleis vecinas para que sigan su ejemplo y a los griegos del continente solicitando su apoyo militar. Atenas y Eretria atienden la llamada y envían en su ayuda algunas naves. Los primeros éxitos contra los persas finalizan con el asalto a la capital, Sardes, y la quema de su templo.

1.2.  La intervención persa.

En el año 494 a.C. el ejército persa entra en Mileto, arrasa la ciudad y deporta a su población a Mesopotamia. En este momento los atenienses y eretrios ya se habían retirado al continente. El Gran Rey en el resto de las poleis rebeldes permitió que las tiranías fueran sustituidas por gobiernos con cierta autonomía política. Darío, rey persa, pretendía ampliar su gran Imperio hacia el territorio griego. El siguiente territorio que conquistó fue Macedonia. La revuelta Jonia proporcionó a Darío una justificación para iniciar la contraofensiva bélica de forma inmediata.

2. Las Guerras Médicas (490 – 479 a.C.).

2.1. Heródoto de Halicarnaso.

Heródoto de Halicarnaso reflejó en su obra Historias los acontecimientos de las guerras médicas, es considerado <<el padre de la historia>>, su interés se centra en exponer todas las versiones conocidas de un mismo acontecimiento.

2.2. La Primera Guerra Médica (490 a.C.).

Los persas eran identificados por los griegos con los medos, por este motivo fue denominado como la Primera Guerra Médica. Esta se inicia con victorias por parte de los persas, como la toma de Eretria, pero la balanza acabó inclinándose del bando griego en la batalla de Maratón, liderada por el ateniense Milcíades. La victoria de Maratón se interpretó como el triunfo de la táctica hoplítica, que fortificaba la noción de ciudadanía y afianzaba la semilla del hellenikon.

2.3. La Liga de Corinto.

Durante los diez años siguientes (490 – 480 a.C.) la situación se mantuvo en una <<calma tensa>>. En Atenas se preparaban para un futuro enfrentamiento. El estratego Temístocles consciente de la clara superioridad naval de los persas se centró en la construcción de una flota. Jerjes, sucesor de Darío, organizó importantes obras de infraestructuras que facilitaran los traslados de la tropa desde Asia hasta el norte de Grecia. La consciencia de un inminente choque llevó a los griegos a firmar en Corinto un pacto de unión defensiva bajo el liderazgo militar de Esparta.

 2.4. La Segunda Guerra Médica (480 – 479 a.C.).

El primer acontecimiento significativo fue el famoso enfrentamiento en el paso de las Termópilas. En esta batalla, el espartano Leónidas con un contingente de 300 espartanos resistió los embates de los persas, con la finalidad de que sus compatriotas ganaran tiempo y pudieran reorganizar la retaguardia griega. Mientras tanto, en el mar, un fuerte temporal provocó un número importante de bajas en la escuadra persa. Los contingentes persas terrestres se adueñaron finalmente de la Grecia central y llegaron al Ática; todos los monumentos de la acrópolis fueron destruidos e incendiados. Las victorias griegas comienzan en la batalla naval de Salamina. La estrategia del ateniense Temístocles resultó acertada: obligó a la flota persa a maniobrar en un espacio demasiado estrecho donde sus naves sufrieron importantes daños. Jerjes regresa a Asia y el general Mardonio se queda con un importante contingente de tropas terrestres en Tesalia. En el año 479 a.C., se reanudan las hostilidades y Mardonio invade nuevamente el Ática. La contraofensiva griega se produce por tierra, en la llanura de Platea, y es dirigida por el rey espartano Pausanias. Con la muerte del general Mardonio, las tropas persas tuvieron que retirarse, por fin la amenaza de una ofensiva persa está más lejana que nunca.

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