2 (Tú)

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Eran las 9 de la mañana y yo seguía profundamente dormida, me había quedado hasta tarde cubriendo las notas del periódico porque mi padre está hospitalizado, enfermó de Covid 19 hace unos días, ahora tengo que hacerme cargo de la empresa familiar, nunca quise hacerlo, mi sueño era ser cirujana pero con la presión de mis padres dueños del periódico más importante de la ciudad me ví obligada a estudiar periodismo. 

De pronto un fuerte ruido interrumpió mi profundo y calmado sueño, era el teléfono que marcaba un número desconocido, contesté adormilada. 

-¿Hablo con la reportera de El Comunicador?

-Sí que se le ofrece 

-Le hablamos desde las oficinas del gobierno de México, lamentamos la urgencia y no avisar antes, pero le preguntamos si quisieran cubrir una reunión de último minuto entre los jefes de la autoridad sanitaria, el presidente y los jefes de gobierno.

-Con mucho gusto no se preocupe, ¿A que hora sería?

-Sería en 55 minutos

-Allí estaré.

Colgué y me metí a bañar, el tiempo me perseguía y el camino era largo pero logré arreglarme y salir corriendo. Me subí al coche, manejé lo más rápido que pude y llegué a palacio nacional miré el reloj, 5 minutos tarde, maldita sea. Corrí y entre. Por suerte aún no comenzaba la reunión. Nos avisaron que tardaría unos 15 minutos más en iniciar la reunión. Me tranquilizo mucho aunque el hambre me tenía muy distraída. Aunque desde que comenzó todo esto no raro que me toque salir de último minuto y sin comer.

De pronto entraron el doctor Gatell, el secretario de salud y el presidente acompañados de una serie de gobernadores y gobernadoras. Comenzaron a hablar y solo veía como mi compañera de a lado no dejaba de ver al doctor fijamente, decidí no darle importancia aunque sin saber por qué me incomodó la escena. 

Al terminar la reunión avisaron que se iría a buscar algo de comer y se invitó a todos los reporteros. Todos accedieron y salimos de palacio nacional. Me encontré de nuevo afuera al doctor Gatell.

-Buenos días ¿vendrás con nosotros?

-Buenos días doctor, claro, me muero de hambre.

El doctor recibió un mensaje. -Tengo que ir al salón de conferencias, me he olvidado de mi carpeta y mis cosas- Me dijo a lo que le contesté -¿Gusta que lo acompañe?

-Claro, sígame!

Fuimos al salón y sacamos sus cosas pero cuando salimos el resto se habían ido a desayunar. así que el doctor y yo decidimos buscar algo de comer porque ya era tarde y ninguno había comido. Nos encontramos con un puesto de tacos después de caminar por un rato y pedimos para llevar pues no es muy seguro quedarnos en el puesto a comer. Nos sentamos en una banca cerca y nos terminamos lo tacos.

-Cuénteme sobre su periódico ¿cómo llegó usted ahí? Me preguntó

-Mis abuelos crearon el periódico hace años y mi padre lo heredó, pero enfermó la semana pasada de Covid y ahora yo tengo que cubrir todas las notas, como le decía ayer nuestro reportero en labor renunció y como dejamos que todos los empleados estuvieran en cuarentena no hay nadie más que yo.

-No sabía de su padre lo lamento mucho, espero que mejore pronto.

-Sí no se preocupe cada día está mejorando

-Ahora que nos tendremos que ver todos los días llameme Hugo no se preocupe

-Claro con mucho gusto

Ví el reloj y me dí cuenta de que tenía que cubrir otra nota en una hora, me despedí y le dije que nos veríamos en unas horas de nuevo en la conferencia de las siete. Él me dió su teléfono antes de irme a trabajar  -No dude en llamarme si necesita algo- me dijo y yo le agradecí.

...

La nueva (HLG)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora