Capítulo 11: Abducido.

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Tails salió de la instalación tan pronto como pudo, pero al momento de cerrarse la puerta, nuevamente se vio sumido en la penumbra. Sus ojos, acostumbrados a la luz artificial, no estaban ayudándole en aquella obscuridad, sin embargo, un haz de luz a lo lejos se presentó, señalando la posición de la nave de Nega.

El asustado zorro se acercó a aquella luz procurando no caerse, a medida que más se aproximaba podía ver una terrible verdad, la nave estaba rodeada de por lo menos cien de los clones de Sonic, Shadow y Silver, intercalados cada uno. La aproximación de Blaze se había quedado corta, esa nave podía acabar con todos los de la resistencia si así lo deseara Nega.

Para cuando Tails logró llegar al haz de luz, este lo transportó a la parte superior, a la nave. Los ojos del zorro se encontraban cerrados, pero poco a poco los abrió al notar una fuerte presencia de luz artificial, más ningún pensamiento o imaginación lo hubiera preparado para ver lo que había dentro de aquel lugar.

— ¿Q-qué es todo esto? — susurró el zorro al observar el interior de la nave, se veía elegante, acogedor inclusive.

Una gran sala con maquinaria y robots de diferentes formas se presentó frente al zorro, a su alrededor la tecnología prosperaba junto con algunos decorados como fuentes y pinturas que se encontraban adornándolo todo.

Un pequeño robot cilíndrico se acercó a Tails apenas percibió su presencia, el zorro se colocó en guardia esperando a cualquier acción del robot, pero una pequeña charola salió de su pecho, en ella había galletas y un vaso con leche.

Mientras tanto, en las instalaciones de la resistencia, una enfurecida Amy protestaba para ir a recuperar a su amigo.

—¡Debemos de ir por él ahora! — vociferó con autoridad la erizo.

—Tenemos que ir ahora o será tarde —acompañó el equidna.

Blaze se notaba contrariada, no creía lo que acababa de suceder, Tails había salido a investigar a Nega, justo como antes, pero ahora podía hacer algo al respecto, podía hacer más que solo salir a buscar sin pista alguna. La gata lavanda se levantó de forma precipitada y con un aspecto de furia comenzó a dar órdenes.

—Prepararemos un grupo de avanzada para recuperarlo, movilizaré a las tropas apenas estén recuperados y... —las ordenes de Blaze salieron de la sala, más ninguno de los otros mobian a excepción de Amy, Vector y Knuckles le acompañaron. Los ojos de confusión de la gata se centraron en todos los que se quedaron, en sus tenientes y coroneles que permanecían con la mirada perdida en la mesa oval, hasta que uno tuvo el valor de hablar.

—General... me temo que está olvidando que estamos en una guerra, no podemos arriesgar a toda la base solo por un individuo... —dijo solemne el mobian.

El semblante agitado de Blaze se congeló, una incontrolable rabia comenzaba a generarse dentro de ella, pero al unisonó, una tristeza inconmensurable. Aquel mobian tenía razón. Si salían para rescatar a Tails, entonces la instalación completa caería sin resistencia alguna.

— ¿Qué estás diciendo, idiota? —rabió Knuckles acercándose amenazadoramente a aquel mobian, dispuesto a propinarle una golpiza, más antes que el equidna pudiera hacer algo, la voz de la princesa se abrió paso por la sala.

—Espera... —musitó con un hilo de voz la gata —Tiene... tiene razón...

Al escuchar eso, tanto Amy como Knuckles voltearon a mirar a Blaze, y su semblante era terrible. Blaze parecía estar al borde del llanto, pero al mismo tiempo, su mirada estaba perdida y sus puños presionados con cólera.

—Blaze... —dijo en voz baja la erizo rosada, preocupada por el estado de su amiga.

Knuckles soltó al mobian que tenía retenido por el cuello, estaba dispuesto a golpear su rostro apenas pudiera, pero sin lugar a duda, Blaze necesitaba más ayuda de ellos que aquel mobian un golpe.

Una Flama de EsperanzaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora