Capítulo 14: Contraataque.

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Blaze caminó a través de un sendero abierto por una multitud de impostores, enfilados cada uno para llevarla hasta un haz de luz, en el que se hallaba Nega, sonriente con un gesto burlesco.

—¿Lista para rendirse princesa? —cuestionó el hombre con abominable tranquilidad.

La felina no respondió, su solemne semblante solo se miraba alienado por un gesto de rencor en la mirada.

—A pesar de tu lenguaje pulcro, no eres más que un bravucón ignorante — respondió la gata sin despegar sus ojos del maníaco.

—Vaya princesa, quien diría que su lenguaje cambiaría tanto mientras estuvo fuera de casa —se mofó el villano.

El pelaje de Blaze se erizó, contenía a cada instante su furia, ya no parecía la misma que algunos minutos antes, estaba cegada por la rabia. La felina lavanda dio algunos pasos seguidos de una ferviente acometida, una estela de fuego se dibujó tan hermosa como los pétalos de una flor hecha de llamas. Una explosión masiva iluminó al ejército de impostores, la llamarada casi asemejaba al día. Una cortina de humo acaeció frente a la gata, quien respirando de forma agitada se quedó estoica ante el tizne obscuro sé que comenzaba a aclarar.

—Tsk, Tsk, Tsk — sonó la voz del villano —esos modales no son los relativos a una princesa.

El villano apareció tras la cortina de humareda, rodeado por un escudo purpureo que se desvanecía paulatinamente. Blaze soportó la sorpresa, seguía con la mirada inmutable, sin embargo, un aborrecimiento inaudito enardeció las flamas de la princesa, las cuales irradiaban su ser con energía indomable.

—Esplendido ataque princesa, pero tengo todas las esmeraldas, ¿Cómo les llaman aquí?, ah sí, de caos. Además de casi todas las Sol... menos una —exclamó el villano.

La felina dio un casi imperceptible paso hacia atrás, la insufrible sonrisa de Nega solo se deleitaba al poner a la princesa contra la pared. Una risa cacofónica salió de la boca del villano, los lentes de su rostro no permitían saber hacia dónde miraba, pero Blaze sentía como las pupilas del hombre se encajaban en ella.

— ¿Por qué haces esto...? —gruñó con molestia la felina.

— ¿Por qué?, dice... —Exclamó Nega con un gesto de meditación —Es para tenerlo todo princesa... Tengo el conocimiento de todo, pero quiero el poder, sobre todo, sobre el tiempo, sobre la realidad misma, y con tu última esmeralda lo tendré...

Apenas el hombre terminó su oración, el ejército de impostores comenzó a moverse. Uno a uno todos los robots voltearon sus impávidos rostros hacia la felina lavanda, cada sensor ocular la enfocaba con el objetivo de acabar con ella.

Blaze encendió sus puños en una iracunda llamarada. Uno de los impostores de Silver acometió en su contra. Nega se miraba divertido por ver como peleaba la gata. Sin embargo, la pelea duró escasos segundos. Imitando lo que había escuchado de los mobian mientras la atendían, Blaze comenzó a buscar la mejilla izquierda del impostor. Un golpe de alta intensidad impactó en el pómulo de Silver apagando su sistema de inmediato.

Otro impostor arremetió contra Blaze sin darle cuartel, de nueva cuenta atacó sin remordimiento alguno, tal cual una maquina era. La gata lavanda trató de replicar lo que había hecho, más no le fue posible, a cada movimiento que daba la felina le era asignado una defensa por parte del robot, solo estaba desgastando a su contrincante.

Cual flama al viento, Blaze comenzó a aletargarse, su cansancio le estaba ganando, no estaba completamente recuperada y aun venciendo aquel impostor, otros noventa y ocho le seguirían. La gata estaba a merced del erizo, pero cuando este estaba a centímetros de dar el golpe final, se detuvo.

Una Flama de EsperanzaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora