Capítulo 18: Voces.

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El campo de batalla tembló por la caída del gigante. Incluso el zorro, que se encontraba en el aire, pudo sentir como la presión del viento generó una corriente ascendente. Una sonrisa altanera se escapó del semblante de Tails mientras se diría hacia la princesa.

Nega permaneció unos segundos sin moverse, pero pronto regresó su movimiento, igual que un escarabajo boca arriba. La felina no desaprovechó un segundo, cayó como una alabarda sobre el gigantesco villano con una patada de guillotina, la esmeralda Sol que sostenía se sentía atraída al cuerpo del golem obscuro.

"Vamos, funciona", pensó con esperanza la felina. Y como si de un imán se tratase, la esmeralda luchaba por fusionarse con el cuerpo de Nega, más Blaze no soltó la piedra. Un tenue resplandor se abrió paso entre el miasma obscuro que emanaba aquel monstruoso villano. El fulgor comenzó a tornarse de un color verduzco, una de las esmeraldas Sol estaba saliendo del cuerpo del villano.

Una reacción magnética unió a las dos esmeraldas, encadenándolas con un haz de energía. Un grito enardecido salió de la boca del coloso, sea cual fuera la reacción de arrancar las esmeraldas Sol de su cuerpo, estaba causándole dolor.

Blaze estaba tirando con fuerza de su esmeralda, consiguiendo extraer la esmeralda verde por completo y consecuente a esta, un fulgor blanco dejó ver una joya más. La felina estaba logrando su cometido, tres de las siete esmeraldas estaban fuera, pero se quedó absorta en la tarea. Mientras el coloso se retorcía en el suelo, un movimiento inusualmente voluntario buscó a la princesa en su pecho.

Tails estaba en su límite de fuerza, la poca que tenía estaba siendo usada para acercarse con la gata, pero desde donde se encontraba se percató de algo. Un movimiento ostentoso del brazo del coloso ajetreó el polvo residual en el ambiente, la presión del viento aumento, pero la ensimismada felina no se había percatado. Tails miró como la palma del gigante estaba acercándose a gran velocidad a Blaze. "¡No!", pensó con premura el zorro mientras apresuraba el ritmo para prevenir a la gata.

—¡Corre!, ¡Corre! —gritó a todo pulmón Tails, pero la concentrada felina no reaccionaba. El brazo del coloso tomó una mayor velocidad mientras más tiempo pasaba.

"No, no voy a llegar... Tengo... tengo que llegar, ¡tengo que llegar! ", pensaba el zorro a medida que veía como el golpe era inminente hacia Blaze.

Pero frente a un cegador destello, todo parecía ir en cámara lenta para el zorro, sin previo aviso todo pareció haberse detenido exceptuando la mente de Tails, podía escuchar su corazón latiendo lentamente, pero sus acciones se sentían tan pesadas como si estuviera bajo el agua. Los meros segundos le parecían minutos, tortuosos minutos en los que se daba cuenta que la felina sería golpeada, que la distancia entre ella y él no se acortaba a comparación de la de la mano del villano con ella. Pero cuando su esperanza se disolvía en el aire, un sonido lleno de certidumbre llegó a sus orejas.

Puedes llegar —escuchó el zorro. Tres diferentes voces que al unísono exclamaron lo mismo resonaron en su cuerpo, tres voces difusas, pero que al mismo tiempo eran inocuas, puras.

El zorro calmó sus inquietudes y se llenó de convicción. Para Tails, aquellas voces fueron tomadas como una verdad absoluta, como una declaración perfecta, llena de veracidad. Y en un parpadeo, Tails se encontraba a meros centímetros de la felina.

—¡Cuidado! —gritó el zorro antes de colisionar contra Blaze.

Tails chocó contra la princesa, empujándola hacia adelante. Las manos de la princesa no se apartaron de las esmeraldas y con un elegante movimiento logró evitar una mala caída, sin embargo, el zorro no tuvo tanta suerte. Una palma enorme golpeó con una fuerza brutal a Tails.

Una Flama de EsperanzaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora