Había pasado un par de días y el castillo estaba revolucionado por la próxima festividad que se iba a celebrar, la boda de la princesa Anna y Krisstof. Anna estaba muy contenta viendo la comida, los postres -la cual la mayoría llevaba chocolate- y su vestido... en un primer momento le pidió a Elsa que le confeccionar el vestido, pero ella se negó pensando que podía causarle hipotermia al ponérselo.
De alguna manera, Elsa tenía razón, Anna no estaba acostumbrado tanto al frío como ella. Ella había vivido con el frío intenso desde que tenía memoria, era parte de ella, de alguna manera el frío había sido su compañía mientras estaba en una soledad.
Pero por alguna razón sentía que aquella soledad había vuelto.
Ya habían pasado varios días sin topar palabra con Jack, de aquel día en que había aparecido fuera de la ventana. El por alguna razón estaba distante, por alguna razón desconocida para ella.
Estaba en su oficina, leyendo y firmando cartas, papeles, y un par de peticiones. Cuando en eso tocan a la puerta, ella de inmediato sin dejar de mirar los papeles dijo:
- Pase
- Disculpe su majestad. -dijo un hombre con bigote entrando a la oficina.
- Ah... William ¿Qué hace usted aquí? -preguntó Elsa mirando al hombre.
El tocio un poco y respondió.
- Le traje la respuesta de la pregunta del otro día.
Elsa asintio y pidió a William que cerrará la puerta. De inmediato hizo lo que Elsa le mando, mientras que ella recordaba lo que había ocurrido ese día después de despertar tras la pelea contra esos lobos hechos de arena. Cuando iba de camino a su estudio antes de que Jack la invitará a salir por el reino, pidió a William información sobre las Islas del Norte, en aquel momento no confiaba mucho en Jack pero luego del día en que salieron sí.
- Majestad como le decía -mencionó el hombre sacando un papel. - El joven Jack no es hijo ni pariente del príncipe Hans.
Elsa al oír esas palabras la tranquilisaron, pero igual seguía preocupada ¿quién era exactamente? Miró nuevamente a William y el tocio otro poco provocandole pánico a Elsa.
- Tampoco es hijo de los reyes de las Islas del Norte ni de ningún otro reino vecino. -mencionó para luego mirar a Elsa.- Mi reina, creo que deberíamos encerrarlo en prisión por ahora... El es un mentiroso joven, que ¿quién sabe de dónde viene? Majestad usted sabe lo peligroso que podría llegar a tenerlo más tiempo cerca, si lo ha contratado Hans o algún familiar, el Joven Kristoff me lo ha planteado hace unos días atrás y no confía en él, ¿Qué piensa hacer?
Elsa se sorprendió al oír aquellas palabras, Jack no era malo pero el sueño de aquella noche la hacia dudar demasiado, además Kristoff también sospechaba en el, no podía confiar en Jack pero... confiaba en el, en realidad lo quería de todo corazón, aquel sentimiento hacia calentar su frío corazón cada vez que lo veía era amor, lo sabía pero... ella no lo entendía.
- Veré que hago William, pero hasta entonces no hagas alguna cosa extraña. Puedes retirarte por ahora.
- Enseguida. -contestó.
Salió de inmediato de la habitación dejando a Elsa undida en sus pensamientos, no sabía que hacer. Ir o no ir a hablar con Jack, aquel chico que ahora la tenía hecha nudos en su cabeza. Miró la ventana, quizás un pequeño descanso estaría bien ¿no?
Salió de la habitación y se fue a la suya, miro su guarda ropa. En unos días más se casaría Anna con Kristoff y debía ver que se iría a poner, pero al abrir el guarda ropa sintió que alguien tocaba a su puerta, en menos de un segundo la fue a abrir y frente a ella estaba Anna, sonriendo de oreja a oreja.
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No soy lo que crees
FanfictionJack persigue a Pitch Black por distintos lugares y este finalmente desaparece en un remolino de arena negra. Jack sin más que hacer decide atravesar el remolino; el cual lo lleva a Arendell un reino en el cual en la actualidad ya no existe. Así dec...