Capítulo ocho: Mi deber es protegerla

614 31 1
                                    

Ahora estaba sentado en el tejado mirando la Luna, quería respuestas. ¿Por qué no podían ocupar sus poderes? ¿Dónde estaba su Cayado? ¿Cuánto tiempo estaría allí? Y ¿si en realidad le gustaba Elsa?

Sabía que estaría allí hasta cuando pudiera abrir un portal tan poderoso para volver a su época actual, o al menos eso había entendido.

Luego de que ya había aparecido como un humano y además príncipe, Norte le explico tres cosas; no lo podía regresar sin antes derrotar ayudar a derrotar a Pitch, tampoco podía regresar ya que primero Norte debía conseguir la fuerza suficiente para abrir otro portal y por último, no podía enamorarse de una mortal.

El nunca se había enamorado y por eso no se había preocupado por la última "regla" por así decir, pero en los momentos en que estuvo con Elsa, ese pensamiento que tubo en la biblioteca diciendo que Elsa era un ángel y aquel sonrojó al ver a Elsa bajar las escaleras.

Sacudió la cabeza.

No era posible, el no podía haberse enamorado de alguien que apenas había la conocido días atrás, como pudo haberse enamorado en ese momento. Tan sólo debía protegerla de Pitch ya que el quería sus poderes para crearse un ejército de Olafes o algo así, o eso creía. Al ver a Olaf supo el inmenso poder que tenía Elsa, y se notaba que era mas fuerte que el, y que por eso Pitch la buscaba por eso el tenía que protegerla.

Se acercó a la punta del tejado lentamente mirando los hilos dorados de sueños que en ese momento invadían la noche. Aquel espectáculo era realmente hermoso y no podía negarlo.

En medio de todos los sueños logró ver el que parecía ser de Anna, a decir verdad Anna era como una niña en el cuerpo de una chica de de diecinueve.

No lograba ocultar los secretos al igual que un niño, era honesta, le encantaba jugar con Olaf, Sven y los niños del pueblo, parecía tener el alma de una niña. Quizás por eso saco una conversación sobre Toothania el día del baile o pudo saber "el motivo de la celebración" en una pequeña charla que tubo con Anna en el lapso que la encontró en camino al comedor sobre, "el invierno eterno" creado por Elsa donde Anna casi muere.

Entre tanto recuerdos pudo ver a las pesadillas de Pitch bajar hasta el pueblo, tenía que detenerlas a toda costa.

Dió un gran suspiro se metió por la ventana a un pasillo del castillo que lo llevaba a su habitación, y a su vez a las escaleras que daban a una entrada, si tomaban otro pasillo que quedaba cerca al cuarto de Anna.

En momentos así extrañaba volar, hubiera preferido mil veces volar por los aires hasta la plaza del pueblo, que recorrer los pasillos corriendo tratando de no hacer ruido.

Llegó a la entrada y salió corriendo hasta llegar a las puertas, por primera vez no veía a los guardias en estas. A pasó rápido salió de allí y se puso a correr dejando el castillo atrás y mirando la plaza.

Se detuvo al lado de una fuente de agua con una estatua dentro de esta, miro hacia todos lados y no vio a ninguna de las pesadillas, pero estaba seguro que las había visto bajar hacia ese lugar.

Revisó el lugar con la mirada, las manos en los bolsillos del pantalón y tenía los . En eso sintió que alguien la observaba desde arriba, alzó la mirada y noto a una mujer con cierto aspecto de colibrí y hermoso plumaje. Era Toothania.

Aliviado sonrió.

- Nunca pensé verte por aquí Tooth. -mencionó sonriendo.

- Bueno estaba haciendo un trabajo de campo cuando vi a las pesadillas bajar hacia acá. -respondió llegando al lado de Jack.- Mande una de mis minis a avisarle a Norte y a los demás, podría ser peligroso con lo que te paso y le paso a la chica.

No soy lo que creesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora