**Capítulo fuerte, favor de leer bajo su propia responsabilidad**
-Ya llegue madre- Mencionó al entrar por la puerta de la casa y ver asombrado que su madre se encontraba esa tarde en el hogar y no en el trabajo, sin embargo, no quería preguntar la razón de esto así que se subió lo más rápido posible a su habitación.
-Hola hijo- Respondió a su hijo pero se fue directo a las escaleras para detener la prisa con la que corría el niño- ¿Podrías no correr en la casa? Baja a comer- Ordenó sin escuchar las protestas que su hijo había hecho.
Xiao no quería bajar a comer puesto las marcas rojas en su cuerpo comenzaban a ser notorias, sin embargo, sabía que si no bajaba su madre no iba a parar de llamarle para comer e incluso es capaz de irlo a buscar directamente a su cuarto, se cambio de ropa por una playera de cuello de tortuga y un pantalón flojo, para así tapar un poco más las marcas que tenía.
-Por Dios, ¿qué te pasó en el labio?- Se acercó asustada a su hijo para revisar el labio color carmesí acompañado con una gran abertura.
-Me caí en la escuela- Sonrío forzado- Fue mientras jugaba fútbol.-Se sentó frente al plato que ya estaba en la mesa.
Su madre algo más relajada se sentó a un lado del chico.- Mi horario de hoy inicia en la noche y tu padre sigue de viaje, entonces hoy te tendrás que quedar sólito en casa- Dijo la señora mientras le apretaba levemente la nariz- No vayas a dormir muy tarde- No pudo seguir hablando puesto que el niño le interrumpió.
-No vayas a dormir tarde, cierras con seguro todas las puertas, te bañas antes de meterte a la cama, cenas- Volteó un poco los ojos en forma de broma- Ya sé lo que tengo que hacer, no te preocupes, ve con cuidado a tu trabajo- Comenzó a comer aquella sopa que su madre había hecho, tenía un sabor salado pero no se quejaba de este pues eran contadas las veces que podía comer aquellos platillos que su madre hacía.
Si bien tiene varios recuerdos de pequeño no tiene tantos al lado de sus padres, todos aquellos son viendo a cada uno dentro de su oficina trabajando en sus documentos y los únicos especiales era uno solo cuando ambos habían podido festejar su cumpleaños número 10- Sonrió con tristeza- Fue el primer y único, ya que por el trabajo tan pesado de sus padres podía estar una semana entera sin verlos y un mes sin ver a su padre o madre.
Terminó de comer, lavó el plato que hace unos minutos había estado lleno de sopa y se dirigió a su cuarto, en el camino hacía este vio como su madre se arreglaba para irse al trabajo y se acercó nuevamente a ella- Necesito comprar unos libros, madre.
La madre asombrada volteo a ver a su hijo- Hace unas semanas compraste unos ¿acaso esa escuela piensa que el dinero crece de los árboles?- Hizo una mala cara- Sabes la contraseña de mi tarjeta, compra lo que necesites de ahí- Volteo nuevamente al espejo y vio a su hijo por el reflejo de este- No compres cosas innecesarias Xiao.
Dicho esto volvió su caminar a su camino original, cerrando la puerta de este comenzó a tener una ligera sensación de ansiedad- Contrólate- Pensionaba su pecho y daba ligeros golpes en las piernas. Tenía ataques de ansiedad desde que estuvo en último grado de preparatoria y eran de las peores cosas que podían pasar en esos momentos ya que cuando esto ocurría era difícil para el controlarse y no terminar lastimado.
La respiración comenzaba a ser más irregular, el dolor de su pecho comenzaba a incrementar y aquellas ganas de gritar aumentaban.
-Xiao, ya me voy- Gritó desde las escaleras.
-S-Sí, madre- Respondió lo más tranquilo que podía.- C-Con cuidado- Aguantó la respiración hasta que escucho la puerta principal cerrarse y se echó a llorar por aquel ahogamiento que no paraba de sentir.
Quitando aquella playera que lo asfixiaba más volvieron a la vista aquellos moretones viejos y nuevos, aquellas cicatrices en sus brazos, sintiéndose un completo asco en ese momento comenzó a rasguñar inconscientemente sus brazos con una fuerza como si así pudiera eliminar todo rastro de suciedad que sentía en ese momento, apretando sus puños hasta que los nudillos se tornaran de color blanco.
Se tiró nuevamente al suelo hasta que a su vista llego aquel cajón prohibido, aquel que ocultaba la mayor arma que mantuvo desde que conoció a Wang, desde que ocurrió aquel evento que terminó por arruinar toda su vida en un abrir y cerrar de ojos. Acercándose lentamente abrió lo único que le impedía hacer nuevamente las marcas rojizas y ensangrentadas en sus brazos.
Corte tras corte hasta que se sintió satisfecho de calmar su propio odio y dolor.
Pasó la tarde acostado en el suelo viendo como aquellas manchas rojizas perduraban en su cuerpo, sintiendo el ardor de la irritación provocada de la navaja, parecía estar muerto hasta que recordó aquel joven de sus dibujos, nuevamente se acerco a su escritorio dejando la navaja en el suelo, sacó una hoja en blanco y un lápiz, recargando con tal suavidad el lápiz como si la hoja se pudiera romper con tal facilidad.
Trazando cada línea con extremo cuidado hasta llegar a su objetivo, un dibujo más de aquella espalda del chico secreto. Tal vez no hablaba con él ni mucho menos sea visible para él, sin embargo, habían unas cuántas palabras que siempre quiso decirle "gracias".
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Without Light
De Todo"Si escuchas una canción que te hace llorar y no quieres llorar más, no vuelves a escuchar esa canción. Pero no puedes escaparte de ti misma. No puedes decidir no verte más. No puedes decidir apagar el ruido de tu cabeza." Para Xiao Zhan su vida y e...