Lucha

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Todo tenía que salir bien, perfecto. Quería tener a su esposo de vuelta rápido, quería poder abrazarlo, besarlo y decirle que lo amaba, poder empezar de nuevo y estar juntos de ahora en adelante.

Estaba pensando en todo esto mientras esperaba pacientemente en la sala de juntas. Había llegado muy temprano, no había nadie más que ella, estaba muy nerviosa. Por unos momentos comenzó a dudar de que fuera capaz de proteger todo eso que amaba, aunque las cosas estuvieran medianamente ordenadas y solo tuviera que presentarlas. 

Había dado todo de ella para poder mantener la compostura, hablar con Suzuki y convencerla, para poder atar todos los cabos, hablar con las personas necesarias e incluso para estar ahí en ese momento. Su último gran esfuerzo iba a ser dar la cara por Neji ante todos, como su esposa, como la original heredera de la familia.

Hizo algunos ejercicios de relajación para mantener la calma y repasar mentalmente todo lo que iba a decir. Sobre toda esa ansiedad que sentía estaba añorando poder tener a Neji con ella, que la tranquilizara como antes lo había hecho en esas situaciones, solo sosteniendo su mano y mirándola a los ojos con esa calma que siempre tenía... pero eso era imposible, ella sola tenía que reconfortarse. 

Poco a poco empezó a llegar toda la gente, Hideto y Hana parecían muy confiados y felices, demasiado despreocupados, como sí dieran por hecho que habían ganado la batalla que aún no había terminado. Le daba mucho coraje verlos de aquella manera, ellos eran el problema más grande de todos, no solamente de ella y su esposo, también de toda la familia, de la empresa, por usar su reputación y poder para hacer lo que les pareciera aunque no estuviera del todo bien. 

Estaba segura de que la mayoría de la gente ahí la veía como una don nadie, había nacido como heredera, pero se negó a seguir lo que le impusieron y la razón por la que no la obligaron a seguir y desistieron tan fácil era por ser mujer, porque podían casarla con alguien del clan que eligieran para que él fuera el heredero, muy fácil. Nadie nunca había tenido fe en ella desde un principio, la dejaron ir solo para poder usarla.

Era triste, quizás si se hubiera esforzado un poco más entonces podría hacer más por Neji... pero nada podía hacer ahora, arrepentirse no iba a ayudar de nada, tenía que seguir mirando el presente para hacer algo con lo que tenía. 

Llegaron los abogados, llegó Kaoru y se sentó a lado suyo, a Suzuki la tenían escondida en una habitación contigua para que nadie sospechara qué era lo que iba a pasar. Le hablarían cuando fuera necesario.

El amigo de su esposo le dedico una sonrisa amistosa, como de apoyo, ella se la devolvió y esto le hizo sentirse un poco más tranquila. Tal vez no estaba Neji con ella, pero no estaba del todo sola, Kaoru y Suzuki estaban ahí para ayudarla, para ayudar a Neji. 

Finalmente estaban todos. Era momento de levantarse y empezar con la defensa de su esposo. Le costó un poco ponerse de pie sin que se notara que estaba nerviosa, era la primera vez que tenía que hablar frente a toda esa gente que movía la empresa. Tuvo que sacar todas las agallas que pudo para estar ahí de pie ante todo mundo y comenzar a hablar.

–Buenos días, comenzaré con la junta de hoy. Hoy represento a mi esposo y recién nombrado líder de la empresa. Sé muy bien cómo es que estas cosas tienen que ser tomadas, sin embargo, hay muchos huecos en lo que está sucediendo –tomó un poco de aire–. Mi esposo no es ese tipo de persona; ha demostrado muchos valores frente a todos, su interés por hacer el bien y llevar a la empresa a otro nivel son honestos, no cometería una atrocidad como la que se le adjudica. Yo estoy aquí, frente a ustedes para demostrar su inocencia y proteger todo eso por lo que ha estado velando, para que puedan estar seguros de que no hicieron una mala elección al votar por el para que dirigiera nuestra empresa...

Hasta que la muerte los separe - NejiHinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora