8 - Lágrimas

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Midoriya tal vez era uno de esos chicos sensibles ante todo, y claro, muchos se burlaban de esto llamándolo "llorón".

Mientras el sol comenzaba a esconderse, iluminando los pasillos de la U.A de un tono anaranjado, Midoriya se encontraba recostado contra la pared, leyendo un mensaje en el móvil de parte de Toshinori.

Tu madre tuvo un infarto al corazón repentino. Sé que quizás te encuentras en clases y no es buen momento para enviarte esto, pero tu madre me dijo que te lo dijera.

Ahora nos encontramos en el hospital y la están atendiendo. Descuida. Ella estará bien.

Al recibir esa noticia los ojos de Midoriya se humedecieron. Su madre había tenido algunos problemas con el corazón últimamente y se sentía realmente asustado.

A duras penas respondió a su mensaje.

Iré enseguida

No, joven Midoriya. No vengas. Quédate en el Instituto.

Pero...

Hazme caso. Tu madre estará bien.

Pero necesito que tu también estés bien.

¿Cuento contigo?

Midoriya sintió como el corazón se le estrujaba. Quería ver a su madre, tomarla de la mano y acompañarla, pero no entendía por qué Toshinori no quería que fuese...

O quizás era su madre. En múltiples ocasiones, cuando ella estaba en el hospital por alguna razón, enviaba a su hijo con alguien más lejos del recinto hasta que ella saliera otra vez.

El peli-verde sabía que debía obedecer a Toshinori porque de lo contrario de llevaría una buena reprimenda. Además, las clases aún no terminaban, y salir de clases era imposible con toda la seguridad que la U.A tenía.

Quería llamar a su madre, acompañarla con su voz...

Finalmente dejó caer su móvil al suelo, sin responderle a Toshinori. Sus ojos se humedecieron, sintió sus mejillas ardiendo y ocultó su rostro entre sus manos mientras las lágrimas salían a montones.

Era el único en el pasillo. Todos los demás estaban dentro de clases, pero él se había retrasado con los mensajes que Toshinori le estaba enviando. Le resultó extraño que Iida no saliera a buscarlo, pero apenas le importó ese detalle.

Sólo podía largar sus lágrimas e intentar callar su voz. No quería imaginarse como la debía estar pasando su madre. El miedo lo invadió. Se sentía igual de preocupado como con el pensamiento de que algún villano la lastimase.

- ¿Midoriya?

El peli-verde reconoció la voz al instante y automáticamente se enjugo las lágrimas para ver de frente a su tutor.

- Aizawa...

El mencionado abrió los ojos al ver el rostro lleno de lágrimas del chico. Por instinto, olvidó regañarlo por no estar en clase y se acercó a él, visiblemente preocupado.

- ¿Qué sucedió?

Midoriya volvió a entrar en el llanto y no pudo responder. Aizawa, aún sin saber la respuesta, sentía un nudo en la garganta. Odiaba ver a sus alumnos tristes, especialmente a aquellos a los que le tenía tanto cariño (aunque no lo demostrase), como era el caso de aquel chico. Por eso, sin volver a preguntar, lo rodeó en sus brazos dejando que Midoriya llorase en su abrigo.

Un rato más tarde, Aizawa llevó a Deku a la sala de profesores, que se encontraba casi vacía, a excepción de Nezu, quien tomaba alegremente un té, y Recovery Girl, que se encontraba allí al no tener a nadie que cuidar en la enfermería. Aizawa y Deku se sentaron en un sillón y el mayor dejó que su alumno terminara de descargar sus lagrimas.

De no ser porque Toshinori había ido a hacerle una entrevista a Inko Midoriya, de seguro el hombre esquelético hubiese sido un mejor soporte para el joven. Él lo conocía mejor y de seguro hubiese sabido que hacer de inmediato. En cambio, cuando se trataba de algún alumno llorando, Aizawa no sabía que hacer. Se quedaba paralizado, con el corazón en la garganta y actuaba por instinto.

Lo único que sabía era que debía dar lo mejor para acompañar a su retoño.

- ¿Quieres decirme que fue lo que ocurrió? - preguntó Aizawa lo más suave que pudo, una vez que Deku dejó de llorar.

A duras penas el peli-verde le contó lo sucedido, y mientras lo hacía, sus lágrimas amenazaban con salir otra vez. Inevitablemente, Nezu y Recovery Girl escucharon también.

- Es una tontería, pero... es mi madre...

- No, no es una tontería - comentó Aizawa - Mira, se que quieres salir, se que quieres correr junto a tu madre, pero no podemos permitirtelo. Además, si Toshinori te dijo que te quedaras aquí, nosotros no podemos hacer lo contrario.

Recovery Girl le tendió un pañuelo a Midoriya para que se limpiara los mocos que le colgaban de la nariz.

- Pero según ese hombre me dijo, Inko es fuerte. No tienes que dudar de ello.

- La extraño...

Deku se abalanzó sin pensar sobre Aizawa ocultando su rostro lleno de lágrimas, a lo que el mayor respondió abrazandolo con más fuerza, asegurandole que estaba ahí para él.

Apartó su rostro de los profesores para que no vieran su rostro conmovido.



𝘿í𝙖𝙨 𝙙𝙚 𝙐.𝘼. | 𝙈𝙮 𝙃𝙚𝙧𝙤 𝘼𝙘𝙖𝙙𝙚𝙢𝙞𝙖Donde viven las historias. Descúbrelo ahora