22 - Rescate

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Era una noche lluviosa. Aizawa se encontraba camino a la U.A. para una reunión nocturna que el director Nezu había planificado. Caminaba entonces encorvado, con las manos en sus bolsillos, maldiciendo en su mente al animal. Lo único que quería en esa fría noche era dormir en su bolsa.

Mientras sentía la lluvia sobre él, escuchó un pequeño sonido que captó su atención. Se volvió, mirando a todas partes vagamente. Escuchó unos golpes que fueron justo lo necesario para mantenerlo alerta.

Risas, y otra vez ese sonido...

Intentó seguir el agudo sonido. Se escondió detrás de un arbusto que le dejó los zapatos llenos de barro y pudo verlo:

Un hombre de aspecto descuidado que se iba del lugar riéndose a carcajadas.

Aizawa pensó en ir tras él y atraparlo con sus cintas, pero el sonido lo distrajo: a sus pies, pudo ver a un pequeño gato de pelaje blanco sucio, con algunas heridas que le sangraban. Su pelaje comenzó a mojarse, era prácticamente un cachorro.

Sabiendo que no podría dejarlo ahí, el profesor se quitó su chamarra y envolvió al pequeño gatito en ella, que maullaba como si estuviera gritando del dolor.

El azabache apuró el paso, prácticamente corriendo al Instituto. Una vez dentro, dejando charcos de agua tras de si, corrió a la oficina del director Nezu. Los vio a todos, y dirigió rápidamente su mirada a la anciana.

- Por favor... - apenas le salían las palabras.

Había pasado media hora desde que Recovery Girl se había llevado al pequeño felino a la enfermería. Aizawa estaba ahí, en el sillón de la sala en la que iban a tener la reunión (retrasada por culpa del azabache), abrazandose a si mismo para entrar en calor mientras apretaba los labios intentando que sus lágrimas no salieran.

- ¿Cómo pudo pasar esto...? ¿Cómo pudo alguien hacerle algo así?

Hizashi, a su lado, le dio un par de palmaditas en la espalda, tratando de reconformarlo.

- Ya, Aizawa. Todo estará bien - le dijo Nezu desde su cómoda silla.

- Pero... ¿y esa persona sigue lastimando a otros animales? Maldita sea, debi haberlo atrapado. ¿Y si es una red organizada para el maltrato animal? ¿Y si todo está relacionado con algo de la Liga de Villanos...?

Aizawa, definitivamente estaba entrando en pánico.

- Tranquilizate - le dijo Midnight - Oh, mira, ahí está Reco~

Aizawa apenas la escuchó. Vio entrar a la anciana con el pequeño gatito en sus brazos, arropado en unas suaves mantas. Estaba seco y parecía algo cansado. Inmediatamente el profesor lo sostuvo en sus brazos, acurrucandolo como si fuera un bebé recién nacido.

- Las heridas sólo eran superficiales, nada que unos besos no pudieran arreglar - explicó ella.

- Gracias - murmuró Aizawa.

Él observó al gatito que maullaba al tiempo en el que movía sus patas y su cabeza refregandolas contra su camisa, buscando el calor de su cuerpo. Aizawa lo acarició, asegurándole de alguna manera que ya nadie le haría daño.

- Esto... ¿Te lo quedarás? - preguntó Toshinori.

- ¿Algún problema con eso?

El rubio levantó las manos en señal de inocencia.

- No pienso volver a dejarlo allá afuera - dijo Aizawa - tranquilo, pequeño. Nadie volverá a lastimarte.

Muy en el fondo, Aizawa todavía quería una venganza contra quien le hubiese hecho daño.

Esa misma noche, luego de la agotadora reunión, Aizawa llevo al pequeño gatito a su habitación, donde el resto de los gatos que ya tenía lo recibieron de maravilla, olisqueandolo y buscando algo de juegos. Aunque el pequeño no tardó en quedarse dormido en una esquina de la cama del profesor.

- ¿Otro más? - los ojos de la pequeña Eri brillaron de alegría - ¡Si! ¡Un nuevo gatito!

Aizawa sonrio mientras se dejaba caer en la cama. Adoraba las noches en las que podía pasar un rato junto a su familia, es decir, sus gatos y Eri.



𝘿í𝙖𝙨 𝙙𝙚 𝙐.𝘼. | 𝙈𝙮 𝙃𝙚𝙧𝙤 𝘼𝙘𝙖𝙙𝙚𝙢𝙞𝙖Donde viven las historias. Descúbrelo ahora