24 - Inseguridades

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- Bakugo, ¿ya te vas a dormir? - preguntó Uraraka mientras veía al rubio cenizo caminando por el pasillo rumbo a su habitación.

- Si, ¿¡algún problema, cara redonda!?

- Yo... yo sólo preguntaba...

- ¡Pues no preguntes y déjame en paz!

Todos los que estaban presentes en la sala común observaron la escena preocupados. Aunque era normal que Bakugo estuviese gritando la mayor parte del tiempo, les sorprendía que estuviese tan irritado de un momento al otro.

- Wow, tranquilo, Blasty... ¿sucedió algo? - Kirishima intentó seguirlo, pero Bakugo le apartó de un empujón.

- ¡Sólo déjame en paz, pelopincho!

Bakugo desapareció por el pasillo, dejando a todos desconcertados.

- Quizás ya es hora de que se vaya a dormir - comentó Momo para romper el ambiente.

- ¿Por qué siempre se duerme temprano? - quiso saber Tsuyu.

- Quizás porque se cansa de gritar - dijo Mineta, tumbado en el sillón.

Sin embargo, al llegar a su habitación y cerrar la puerta, Bakugo se dejó caer en la cama sin ponerse el pijama y ocultó su rostro en la almohada, apretandola con fuerza y tratando de no explotarla como lo había hecho las últimas veces. De un momento al otro todas sus emociones, toda su irritabilidad y odio pasaron a concentrarse en lágrimas que salían por sus ojos. Bakugo apretó los dientes, reprimiendo los sollozos y mordió la almohada con todas sus fuerzas.

Se odiaba por todo lo que había causado en su vida, por ser tan imbécil y hacer cosas idiotas, por tratar con desprecio a los que lo rodeaban, por sentir que estaba llamando demasiado la atención actuando como lo hacía siempre. Se preguntó por que sus padres no habían acabado con él antes de que se convirtiera en aquel monstruo.

¿Por qué aún así había personas que lo querían? ¿Por qué no se empeñaban en buscar a mejores personas? Él no merecía estar al lado de aquellos con los que siempre había soñado ser, ser alguien normal que no causara estragos todos los días. Él merecía la soledad, no merecía amigos.

Tan sólo quería acabar con su vida de una vez. Así no tendría que seguir sufriendo el dolor por cargar con la culpa de todo lo que había hecho. Así no debería seguir escuchando a sus profesores regañandolo por su comportamiento en clase. Así... así todo sería mejor.

Sus lágrimas aumentaron cuando recordó lo que sentía al verse en el espejo: un monstruo. Su cabello daba miedo por donde fuera que se lo mirase, su rostro era imperfecto, seco y simplemente asqueroso. Y que decir de su cuerpo, lleno de cicatrices por las veces en las que había intentado quitarse la vida.

La almohada quedó empapada por sus lágrimas. Bakugo siguió largando sus emociones por al menos una hora antes de quedarse dormido. Sus inseguridades podían con él, no podía vivir sabiendo la persona que era.


Aquí les dejo un nuevo capítulo. Muchas gracias a Rubichan13 por permitirme usar su headcannon.

 Muchas gracias a Rubichan13 por permitirme usar su headcannon

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𝘿í𝙖𝙨 𝙙𝙚 𝙐.𝘼. | 𝙈𝙮 𝙃𝙚𝙧𝙤 𝘼𝙘𝙖𝙙𝙚𝙢𝙞𝙖Donde viven las historias. Descúbrelo ahora