1|un día de verano

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Hoy es el mejor día en Los Angeles, las temperaturas rondan por los treinta y tres grados. Y tú y tu novio acaban de amanecer con el sol en la ventana y sin una gota de viento.

—Hoy unos amigos me invitaron a una reunión en un yate—lo observaste y lo escuchaste atentamente mientras te encargabas de ponerte una camisetas por la cabeza.

—Aja—Asientes—¿Vas a ir?—No te es raro que lo hayan invitado a otra de sus reuniones y fiestas de modelo. Como estaban de vacaciones en L.A. todos sus amigos de la ciudad se dedicaron a invitarlo a todo tipo de reuniones y fiestas en estos días.

Y tú no hacías más que sobrar y aburriste en ellas, aunque había algunas a las que ni siquiera ibas, dejabas que se fuera solo mientras tú te encargabas de recorrer Los Ángeles y turistear un poco de la zona.

—Iremos querrás decir—lo miraste confundida—Puedes venir—dice todavía sobre la cama.

—¿Enserio?—tus ojos se iluminaron.

Que divertido. Nunca habías ido a un yate.

—Si, así es. A si que me gustaría que te pongas aquel bikini que me gusta tanto y largarnos ya de este hotel—Obedeciste atentamente y buscaste entre los cajones ese conjunto de dos piezas que tanto le gusta. Él también se levantó luego para rebuscar en su lado de cajones, su bañador clásico negro.

Cuando encontraste el conjunto te metiste en el baño y te encargaste de ponértelo en tu cuerpo ya bronceado, el conjunto era muy rebuscado, tenia unas tiras que rodeaban tu torso para anudarse al frente y dos tiras que se ataban por detrás. Realmente casi imposible de anudar tu sola.

Por eso abriste la puerta y metiste tu cabeza entre el hueco que quedaba, ojeando la habitación con la mirada para encontrar su cuerpo ya vestido.

Cuando te vio se acercó.

—Ayuda—abriste más la puerta y saliste con tus manos sosteniendo la parte de adelante del sujetador para que no se te salga nada—Necesitó que abroches esto—él asintió mudo y te giró por los hombros para quedar de espaldas.

Su respiración chocó por tu nuca y la piel de tu cuerpo descubierto se erizó también ante su contacto. Todavía podía controlar tu cuerpo con facilidad y todo te provocaba una reacción. Tomó con ambas manos las dos extremidades y las unió entre si haciéndolas un moño. Para terminar con la tensión de él con sus manos en tu cuerpo, besa tu cuello suave y aprovecha para deslizar sus manos más haya.

De pronto puedes oír su risita.

—Podemos cancelar si quieres—Aclara riendo mientras tú te separabas rápidamente de su cálido tacto antes de que algo pudriera distraerlos por completo. 

—No, no hace falta—Dijiste antes de volver a encerrarte en el baño para colocarte la parte de abajo.

—Joder, no sabes como me dejaste—murmuró detrás de la puerta.

Pobrecito. Reíste en silencio. 

Cuando estuviste lista, tomaste un bolso, algunas toallas, bloqueador solar, gafas, y un montón de otras cosas más que podían llegar a ser muy útiles.

Él te esperaba en el auto ya en marcha cuando saliste del hotel. Cuando entraste la música estaba al máximo y él daba algunos golpecitos al volante como si fuera una batería y estuviera en mitad de un show de rock o rap.

~𝙾𝚗𝚎 𝚂𝚑𝚘𝚝𝚜~Hero Fiennes TiffinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora