DÍA 31
Otro mes más encerrada.
Sara ha estado rara últimamente. Sonríe y conversa con las demás pero sus ojos siempre están clavados en mí, a pesar de que camino junto a Axel.
Axel, él aún está enojado, repitiéndome constantemente que soy suya, que nadie puede tocarme, solo él puede hacerlo.
Por las noches me levanto agitada y temblando a consecuencia de mis pesadillas, pasando como un zapping de imágenes en mi cabeza, comenzando con la noche en la que todo comenzó hasta lo sucedido con Sara.
Cada vez que la veo me consume el odio, amenazándome con poseer lo poco de sentido que tengo. Saber que la culpable de la masacre de mi familia está al otro lado de la pared incrementa mis ganas de hacerle pagar por todo. Andrew ha intentado hablar conmigo pero me escabullo y busco a Axel con la mirada.
A pesar de querer olvidarme del embarazo las constantes náuseas y mareos me lo recuerdan. Un bebé, nunca pensé en tener uno. No me puedo imaginar a un bebé, inocente y puro entrar a una vida miserable en la que estoy. ¿Por qué me martirizo pensando así? No quiero tener al bebé, pero no pienso abortar. Todo es confuso.
Al parecer, a Axel le gusta que esté embarazada, cuando se acuesta junto a mí, posa sus manos en mi vientre pero no dice nada, se queda callado hasta que el cansancio emocional me agobia y quedo profundamente dormida. De vez en cuando me despierto sobresaltada al sentir sus labios en mi piel, sus manos acariciando lo que puede de mi cuerpo. Me gusta, no lo puedo negar. Pero está mal.
Me siento tan desorientada. Tan sola a pesar de que Axel a veces me acompaña. Intento esconderme en lo más profundo de mi cabeza pero todo lo que ha sucedido termina por anclarme a esta realidad. ¿Qué hizo mi padre para merecer semejante fin? A pesar de todo, aún no le encuentro algo de lógica. Sara y otros hombres más fueron los asesinos de mi familia, pero Axel no sabe la identidad de los demás. Ha intentado sacarle información pero ella se niega a darla, amenazando con que seré la próxima en estar en una tumba.
Axel me pidió perdón por lo que hizo, dijo que nunca debió abusar de Sara. ¿Pero sabes qué? no puedo aceptar su perdón. Me siento enojada con él por... ¿Qué? ¿Traicionarme? ¿Es esa la palabra correcta? ¿Me importa siquiera lo que le haya hecho a Sara? Lo que me importa fue lo que me obligó a ver.
Me repito constantemente que todo esto terminará porque aún tengo la esperanza que así será. Algún día estaré recordando esto como una pesadilla. Sé que estoy soñando en vano, pero al menos mantengo una ilusión de la cual puedo sostenerme.
Ya no he vuelto a escuchar los disparos, Axel dijo que ya estaba controlado, que no debía preocuparme, ¿pero sabes qué? me muero de preocupación. Tanto tiempo encerrada en este lugar, tanto tiempo junto a Axel y todavía no sé muy bien a qué se dedica.
¿Y si es a la trata de blancas?
Mi corazón late demasiado rápido al pensar las diferentes teorías. Ya no aguanto más todo esto. Sara, Andrew, Axel...todos ellos me confunden, no quiero estar confundida, ¿es difícil pedir eso?
Yo no merezco algo así. No lo merezco.
Hay algo que Axel me oculta con relación a mi padre. Lo he escuchado susurrando su nombre por teléfono.
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Relatos de un secuestro ©
General FictionEl amor y la felicidad fueron sustituidas por el miedo, el terror de no poder ser libre de nuevo. Ya su voluntad se esfumó como el aire expulsado de sus pulmones, así mismo como su mente, su cordura está a punto de morir. Todo cambió en pocas horas...